miércoles, 17 de junio de 2009

Asfixia


Título original: Choke (USA, 2008) / Dirección: Clark Gregg / Guión: Clark Gregg (basado en la novela de Chuck Palahniuk) / Elenco: Sam Rockwell, Anjelica Huston, Kelly Macdonald, Brad William Henke, Clark Gregg, Joel Grey
/ Duración: 89 minutos
Víctor Mancini (Rockwell) es un adicto al sexo que trabaja en un parque temático en el que se recrea la época colonial norteamericana. De su caótica existencia, se podría destacar que: acude a reuniones de adictos al sexo, aunque lo hace más para coger con las asistentes que para curarse; tiene una madre (Huston) internada con Alzheimer, que vive confundiéndolo con otras personas; cena habitualmente en restaurantes lujosos en los que finge asfixiarse con su comida, con el objetivo de recibir donaciones posteriores por parte de las personas que lo salvan (porque sienten por él un sentimiento de culpa).
En medio de este descontrol, Victor descubre un día, por los dichos de su inconexa madre, que su padre tal vez no sea quien él creía (siempre había creído que lo había abandonado de pequeño). Entonces, hará lo imposible por arrancarle a la madre la identidad de su padre, para lo que recurrirá a la ayuda de la doctora Marshall (Macdonald), nueva integrante del staff del instituto a quien Victor, obviamente, tratará también de “empomarse”.

Choke fue escrita y dirigida por Clark Gregg, quien adaptó la novela homónima de Chuck Palahniuk (autor también de El club de la pelea). Éste es el debut en la dirección de Gregg, conocido hasta ahora por su labor como actor (muchos lo identificarán por interpretar al ex esposo de Julia Louis-Dreyfuss en The New Adventures of Old Christine; y en el film hace el papel del superior de Victor en el parque). Y hay que decir que no es un debut del todo feliz. El terreno de la comedia negra es uno pantanoso y peligroso. Es uno de los subgéneros más difíciles de encarar, ya que uno se mueve constantemente sobre un límite muy fino, corriendo el permanente riesgo de caerse. En este caso, si bien los resultados están lejos de ser bochornosos, también lo están de ser exitosos. Gregg no logra nunca que el film levante vuelo. No es tanto un problema de tono, sino de lograr explotar las posibilidades de su historia. El personaje central es un tipo bastante difícil de querer, y la película poco hace para que realmente nos importe lo que le pasa. Y todo termina siendo una sumatoria de situaciones potencialmente interesantes, pero desarrolladas por la mitad.
Sin dudas que esto no es culpa del elenco. Sam Rockwell es un actor al que los personajes retorcidos le salen como anillo al dedo. Y si bien hay algunas poses suyas que me suelen caer medio mal, hay que admitir que tiene un gran carisma y una facilidad evidente para moverse entre el drama y la comedia. Anjelica Huston también hace lo justo y necesario con su personaje, tanto en su actualidad con Alzheimer, como en los flashbacks en los que se la muestra como una madre bastante “poco ortodoxa” y ausente.

Me resulta difícil desechar totalmente a un film como este, ya que al menos es bastante original. Pero es una de esas películas que dan lástima más por lo que podrían haber sido que por lo que son. Seguramente, un director más experimentado y talentoso podría haber llevado la historia a otro nivel (como lo hizo David Fincher con El club de la pelea, aunque, justo es decirlo, aquella tenía un presupuesto mucho mayor). Lo que queda, es el esqueleto de un film potencialmente atrevido y conmovedor, pero que no llega a ser ninguna de las dos cosas. Los ocasionales apuntes interesantes, algunas situaciones bizarras y las buenas actuaciones alcanzan como para recomendarla muy tibiamente, con todas las reservas ya planteadas.
En Argentina se consigue en DVD hace un par de meses.