martes, 29 de diciembre de 2009

500 días con ella


Título original: (500) days of Summer (USA, 2009) / Dirección: Marc Webb / Elenco: Joseph Gordon-Levitt, Zooey Deschanel, Geoffrey Arend, Clark Gregg / Duración: 95 mins.

Entre todas las comedias románticas insulsas y prefabricadas que vienen de USA, cada tanto, aparecen algunas que marcan la diferencia. Cuando Harry conoció a Sally, Alta Fidelidad y Eterno resplandor de una mente sin recuerdos son muestras de que se nos puede contar una historia de amor de manera distinta. (500) days of Summer tal vez no esté a la altura de las nombradas, pero es una comedia romántica que se destaca por la originalidad con la que está planteada y narrada. Y si bien su historia central no cuenta nada nuevo, el modo en que disecciona los sinsabores de una relación amorosa y las observaciones que hace sobre sus idas y vueltas la ponen en un plano diferente.
Desde el comienzo el film nos aclara que veremos una historia de chico-conoce-chica, pero no una historia de amor. De hecho, es más una historia de sufrimiento que de amor (aunque ambas cosas van de la mano). Tom es un pibe tímido que un día conoce a Summer, la nueva empleada de la empresa de tarjetas en la que trabaja. Primero atraído por la apariencia física, Tom hará todo lo posible por llamar su atención. Cuando finalmente lo logra, descubre que ella es más que una cara bonita y, a pesar de que Summer le advierte desde un principio que no quiere meterse en una relación seria, Tom no podrá evitar engancharse con esta chica que parece ideal para él. Desde allí veremos el devenir de su relación, pero no cronológicamente, sino yendo y viniendo en el transcurso de los 500 días del título.

Lo mejor de la película está en ese modo de encarar una historia de manera no lineal, lo que logra hacer más interesante algo que de otra forma tal vez no lo sería tanto. Este recurso permite contraponer de manera original las distintas etapas de la relación, dando lugar a algunas conclusiones valiosas e infrecuentes. Además el film nos muestra el crecimiento de su protagonista masculino, quien deja atrás la incomprensión y el despecho cuando logra hacer un análisis de su propia conducta y descubre que, a veces, sólo vemos lo que queremos ver.
Si hay que marcarle a la película una flaqueza es que no vaya mucho más allá de su eficaz narración. O sea, es más interesante el "cómo" que el "qué". Además, por momentos el film da la sensación de creerse más cool y simpático de lo que realmente es (la narración en off no me cerró del todo). Y la utilización de músicos indies o de culto, no sólo en la banda de sonido sino también como referentes de los protagonistas (por ejemplo, The Smiths), a esta altura ya es una especie de lugar común del cine independiente norteamericano. Pero más allá de estas observaciones, hay que concluir que el novedoso enfoque y las situaciones que el film plantea permiten mantener el interés, dejando un saldo más que positivo.

Las actuaciones de los protagonistas son irreprochables. Joseph Gordon-Levitt lleva el mayor peso emocional de la trama, ya que su personaje es quien está sentimentalmente más comprometido con la relación. El joven actor (ya un veterano a sus 28 años) transmite con absoluta credibilidad las distintas situaciones emocionales que atraviesa su personaje (alegría, confusión, desazón, aceptación). Zooey Deschanel tiene menos posibilidades de lucirse, mayormente porque el film no está tan interesado en mostrarnos su interior (la perspectiva principal del relato es la de Tom). Pero Deschanel consigue que Summer sea un personaje interesante gracias a su simpatía, su inherente inteligencia y su peculiar carisma.
En conclusión, (500) days of Summer es una comedia muy recomendable, en la que el plato que se nos entrega es mucho más sorprendente por su presentación que por sus ingredientes. Pero cuyo gusto se queda con nosotros un buen rato. Tal vez sea un gusto un poco más amargo que el de muchas comedias románticas, pero es más interesante y, en definitiva, realista. Porque aquel que no sepa que el amor es el más agridulce de los platos, que se vaya enterando. Esa es una lección que todos los Tom del mundo ya tenemos bien aprendida.

martes, 22 de diciembre de 2009

Pintó la vagancia

Como habrán notado (o tal vez no) estoy medio vago para postear cosas. En realidad, es un mix de vagancia, falta de ideas y de tiempo. Pero bueno, es fin de año. Todos estamos bastante quemados. Prometo volver a mis interesantísimos textos en breve. Por ahora, les dejo el trailer nuevito de Ironman 2, peli que espero con bastantes ansias y que pinta más que bien.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

¡Fancinema Revista llegó a Capital Federal!

Este sábado a las 19 hs tendrá lugar la presentación oficial de Fancinema Revista en la Ciudad Autónoma de Bs As. Así es, esta locura marplatense impulsada por el sr. Mex Faliero llega a la jungla de asfalto, a los pagos de Macri, Rodríguez Larreta y otros tantos personajes notables... Para quienes no lo sepan, esta revista, que se materializó en agosto de este año, es una extensión del sitio web Fancinema. Pero mientras que el site abarca los estrenos semanales en las salas de cine, la revista cubre las novedades de cada mes en DVD (la bonita imagen que ilustra este posteo pertenece a la tapa del número de diciembre). La intención es la de acercar una mirada analítica y comprehensiva de los filmes estrenados en los videoclubes. Y yo tengo el orgullo de formar parte de ambos proyectos, gracias a la gentil invitación de sus impulsores.
Lo sitios en los que, por ahora, se consigue la revista en Capital son:

-Master (Av. Rivadavia 4654)
-DVD para todos (Av. Independencia 3764)
-Film City-DVD Club (Junín 1136)

La cita de la presentación es entonces este sábado 12, a las 19 hs, en el bar Profondo Rosso, Humahuaca 3853, lugar donde también se podrá adquirir habitualmente Fancinema Revista. No prometemos sorteos ni números de baile, pero sí varias incoherencias y algún que otro disparate, en especial si alguien nos invita una cerveza.

¡Los esperamos!

martes, 1 de diciembre de 2009

Moon


Título original: Moon (Inglaterra, 2009) / Dirección: Duncan Jones / Elenco: Sam Rockwell, Kevin Spacey / Duración: 97 mins.

Cuando hace unos meses vi el trailer de Moon por primera vez, inmediatamente presentí que iba a ser una película especial. Y me alegra comprobar que mis expectativas no fueron infundadas. Es realmente un gusto cuando aparecen filmes de ciencia ficción originales y carentes de toda la parafernalia y ridiculez típicas hollywoodenses.
La peli tiene lugar en el futuro, cuando la Tierra vive una etapa de recuperación energética gracias a la utilización de helio 3 obtenido de la Luna. Sam Bell (Sam Rockwell) es un astronauta que maneja una base lunar desde la que monitorea a tres enormes vehículos encargados de extraer el helio del suelo de nuestro satélite natural. La tarea no es fácil, ya que su único acompañante durante los tres años que dura la asignación es Gerty (voz de Kevin Spacey), una amigable pero obviamente fría computadora (que rememora inmediatamente a HAL, de 2001). Mientras tanto, Sam pasa sus días como puede: haciendo maquetas, cuidando plantitas, corriendo en la cinta, etc. El único contacto que tiene con sus familiares, y con cualquier otro humano, es mediante grabaciones en video que le llegan cada tanto ya que la comunicación en vivo con la Tierra se encuentra imposibilitada por problemas satelitales. La vida en la base, entonces, es rutinaria y muy solitaria. Pero cuando a Sam le faltan sólo dos semanas para regresar a casa, un suceso inesperado sacude su existencia en más de un sentido, obligándolo a plantearse cuestiones que jamás habría pensado.

Es imposible contar más de la trama sin entrar en detalles que podrían arruinar las sorpresas al espectador. Lo que sí se puede decir es que Moon es un film de ciencia ficción inteligente y adulto, de esos que lo dejan a uno pensando y de los que, lamentablemente, no hay muchos en estos tiempos. El director debutante Duncan Jones (hijo de David Bowie) maneja de manera notable los tiempos del film, con una narración morosa pero segura, logrando que nos interesemos realmente por lo que le ocurre a su protagonista. Esto también es en gran parte gracias a Sam Rockwell, quien brinda tal vez el mejor trabajo de su carrera. Presente en prácticamente cada cuadro del film, Rockwell está mucho más medido que de costumbre (Jones tiene mérito en esto) y alcanza momentos de gran intensidad dramática. Lo que se dice, un verdadero tour de force.
El film está admirablemente realizado con un presupuesto modesto, y posee altos valores de producción en todo sentido. La música, a cargo de Clint Mansell, es uno de esos puntos sobresalientes, ayudando a generar las intrigantes atmósferas de la película. Lo único que puede decepcionar un poco es la resolución de la historia, cuya naturaleza existencialista tal vez hacía esperar alguna conclusión mas "trascendente" o menos explícita. Esto, de todas formas, no alcanza para restarle méritos a este excelente film, aunque sí para que no llegue a la posible categoría de clásico.

Tal vez Moon no alcance las alturas (o profundidades) de un film como 2001, pero entre tanto Emmerich y Bay dando vueltas, es más que saludable poder disfrutar de una película pensante que no basa su propuesta en los efectos especiales y las explosiones, sino en el guión, la dirección y la actuación. Eso solo la convierte en una de las películas más recomendables del año. Y tengo la impresión de que es uno de esos filmes que van decantando. Sus imágenes todavía siguen rondando en mi cabeza, y no creo que se vayan por un buen tiempo. De hecho, en un par de meses tal vez le agregue algún Damiancito más...
En Argentina ya se vio en el Festival de Cine de Mar del Plata. No sé cuándo se estrenará comercialmente.


miércoles, 25 de noviembre de 2009

Películas perdidas de mi niñez

Un reciente posteo de GH sobre su fascinación de niño por Godzilla me disparó una miríada de recuerdos sobre las pelis que me encantaban de pendejo. Así que decidí nombrar las que fueron apareciendo ahora en mi memoria. Es como un "top of mind" de mi infancia.
Mis primeros recuerdos de ir físicamente al cine son del autocine, en realidad. Me acuerdo de haber visto allí Flash Gordon, la que tenía música de Queen. Y otra llamada Condorman, de la que no recuerdo nada. Yo tendría unos 4 años. Luego comenzaría el auge del video, así que muchas pelis las vería en casa.
Si hablamos de comedias, había un par dirigidas y protagonizadas por Gene Wilder que me mataban: El hermano más listo de Sherlock Holmes y El mejor amante del mundo. Eran boludas, pero medio bizarras y divertidas. Y actuaban grandes de la comedia como Marty Feldman y Dom DeLouise. Burt Reynolds era otro favorito mío de aquellos años. Su saga de Bandido (Smokey and the Bandit) era lo más. También su película Hooper, una sobre un doble de riesgo, con el "desaparecido" Jean-Michael Vincent. Y después Los Locos del Cannonball, aunque ésta era mucho más pedorra. También puedo nombrar las de los hermanos Zucker, como ¿Dónde está el piloto? y Top Secret, las de Bud Spencer y Terence Hill y, tengo que admitirlo, las de Olmedo y Porcel.
Por el lado de la ciencia ficción me queda el recuerdo de La guerra de los mundos, La máquina del tiempo (con Rod Taylor), La tierra que el tiempo olvidó (con Doug McClure -no confundir con Troy-), Westworld (con Yul Brynner como un vaquero androide), The Omega Man (con Charlton Heston, basada en el libro Soy Leyenda).
Películas de terror que me marcaron: Aullidos, que tenía una transformación de hombre lobo que me cagaba en las patas; La hora del vampiro, una miniserie de TV basada en la novela de Stephen King, con el vampiro más horrible de la historia. También recuerdo el Drácula de Jack Palance... Uy, Scanners... ¡Qué julepe cuando Michael Ironside le hizo explotar la cabeza al otro vago!
También vi mucho cine catástrofe: La aventura del Poseidón, Terremoto, Infierno en la torre, Aeropuerto...
Y después filmes para llorar. El globo rojo, de la que sólo me acuerdo que había un globo rojo; y una española de un pibe que se llamaba Toby, al que le salían alitas de ángel...
En fín, pelis que vi de chico, que recuerdo con cariño ya que fueron cimentando mi amor por el cine, que se afianzaría luego en la adolescencia. Desde ya, no nombro muchos clásicos o filmes más conocidos que también vi (¿para qué mencionar Star Wars o ET?). En este posteo algo inconexo sólo quería nombrar estas pelis que surgieron en mi memoria, y que me parece que no son tan conocidas en su mayoría.
¿Ustedes recuerdan películas perdidas de su niñez?

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Grandes sobreactuaciones

No hay nada peor que un actor que sobreactúa. Que exagera sus tics. Que habla declamando... Pero hay veces en las que un papel necesita de la exageración. O que el tono de una película requiere de cierta extravagancia por parte del actor. En muchos casos, los papeles de psicópatas o villanos de distinta clase reclaman este tipo de enfoque. O sea, no siempre "menos es más." Y si bien me encanta el minimalismo de Bill Murray (que, a veces, también puede ser exagerado), de vez en cuando el griterío y la mueca exacerbada vienen bien. Acá les dejo algunas grandes sobreactuaciones que nos ha dejado el cine (habrá otra entrega):

-Daniel Day Lewis, There will be blood (2007)
En esta casi operística obra de Paul Thomas Anderson, Day-Lewis brinda una caricaturesca actuación como el magnate del petróleo Daniel Plainview. El irlandés brinda todo lo que el film requería. Y un poco más. Se ganó un merecido Oscar.




-Gary Oldman, The professional (1994)
Antes de achancharse en papeles más "normales" como en Batman y Harry Potter, y antes de dejar el alcohol, Oldman brindaba actuaciones fronterizas como en Sid y Nancy, State of grace o aquí, donde su corrupto policía antinarcóticos no conocía de reacciones medidas. Y tampoco era muy anti narcóticos que digamos.




-Robert De Niro, Cape Fear (1991)
Otro que hace rato no entrega alguna actuación que sorprenda. De hecho, creo que esta fue su última verdadera joya: Max Cady, un psicópata en plan de vanganza contra el abogado que no lo defendió como debía. Esta remake es un clásico de Scorsese, parodiado hasta por los Simpsons.




-Al Pacino, Scarface (1983)
No me canso de ver esta película. Es exagerada y ridícula como casi todo lo de De Palma. Pero es muy entretenida. Y Tony Montana es una verdadera creación de Pacino. El final, tras esa montaña de cocaína, es inolvidable.




-Ben Kingsley, Sexy Beast (2000)
Otro que sabe lo que hace. Quien alguna vez interpretó a Gandhi aquí se convierte en el ser más violento del mundo. Su Don Logan es uno de los villanos más exagerados, temibles y cómicos de la historia del cine. Y también persuasivo.



lunes, 2 de noviembre de 2009

Músicos que actúan (y lo hacen bien)

Es bastante común que los músicos se decidan a probar suerte en la actuación, aunque no siempre lo hacen con propiedad. En muchos casos, se trata simplemente de raptos de vanidad (Britney Spears, Mariah Carey, Whitney Houston); en otros, de meras excusas para promocionar su música (como lo hacían Elvis Presley o los Beatles; o lamentables casos argentinos como Donald y Palito Ortega). Pero, cada tanto, aparecen músicos que se toman la actuación como algo serio, como una parte integral de su carrera artística. Acá, algunos ejemplos destacados.

David Bowie:
Uno de mis artistas favoritos, sin dudas. Este genial músico desde siempre se ha tomado la actuación en serio. Aunque no es de extrañar que alguien que encarnó tantos personajes en su carrera musical tenga una indudable aptitud para la actuación. Ya sea como protagonista o actor de reparto, el Duque Blanco demostró siempre en cine tener la misma clase que para la música. Momentos destacados: The man who fell to Earth (1976), The hunger (1983), Merry Christmas Mr. Lawrence (1983), Labyrinth (1986), Twin Peaks: fire walk with me (1992), The prestige (2006).

Tom Waits:
Este músico, bohemio y poeta es de esos artistas que tienen una integridad intachable. Waits siempre hizo la música que quiso, y siempre actuó en los filmes que quiso. Como actor transmite lo mismo que como músico: esa personalidad despreocupada y canchera, propia del que tiene a la calle, la noche y los bares como su universo. Ha trabajado con Coppola (One from the heart, 1982; Rumble Fish, 1983; Cotton Club, 1984; Dracula, 1992), Jim Jarmusch (Down by law, 1986; Coffee and Cigarettes, 2003) y Robert Altman (Short cuts, 1993), entre otros.

Rubén Blades:
Músico panameño que se viene desempeñando hace muchos años como actor de reparto en producciones hollywoodenses. Si bien en su música ha sido siempre bastante crítico con el imperialismo yanqui, parece no tener inconvenientes en trabajar en su industria cinematográfica. ¿Contradictorio? Puede ser. Pero al menos actúa bastante bien el hombre. Trabajó bajo las órdenes de Robert Redford (The Milagro Beanfield War, 1988), Spike Lee (Mo' better blues, 1990), Jack Nicholson (The two Jakes, 1990) y Tim Robbins (Cradle will rock, 1999).

Kris Kristofferson:
Cuasi leyenda de la música folk norteamericana que incluso tuvo un par de revolcadas con Janis Joplin. Ha protagonizado varias pelis en el pasado (Pat Garrett and Billy the Kid, 1973; A star is born, 1976), pero en los últimos años lo suyo pasó más por los roles secundarios (Lone Star, 1996; Blade, 1998). Con su cara de pequinés enojado impone una indudable presencia para roles de carácter.

Frank Sinatra:
El “Chairman of the Board” actuó en muchísimas películas. Y más allá de sus payasadas con el Rat Pack (Sammy Davis Jr, Dean Martin, Bing Crosby) el tipo demostró ser muy solvente en roles dramáticos, llegando a ganar un Oscar por su papel secundario en From here to eternity (1953), con el que revivió su carrera. De hecho, la leyenda cuenta que este papel lo consiguió gracias a sus contactos con la mafia. Esta supuesta historia se utilizó luego en El Padrino, con la famosa escena de la cabeza de caballo en la cama del productor de cine. Como todo, Frankie lo logró “a su manera”...

Cher:
A pesar de que su cara ultra operada actualmente le impide gesticular como un ser humano normal, la ex pareja de Sonny Bono dio varias muestras de su capacidad actoral. No sólo en su papel en Hechizo de Luna (Moonstruck, 1987), que le valió el Oscar a mejor actriz, sino en filmes como Mask (1985), donde hacía de la madre de un chico severamente deformado, o en Silkwood (1983), donde se lució nada menos que con Meryl Streep al lado.

Y para cerrar, nombro a los siguientes, que actuaron una vez sola, pero lo hicieron bien:

-Eminem, en 8 mile (2002). Ok, hacía de él mismo, pero estuvo mucho mejor de lo esperado.
-Dexter Gordon, en Round Midnight (1986). Esta leyenda del jazz se lució en el film de Bertrand Tavernier, logrando incluso una nominación al Oscar.
-Steven Van Zandt, en The Sopranos (1999-2007). El guitarrista de la E Street Band la rompió como Silvio Dante, la mano derecha del gordo Tony.
-Bjork, en Dancer in the dark (2000). Bajo las órdenes de Lars Von Trier, la islandesa se destacó en este inusual, y deprimente, musical.

lunes, 26 de octubre de 2009

Películas buenas/malas

¿Nunca les pasó estar viendo una película y no lograr dilucidar si es una porquería o una obra maestra? La pregunta me surgió el otro día en el curso de cine de Guillermo Hernández, donde vimos La ardilla Roja, del director español Julio Medem. El film, uno de sus primeros, está protagonizado por Emma Suárez (qué buena que estaba) y un tal Nancho Novo. Ya desde un principio me descolocó lo mal actor que me pareció él. Realmente poco expresivo, con una voz grave y monocorde. En realidad, todo el registro actoral de la película es extraño. Creo yo, deliberadamente. Pero él en especial me pareció bastante "de madera". La premisa de la historia es interesante: un hombre a punto de suicidarse ve cómo una motociclista sufre un accidente; al socorrerla, descubre que ella está amnésica, por lo que él decide ahí mismo hacerle creer que él es su novio. Lo que sigue es una rebuscada historia de engaños, sospechas y obsesiones. La peli adopta, como dije, un tono extraño, con una atmósfera por momentos onírica y varios simbolismos. Pero lo que me desconcertaba no era esto, sino sus otras "rarezas": actuaciones acartonadas y declamatorias; situaciones descolgadas; tomas de cámara subjetivas o radicales... Creo que el cineasta estaba aun buscando un estilo personal, pero por momentos el film me pareció francamente malo, aunque en otros tramos mostraba cosas realmente interesantes. En realidad, no me quedaba claro si algunas de sus partes ridículas lo eran intencionalmente. En conclusión, me resulta difícil emitir un juicio definitivo sobre esta película.
Este sentimiento ambivalente hacia un filme no es nuevo, y puede tener distintas aristas. Recuerdo que la primera vez que vi Mouline Rouge también sentí por momentos esa especie de "vergüencita ajena", ya que es una peli que en varios tramos camina sobre el peligroso límite del ridículo. Aunque es un film que me gusta mucho y del que queda claro su tono e intención. The Rocky Horror Picture Show es una película que me encanta, pero imagino que si es vista por alguien que desconoce el contexto en el que fue hecha y su intención, le parecerá espantosa. El cocinero, el ladron, su mujer y su amante es un film muy interesante, pero su exagerada pomposidad (típica de Peter Greeneway) por momentos la acercan al ridículo. Y así siguen las firmas...
¿Y ustedes, recuerdan alguna peli que los haya dejado con esta indefinición sobre su calidad? ¿Les viene a la mente alguna película "buena/mala"?

domingo, 18 de octubre de 2009

Adolescencia Divino Tesoro

Ah... la adolescencia. Una etapa difícil de la vida en la que las hormonas mandan. Son años hermosos para algunos, detestables para otros. Y que para varios (como yo, lamentablemente) han quedado muuuuy atrás. Las películas sobre adolescentes suelen centrar sus temáticas justamente en la idea fija, mostrando a sus protagonistas como seres que sólo piensan en ponerla. Pero existen filmes que retratan el mundo adolescente de forma más profunda e interesante, incluso cuando también abordan la temática sexual. Acá dejo algunas pelis más que recomendables sobre este momento tan particular de la existencia humana.


Cuenta conmigo (Stand by me, 1986): esta es sobre pre-adolescentes, en realidad. Pero es sin dudas una de las mejores películas hechas sobre la amistad en esos años de la vida. Basada en una historia de Stephen King, muestra el viaje en mochila de cuatro amigos en busca de un supuesto cadáver. River Phoenix, ya desde chico, demostraba que era un talento especial. Dirigida por Rob Reiner.

Krampack (2000): película española que gira en torno a la iniciación sexual de dos amigos adolescentes. Nico va a pasar unos días a la casa de verano de su amigo Dani. Ambos tienen una relación entrañable. Pero mientras Nico está muy interesado en avanzar con una chica que conoce allí, Dani descubre que él está mucho más interesado en avanzar con Nico. Muy bien relatada y actuada, abordando temas que podrían sonar "polémicos" de una manera muy franca, graciosa y hasta casi inocente. Dirigida por Cesc Gay.

Paranoid Park (2008): una de las pelis que Gus Van Sant dedicó últimamente a la adolescencia, en este caso para retratar el submundo de los skaters. En el centro del film está Alex, un chico de 16 años que, accidentalmente, termina con la vida de un guardia de tren. El film, lejos de ser un policial, refleja de manera sutil y poética las tribulaciones internas que atraviesa el pibe. Muy interesante, con una gran atmósfera.

La joven vida de Juno (Juno, 2007): una de las sorpresas de su año que llegó a ganar el Oscar a mejor guión. Ellen Page es Juno, una adolescente que queda embarazada de su novio (el cara de nada Michael Cera) y que decide seguir adelante con el embarazo para dar al bebé en adopción. La peli está muy bien pintando a estos chicos como lo que son: adolescentes que no quieren crecer a los golpes, ni de golpe. Dirigida por Jason Reitman.

Criaturas celestiales (Heavenly creatures, 1994): este film de Peter Jackson, si bien está muy alejado de El Señor de los Anillos, demostraba la capacidad visual del neocelandés. Basada en el caso real de dos amigas (Kate Winslet y Melanie Lynskey) que se convirtieron en amantes y terminaron asesinando a la madre de una de ellas. En la peli, las chicas crean su propio mundo de fantasía para evadirse de la realidad. Lynskey, para quienes ven Two and a half men, es la que hace de Rose, la vecina chiflada.

lunes, 5 de octubre de 2009

Películas sobre periodistas

Ahora que en Argentina está tan en boga el tema de los medios de comunicación con la nueva ley que está impulsando el gobierno, y que tanta gente opina sobre los medios "independientes" (confundiendo constantemente el verdadero significado de esta palabra, en gran parte por culpa de esos supuestos medios "independientes"), me parece interesante recordar algunas películas que retratan no sólo el mundo del periodismo, sino la importancia que tiene la prensa libre, así como también de qué forma la existencia de multimedios atenta contra la tan mentada independencia. Hay varias pelis para nombrar, así que puede ser que haya otras entregas.

El Ciudadano (Citizen Kane, 1941):
La emblemática película de Orson Welles retrataba la vida de un magnate de los medios, Charles Foster Kane, personaje que se basaba en William Randolph Hearst, un empresario periodístico real. De hecho, Hearst hizo lo posible por detener el estreno de este film, llegando al colmo de intentar introducir a una menor de edad en la habitación del hotel de Welles para acusarlo de pedofilia. Todo sea por la libertad de prensa.

Todos los hombres del presidente (All the presindent's men, 1976):
La historia de cómo los periodistas del Washington Post Carl Berstein y Bob Woodward (Dustin Hoffman y Robert Redford) destaparon el escándalo Watergate, por el cual Richard Nixon debió renunciar a la presidencia de USA (el tipo espiaba a sus rivales políticos con micrófonos). Un film testimonial ejemplar que marcó un camino a seguir dentro de su género. Dirigido por Alan Pakula.

Network (1976):
Otro película fundamental norteamericana de los 70. Luego de ser despedido a causa de su bajo rating, un presentador de un noticiero (Peter Finch), en un ataque de nervios, anuncia su inminente suicidio en cámara. A partir de allí se vuelve un fenómeno televisivo que será explotado por el medio. De Sidney Lumet.

El informante (The insider, 1999):
La que es, según esta humilde opinión, la mejor película de Michael Mann, detalla la historia detrás del informe especial que el programa 60 Minutes realizó sobre la industria tabacalera, gracias al testimonio de Jeffrey Wigand (Russell Crowe), un ex ejecutivo que contó cómo los cigarrillos poseen un componente adictivo artificial. El reportaje primero fue censurado, entre otras cosas, por los negocios que la CBS tenía con la empresa investigada. Para los que creen que ser independiente sólo significa ser opositor a un gobierno.

Buenas noches, buenas suerte (Good night, Good luck, 2005):
Excelente película dirigida por George Clooney que cuenta el duelo mediático que el periodista Edward Murroy (David Strathairn) mantuvo en la década del ´50 con el senador Joseph McCarthy, conocido por su "caza de brujas" en contra de los comunistas. El film utiliza filmaciones reales de McCarthy, quien se expresaba de manera tan exagerada, que los ejecutivos del estudio le dijeron a Clooney que el actor que hacía de McCarthy sobreactuaba mucho...

sábado, 26 de septiembre de 2009

Películas favoritas: Una acción civil

Una película de una calidad superlativa que combina el thriller tribunalicio con el film de denuncia y el drama humano, tomando los mejores elementos de cada uno de estos sub-géneros. La historia tiene similitudes con la posterior Erin Brockovich, pero mientras que aquel sobre valorado film de Steven Soderbergh no era más que una excusa para el lucimiento de su estrella (Julia Roberts), ésta es una película llena de matices cuyo objetivo primario es contar una historia trascendente sin fisuras, valiéndose de un guión brillante, una dirección segura y un elenco notable.
A civil action (1998) cuenta la historia de un exitoso y frío abogado (John Travolta) que, por esas casualidades de la vida, se topa con el caso de un pequeño pueblo que está viendo afectada la salud de sus habitantes debido a la contaminación del agua, producida por el deshecho ilegal de desperdicios químicos por parte de una empresa que manufactura cueros. Típico litigante que sólo ve sus casos como una cuestión de costo-beneficio económico, el abogado irá lentamente involucrándose a nivel personal con el caso, llegando al límite de poner en riesgo su propia estabilidad monetaria (y la de sus asociados).

La película está narrada de manera brillante por su director Steven Zaillian, un experimentado guionista que ya había probado suerte en la dirección con Searching for Bobby Fischer (1993), y que luego filmaría la denostada por la crítica All the king's men (2006), con Sean Penn. Aquí, hace todo bien, desde la presentación del conflicto y los personajes, hasta el seguimiento del caso y de los pormenores de la trama que, como es de esperar cuando hay intereses económicos de magnitud, tiene varios puntos de conflicto. Tampoco lastima que el elenco sea sólido como una roca. Travolta está perfecto en su papel, haciendo que el "viaje" emocional y ético de su personaje sea creíble y sin exageraciones. Secundándolo, como sus asociados, están los excelentes William H. Macy y Tony Shaloub, actores que siempre agregan calidad a cualquier elenco. También se lucen James Gandolfini (pre Sopranos) y Kathleen Quinlan como dos preocupados padres integrantes de esa comunidad amenazada. Y en un papel realmente muy particular brilla Robert Duvall (nominado al Oscar de reparto) como el abogado de una de las empresas enjuiciadas. Un rol que podría haber sido jugado como el típico personaje serio y amenazante, Duvall lo lleva para otro lado, dándole al personaje un aire desinteresado, desordenado y (engañosamente) disperso. Es una actuación sorprendente y sutil de parte de un actor que conoce su oficio como pocos.
Una acción civil es cine adulto del bueno. Una de esas películas sólidas a las que es defícil encontrarle algo para reprocharle. Un deleite para aquellos que aprecian esta clase de películas, o para cualquier amante del cine bien contado y actuado.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Tarde pero seguro: El Increíble Hulk 2


Título original: The Incredible Hulk (USA, 2008) / Dirección: Louis Leterrier / Elenco: Edward Norton, Tim Roth, Liv Tyler, William Hurt, Tim Blake Nelson / Duración: 112 mins.

Recientemente tuve oportunidad de ver esta secuela de la película dirigida por Ang Lee. Con otro director al mando y un elenco renovado, es evidente que el interés principal que tuvieron sus realizadores fue lograr que ésta no hiciera lo mismo que la anterior: aburrirnos. La película de Lee, más allá de algunas ideas interesantes que tenía a nivel narrativo y visual, resultaba realmente tediosa. Así es que para esta secuela se propusieron dejar de lado el estilo en favor de una historia enfocada principalmente en las escenas de acción. Y lo lograron, alcanzando un producto entretenido, aunque lejos de ser brillante.
Hulk 2, comparada con algunos comics de los últimos tiempos como Ironman y, muy especialmente, The Dark Knight, está un par de escalones abajo. Dramáticamente llano, el film es más que nada una preparación de hora y media para el enfrentamiento final con el villano de turno (el gran Tim Roth, quien brinda una actuación con pocos matices, casi en piloto automático). La historia comienza con Bruce Banner (el siempre solvente Edward Norton) viviendo escondido en los barrios bajos de Brasil, buscando una cura para su "enfermedad". Pero el General Ross (William Hurt) se la tiene jurada, así que cuando una pista indica que Banner estaría en ese país de Suramérica, manda un escuadrón en su búsqueda. Liderando dicho contingente está Emil Blonsky (Roth), una especie de sabueso implacable que no se detiene ante nada. En el centro de la historia también está Betty, la enamorada de Banner e hija de Ross, interpretada aquí por Liv Tyler (en la película anterior era Jennifer Connelly). Por esas cosas poco explicables, Blonsky se toma el asunto contra Hulk a nivel muy personal, llegando al extremo de hacerse inyectar la misma sustancia que Banner tiene en el cuerpo para enfrentarlo "mano a mano", con las esperables consecuencias.

La peli, como dije, no es gran cosa. Si bien llama la atención la solidez del elenco reunido, el guión no deja de ser una excusa para que tengan lugar un par de enfrentamientos a gran escala. Y eso es todo. Eso sí, los efectos están un poco mejor logrados que en la primera entrega, donde el monstruo parecía casi un dibujo animado... En suma, un film que sólo busca entretener (y lo logra) al que no le interesa entrar en implicancias filosóficas ni sociológicas. Desde ya, una vez visto se olvida rápidamente... Pero zafa. Como dirían los fanáticos de Beto Tony y su muñeco: "Está bien!!"


lunes, 7 de septiembre de 2009

Bastardos sin gloria


Título original: Inglorious Basterds (USA, 2009) / Dirección: Quentin Tarantino / Elenco: Brad Pitt, Christoph Waltz, Mélanie Laurent, Eli Roth, Michael Fassbender, Diane Kruger, Mike Myers / Duración: 153 mins.

Luego de la irregular Death Proof (que, como parte del proyecto Grindhouse, fue más un ejercicio fílmico que una película), Tarantino regresa al gran cine con una obra hecha a la medida no sólo de sus fanáticos, sino de los amantes del séptimo arte en general. Es un film dedicado a quienes sientan deleite ante una buena actuación, una gran escena o un diálogo brillante. Porque aquellos que crean que Inglorious Basterds se trata simplemente de una película de guerra, se equivocan fiero. Es más una película de personajes, de climas y de diálogos que una de acción y violencia física (aunque hay que aclarar que cuando la violencia aparece, lo hace con todo). Es un film tan radical en su propuesta y en su ejecución que es imposible que deje indiferente a nadie. Es Tarantino 100%, para bien y para mal. Lo “peor” que puede decirse del cine de Tarantino es que se ha ido volviendo cada vez más referencial y auto referencial. Referencial porque sus propuestas son siempre excusas para homenajear géneros, películas o personajes del pasado. Y auto referencial, porque es un autor que ha generado un universo tan personal e identificable que sus filmes, cada vez en mayor medida, remiten a sus propias obras. Esta dinámica, para algunos, puede llegar a ser vista como una especie de juego aburrido y repetitivo (es cierto que, por momentos, Tarantino parece regodearse de más con su propio ingenio). Pero el talento e imaginación del cineasta están lejos de permitir que sus obras queden en este plano meramente lúdico.

Inglorious Basterds debe ser la película "de guerra" con más parlamentos en la historia del cine. Hay aquí más líneas de diálogos que en un film de Woody Allen o Ingmar Bergman. Tarantino, como es sabido, es un excelente creador de diálogos, y eso es lo que más abunda en la película. Así, la primera escena del film está compuesta por un diálogo que dura como veinte minutos, pero que no aburre en ningún momento. Principalmente, por la excelencia de su factura. Las palabras que Tarantino pone en boca de sus personajes no son casuales, por más que por momentos pareciera que hablan banalidades. Lo que los personajes dicen, y cómo lo dicen, nos define su esencia. Y en esa notable primera escena conocemos a un personaje destinado a quedar en la historia grande del cine: el coronel Hans Landa. Un nazi dedicado específicamente (y orgullosamente) a cazar judíos, es de esos seres a los que amamos odiar. U odiamos amar. El actor austríaco Christophe Waltz (quien se consagró como mejor actor en Cannes y que seguramente logre una nominación al Oscar) ha creado un personaje multifacético, oscuro, temible y cómico a la vez, que ilumina cada escena en la que participa. Las sinuosidades de sus gestos y sus entonaciones son deliciosas. Y debe ser el primer personaje en la historia del cine en valerse del uso de distintos idiomas casi como un arma.
Por otro lado está el batallón de los “bastardos” del título, un grupo de soldados norteamericanos de origen judío que tiene como único objetivo asesinar brutalmente (arrancando el cuero cabelludo) a todo nazi que se les cruce por el camino, y así sembrar el terror entre las filas alemanas. Su líder es el teniente Aldo Raine (Brad Pitt, en un personaje caricaturesco pero bien llevado), un tipo al que sólo le importa cumplir con su tarea y que cuenta bajo su mando con una serie de personajes coloridos, tal como es de esperar en un film de Tarantino. Y por último, cerrando los personajes principales de la historia, está Shosanna, una joven judía que logra escapar de la matanza de su familia y que años después intentará vengar su muerte.

El film no posee una línea narrativa tradicional o clásica. Está estructurado de manera episódica, con cinco capítulos que están interrelacionados y en los que estos variados personajes se irán cruzando de distintas formas. Además, Tarantino parece estar más interesado en homenajear a sus criaturas que en contar específicamente una historia. De allí que el disfrute esté más en cómo se suceden los acontecimientos de cada capítulo específico, en cómo está resuelta cada situación, en cada diálogo, en cada personaje. Es un film que se configura como una sumatoria de grandes momentos. Algo que no difiere mucho, podría decirse, de lo que Tarantino hizo en Pulp Fiction.
En suma, con Inglorious Basterds Tarantino vuelve a lograr lo que ya había hecho con Kill Bill: recordarnos por qué nos gusta tanto el cine. La conjunción del conocimiento enciclopédico que Tarantino tiene de la cultura popular con el talento que posee para darle una vuelta de tuerca original a todos los elementos que recoge y reinventa para cada una de sus películas siguen haciendo de este director uno de los cineastas más importantes de nuestros tiempos. Y lo peor de todo es que el tipo sabe lo genial que es. Y no tiene ningún empacho en demostrarlo. Quien tenga dudas sobre esto, que imagine al propio Quentin diciendo la frase que cierra la película... Y sí, es un agrandado. Pero cuánta razón tiene...


sábado, 22 de agosto de 2009

El secreto de sus ojos


Título original: El secreto de sus ojos (Argentina, 2009) / Dirección: Juan José Campanella / Elenco: Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella, Pablo Rago, Javier Godino, José Luis Gioia, Mario Alarcón / Duración: 127 mins.

El secreto de sus ojos es una muestra de que, mal que les pese a muchos críticos, es posible conjugar el cine de calidad con el masivo. Es un film que, sin ser perfecto, sigue demostrando que Juan José Campanella (que no es santo de mi devoción) sabe cómo filmar una película, más allá de las diferencias que uno pueda tener con sus elecciones narrativas o su ideología como autor.
Basada en la novela La pregunta de sus ojos, de Eduardo Sacheri, la película marca un cambio de rumbo para Campanella, al menos si se toman en cuenta sus tres últimos trabajos (El mismo amor la misma lluvia, El hijo de la novia y Luna de Avellaneda). Aquí deja de lado el costumbrismo romántico sentimentalista para meterse en una historia dramático-policial que tiene sí, en su centro, una historia de amor no consumada. Benjamín Espósito (Darín) es un ex empleado de un juzgado que, ya retirado, decide escribir una novela sobre un caso de violación seguido de muerte que, 30 años atrás, lo marcó a fuego. Es así que la película va y vuelve en el tiempo, desde el presente hacia esa Argentina turbulenta de mediados de los 70, durante pleno gobierno de Isabel Perón. Época en la cual la justicia no podía luchar contra el clima político imperante (pensándolo bien, ¿cuándo pudo?). Espósito, entonces, irá abriendo viejas heridas dejadas por este caso que, con la novela como excusa, intentará cerrar.

Campanella es un director al que uno puede criticarle varias cosas. En mi caso, siempre noté en sus películas cierta manipulación dramática. Una especie de intento por manejar los sentimientos de la audiencia. De decirle cuándo reír y cuándo llorar. Pero, más allá de esto, es un tipo que sabe lo qué quiere filmar, y cómo filmarlo. Además de ser un hábil narrador, Campanella es, sin dudas, un buen director de actores. Darín a esta altura es casi imposible que no labure bien. Si bien para muchos es un actor sobrevalorado, yo creo que tiene una presencia notable y que ha logrado un aplomo como intérprete que le da credibilidad a todos sus roles. Soledad Villamil, por su lado, logra un muy buen trabajo, con un personaje frío y algo distante pero que trasciende esa cáscara a medida que la historia avanza. Ella es Irene, el objeto del deseo de Espósito, una abogada de familia de dinero de la cual el protagonista vive enamorado. Además, está muy creíble su caracterización a lo largo del tiempo, tanto por maquillaje como por su trabajo gestual. Y mucho se ha dicho ya sobre la presencia de Guillermo Francella, en un papel algo alejado de sus habituales tics cómicos. Y lo cierto es que el tipo está muy bien en la piel de Sandoval, ese oscuro pero muy querible alcohólico que es una especie de asistente de Espósito en el juzgado y que tendrá en la historia una participación muy importante. Pero su labor a mí no me sorprendió, ya que siempre consideré a Francella un talentoso intérprete. Pero quien sí me sorprendió gratamente fue Pablo Rago, como el marido de la mujer asesinada. Su papel tal vez sea el más difícil de la película, pasando por distintos estados dramáticos, y Rago lo cumple con creces, aportando una actuación medida y con matices.

El film es técnicamente irreprochable (reconstrucción de época, maquillaje, efectos especiales) y contiene una gran escena de persecución en un estadio de futbol, de factura inusual para nuestro medio. Es la clase de escenas con las que los directores buscan regodearse. Y si lo hace Brian De Palma, ¿por qué no puede hacerlo Campanella? En cuanto a su narrativa, también es de destacar. Tal vez se le pueda reprochar que, sobre el final, pierda un poco el foco y se extienda más de la cuenta, queriendo dar un cierre a todos sus componentes. Pero esto es buscarle un poco el pelo a la leche.
El secreto de sus ojos es cine del bueno. Cine argentino, de género y no-independiente, por más que a muchos les pese.


jueves, 13 de agosto de 2009

Tarde pero seguro: Hacia rutas salvajes


Título original: Into the wild (USA, 2007) / Dirección: Sean Penn/ Elenco: Emile Hirsch, Catherine Keener, Marcia Gay Harden, William Hurt, Vince Vaughn, Hal Holbrook, Jena Malone / Duración: 148 mins.

Into the wild es la cuarta película como director de Sean Penn. Y el talentoso actor sigue demostrando ser un realizador más que interesante, que mantiene destrás de cámaras la misma integridad, y solemnidad, que transmite delante de ellas. La película está basada en una novela de John Krakauer que relata la historia real de un joven idealista. Y si bien en algunos tramos la invade un tufillo a manual de autoayuda, el film alcanza indudables momentos de honestidad y belleza.
Christopher McCandless es un joven de 23 años que, luego de recibirse en la facultad, decide dejar todo de lado: a sus padres, a su hermana y a sus posesiones materiales. Su plan es salir a la ruta por dos años, viviendo de la naturaleza y de lo que la vida le provea, con el objetivo final de llegar a Alaska. En el camino, Christopher se irá cruzando con distintas personas a quienes, al revés de lo que uno supondría, influirá de manera notoria.

El relato está armado desde dos líneas temporales. En una, Christopher está ya cerca de Alaska, instalado en un autobús abandonado que encontró por casualidad, tratando de sobrevivir en medio de la, muchas veces, hostil naturaleza. En la otra, se nos muestra el recorrido de Chris antes de llegar allí, y los personajes que fue conociendo. O sea, la peli va y vuelve en el tiempo hacia ese presente en el bus. Sean Penn maneja muy bien el relato de este modo, logrando que el film nunca aburra (a pesar de sus 2 hs y media). Además, captura perfectamente el espíritu de la historia y de su protagonista.
Es sin dudas valioso el trabajo de Emile Hirsch, quien logra una actuación madura y solvente, transmitiendo la naturaleza pacífica y casi mística de Christopher. El actor demuestra tener el carisma necesario, logrando la difícil tarea de estar casi todo el tiempo en pantalla. Del resto del elenco se puede destacar al veterano Hal Holbrook (nominado al Oscar de reparto), como un solitario hombre al que Chris conoce casi al final de su recorrido; y a la siempre interesante y luminosa Catherine Keener, como la integrante de una pareja hippie. Por el otro lado, los padres de Chris, interpretados por William Hurt y Marcia Gay Harden, son representados de un modo algo esquemático, siendo tal vez esto lo más flojo del film.

Penn eligió para musicalizar la película a Eddie Vedder, el líder de Pearl Jam, quien creó varias melodías de relajada belleza que adornan y acompañan el relato efectivamente.
Into the wild
es una película poética que corre el riesgo, como dije, de parecer un manifiesto pacifista. Y seguramente más de un irónico (yo suelo serlo) esté tentado en varios momentos a desdeñar algunas frases aquí escuchadas. Pero es un film de una indudable hermosura y sutileza. Y cualquiera con algo de humano dentro suyo tiene que sentirse identificado con las motivaciones del protagonista, si bien tal vez no con sus métodos.
En conclusión, un film realmente para disfrutar sin prejuicios y con la mente abierta.