sábado, 8 de diciembre de 2007

Héroes Anónimos (Parte 2)

Acá llega la segunda entrega de esta serie que destaca a los invalorables actores secundarios. Aquellos seres a los cuales vemos constantemente, pero de quienes muchas veces no sabemos el nombre. En este caso, algunas caras que pululan en la actualidad.

Steve Buscemi: lo pongo casi a pedido del público de este blog. Es que si bien es uno de los más brillantes actores secundarios de los últimos 20 años, a esta altura el suyo es un nombre muy conocido. Actor fetiche de los hermanos Coen (actuó en Millers Crossing, Barton Fink, The Hudsucker Proxy, The Big Lebowski y Fargo) armó su carrera intercalando películas pequeñas con grandes producciones (Con Air, Armaggedon, The Island). Esto, sin dudas, ha ayudado a que su cara de ojos saltones sea muy reconocible. Un actorazo, sin dudas, del cual vale la pena nombrar también Reservoirs Dogs (1992) y Ghost World (2001), entre tantísimas otras.

James Cromwell: otro con una larga carrera en TV y cine, pero que comenzó a destacarse realmente a mediados de los 90s en películas importantes: Babe (1995), por la cual estuvo nominado al Oscar secundario; The People vs. Larry Flint (1996); Los Angeles al Desnudo (L.A. Confidencial, 1997); Impacto Profundo (Deep Impact, 1998); La Hija del General (The General’s Daughter, 1999); Milagros Inesperados (The Green Mile, 1999); Space Cowboys (2000); Spider-Man 3 (2007). Se especializa en interpretar a figuras de cierta autoridad, mayormente hijos de puta.

David Morse: este es un muy buen actor que viene apareciendo asiduamente desde los ‘80s. Y si bien en teatro y TV ha tenido protagónicos, en la pantalla grande parece destinado al rol secundario. Algunas de sus películas destacadas: The Indian Runner (1991); La Fuga (The Getaway, 1993); Doce Monos (Twelve Monkeys, 1995); La Roca (The Rock, 1996); Milagros Inesperados; Bailarina en la Oscuridad (Dancer in the Dark, 2000); Prueba de Vida (Proof of Life, 2000); 16 Blocks (2006); Disturbia (2007). Dueño de una extraña expresión que lo ha destinado mayormente a papeles de villano o loco, aunque demostró también ser más que apto para interpretar a tipos normales.

Chris Cooper: excelente actor que en los últimos años ha participado en muchas películas importantes. Su momento cumbre fue en El Ladrón de Orquídeas (Adaptation, 2002), la película de Spike Jonze por la que ganó el Oscar a actor secundario en el papel del singular “ladrón” del título. Pero además lo viste en Grandes Esperanzas (Great Expectations, 1998); Belleza Americana (American Beauty, 1999); El Patriota (The Patriot, 2000); Identidad Desconocida (The Bourne Identity, 2002); Seabiscuit (2003); Capote (2005); Syriana (2005) entre muchas otras. Un actor de mucha clase y profundidad.

Luis Guzmán: Si bien en sus comienzos, a principios de los 80s, aparecía en TV y cine casi siempre haciendo el papel de ladrón (típico rol del latino en Hollywood), en los últimos años se ganó un lugar de importancia al ser convocado en forma recurrente por cineastas como Steven Soderbergh (Out of Sight, The Limey, Traffic) y Paul Thomas Anderson (Boogie Nights, Magnolia, Punch-Drunk Love). También puede vérselo en Carlito’s Way (1993); Snake Eyes (1998); The Bone Collector (1999) y muchas otras cintas importantes. Es un actor que me resulta muy simpático.

jueves, 6 de diciembre de 2007

¿No será mucho?

Hoy escuché en Cuál Es? a nuestro gurú cinematográfico Guille Hernández hablar sobre un estreno rumano llamado 4 meses, 3 semanas, 2 días. La película trata el tema del aborto en medio de la Rumania comunista. Y parece que es un film muy destacable en muchos aspectos (viene de ganar la Palma de Oro en Cannes). Sin embargo, Guille ha hecho hincapié en la extrema crudeza de algunas imágenes que se ven. Él prefirió no entrar en detalles, pero si les interesa, el tema es tratado en casi todos los artículos publicados sobre la película. Y concluyó Guille en que hubiera preferido no ver algunas cosas que allí se muestran. No he visto la película y, con estas referencias, no creo que la vea. Ojo, no la estoy prejuzgando (leí que es una gran película), pero elijo no verla. Y agradezco que Guillote haya comentado ese detalle.
Realmente, yo también le escapo a la violencia innecesaria. Hablo de cuando se llega a extremos sensacionalistas. Me acuerdo de Irreversible, por ejemplo. Una película que me pareció despreciable en su intención de sacudir al espectador con imágenes y escenas de una crudeza casi insoportable. Si bien se trataba de un film admirablemente realizado (por el franco argentino Gaspar Noé), el grado de detalle con el que se mostraban algunas cosas (las famosas escenas del asesinato con el matafuegos, o la violación a Monica Bellucci) no tenían, según mi punto de vista, otra intención que shockear al espectador. No estoy diciendo que sea el caso de 4 meses... ya que, reitero, no la ví. Y quiero aclarar que disfruto de muchas películas que incluyen cierta cuota de violencia (Pulp Fiction, El Club de la Pelea, Una Historia Violenta, muchos filmes de terror). Pero el tema me sirve de disparador.
Desde ya, cada persona es un mundo, y lo que a uno le puede parecer repulsivo, a otro le puede parecer intrascendente. Yo mismo he disfrutado películas que otros encontraron chocantes o desagradables. En mi caso, pienso que es importante la sinceridad de un director. O sea, si decidió incluir algún elemento shockeante en su película porque tenía la certeza de que era lo mejor y más coherente para el filme, y no para despertar el morbo y generar una reacción por parte del espectador.
Pero a veces me pregunto cuál es el límite. O cual debería ser el límite, de tener que existir. Y no hablo de ninguna clase de censura (o auto-censura). Desde ya, opino que cada realizador es libre de filmar lo que quiera, y los espectadores de ver lo que quieran. Pero, ¿con qué paramétros pueden fijarse límites los cineastas? ¿Y nosotros, los espectadores? ¿Es válido mostrar cualquier cosa, por más shockeante que sea? ¿Debe un director tomar decisiones pensando en la sensibilidad del espectador? Son preguntas que me hago para las cuales no tengo respuesta definida. Tal vez se las esté haciendo a Uds para conocer su opinión. Me gustaría conocerla.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Grandes Creaciones: Torrente

Como ya dije alguna vez, hay actuaciones que van más allá de la mera representación de un personaje. Son aquellas grandes creaciones que trascienden la película para incorporarse a la cultura popular. Torrente (1998) es, sin dudas, una de ellas.
Santiago Segura, comediante de probada validez en filmes de Alex de la Iglesia (El Día de la Bestia, Acción Mutante, Muertos de Risa), escribió, dirigió y protagonizó esta comedia bizarra sobre un ex policía, corrupto y totalmente decadente, que se ve inmiscuido en una intriga policial. El personaje de José Luis Torrente es una obra maestra de lo grotesco. Su aspecto sucio y desalineado, su descarada falta de ética, sus patéticos aires de superioridad, sus reacciones xenófobas y machistas. Todas sus características conforman un personaje censurable y despreciable desde todo punto de vista, pero absolutamente desopilante.
Lo que hace sublime al film es la manera grotesca pero inteligente en que está realizado. Si bien todos los personajes son ridículos, están mostrados desde la ironía. El guión, que camina constantemente la delgada línea de la incorrección política, se regodea en esa mirada desprejuiciada, sin temor a burlarse de cualquier tópico (como la retrasada mental de la pescadería). La galería de personajes secundarios es increíble: el padre lisiado de Torrente; el infradotado vecino (interpretado por Javier Cámara) y su prima ninfómana; los villanos ineptos; los nerds que se suman al “escuadrón” de Torrente; Carlitos, el “soplón” tuerto que vende boletos de la lotería vencidos. Y más...
En fin, una obra maestra indispensable para quienes amen el humor negro y absurdo.
Tuvo dos secuelas que, debo admitir, no he visto. Si alguien tiene algún comentario sobre ellas, se agradecerá.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Héroes Anónimos (parte I)

Existen actores a los que hemos visto infinidad de veces pero nos cuesta recordar sus nombres. Son aquellos nunca bien ponderados actores de reparto. Esos tipos y minas que parecen haber nacido para dar apoyo (tal como lo indica su apelativo en inglés, supporting) a los protagonistas. Lo cierto es que muchos de ellos son excelentes actores (mejores en muchos casos que varias estrellas) que, por esas cosas del destino, nunca han llegado a tomar el rol protagónico. En algunos casos son también actores de destacada trayectoria teatral o televisiva.
Hay grandes actores que han logrado intercalar en sus carreras roles protagónicos y secundarios (Ed Harris, Willem Dafoe, William H. Macy, Michael Caine, Morgan Freeman, Robert Duvall, Joan Allen, por nombrar algunos). Pero estos que veremos a continuación, no. Ellos han hecho su quintita en el mundo del reparto. Y, en definitiva, mal no les ha ido. Y todos los recordamos. Aunque sea sus caras.
Aquí van, entonces, los primeros ejemplos (habrá más entregas) de estos queridos actores, para que al menos la próxima vez que los veas no preguntes “¿cómo se llamaba este?”. En este caso, algunos de la guardia vieja.

Ned Beatty: nada que ver con Warren. Lo viste en muchísimas películas (actuó en unas 80). Entre sus papeles más destacados se pueden nombrar Deliverance (1972), que fue su debut en cine; Nashville (1975); Todos los Hombres del Presidente (All the President’s Men, 1976); Network (1976), por la que fue nominado a un Oscar; y su inolvidable rol de Otis, el inepto ayudante de Lex Luthor en las Superman protagonizadas por Christopher Reeve. Todavía muy activo, últimamente apareció en Shooter (2007). Es uno de esos actores confiables, que nunca se luce demasiado pero que devuelve todas redonditas. Su peor pecado es haber actuado en varias películas pedorras, muchas de ellas con su amigo Burt Reynolds.

Charles Durning: también amigo de Reynolds. Este petiso, gordito, y viejo desde que tengo memoria (en febrero cumple 85 años), cuenta con más de 80 films en su haber. Su primera aparición memorable en cine fue en El Golpe (The Sting, 1973). A partir de allí, ha estado en decenas de películas destacadas: Tarde de Perros (Dog Day Afternoon, 1975); Tootsie (1982); ¿Dónde estás Hermano? (O Brother Where Art Thou?, 2000), por nombrar algunas. Es un talentoso comediante, que estuvo dos veces nominado al Oscar a Actor Secundario: La Mejor Casita del Placer (The Best Little Whorehouse in Texas, 1982) y Ser o no Ser (To Be or not To Be, 1983).


Jack Warden: otro que parece haber nacido viejo, y que lamentablemente murió en el 2006, a los 85 años. Su porte señorial era ideal para papeles que requerían transmitir autoridad. Actuó en una centena de filmes, muchos de ellos clásicos: Doce Hombres en Pugna (Twelve Angry Men, 1957); Todos los Hombres del Presidente; …Y Justicia para Todos (…And Justice for All, 1979); Desde el Jardín (Being there, 1979); El Veredicto (The Verdict, 1982); Bulworth (1998). Fue nominado al Oscar a Actor Secundario por Shampoo (1975) y El Cielo Puede Esperar (Heaven Can Wait, 1978), ambas protagonizadas por su amigo Warren Beatty.


George Kennedy: un verdadero veterano (tiene 82 pirulos) que ha participado en varios clásicos, aunque durante los últimos 20 años de su carrera apareció en algunas películas de muy mala calidad. Además de en numerosos westerns, puede vérselo en Doce del Patíbulo (Dirty Dozen, 1967); Aeropuerto (Airport, 1970); Terremoto (Earthquake, 1974); y la serie de La Pistola Desnuda. Ganó el Oscar a actor secundario por La Leyenda del Indomable (Cool Hand Luke, 1967), junto a Paul Newman.



Ernest Borgnine: OK, este es muy conocido. Y tiene algo que lo destaca del resto de los aquí nombrados: ha ganado el Oscar a Actor Principal. La película por la que lo logró es Marty (1955), uno de sus primeros filmes. Pero lo cierto es que luego de este suceso, el grueso de su carrera la construyó a base de roles secundarios. De hecho, es imposible no mencionarlo ya que su cara aparece secundando muchísimas películas, mayormente westerns y filmes bélicos. De Aquí a la Eternidad (From Here to Eternity, 1953); Doce del Patíbulo; Estación Polar Zebra (Ice Station Zebra, 1968); La Pandilla Salvaje (Wild Bunch, 1969); La Aventura del Poseidón (The Poseidon Adventure, 1972); Escape de New York (Escape From New York, 1981) son algunos de los más de ¡¡130!! filmes en los cuales participó Ernest, aún vivito y coleando a sus 90 años.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Una Vida Menos Ordinaria

Me pasa cada vez que me voy de vacaciones. Vuelvo con la certeza de que otra vida es posible. Y no estoy hablando de rascarse el higo todo el día. Eso está bueno por un tiempo corto. Hablo de vivir más relajado, de manera más saludable que esta rutina demencial en la que de lunes a viernes nos esclavizamos 10 horas por día y nos desvivimos por cosas que no tienen la más mínima importancia. Llega un punto en el que tenés que entender que vida hay una sola y es muy corta. Y que existe otra manera de encararla. Y que es bueno darse cuenta, aunque sea ahora, a no darse cuenta nunca.
Ya sé que el cliché es que todo el mundo odia su trabajo. Pero bueno, inclúyanme. De todas formas, voy más allá del empleo. Hablo de una filosofía de vida que te permita disfrutar de las cosas simples. Darte un tiempo para encontrarte con vos mismo y con tus seres queridos. De hacer de tu vida algo productivo, no sólo monetariamente sino para tu espíritu. Que lo que hagas diariamente te haga crecer como persona.
Había una película que se llamaba Una Vida Menos Ordinaria, y si bien no hablaba exactamente de esto, su título bien resume mi sentimiento. Eso quiero para mí. Algo menos común, más estimulante. No levantarse sabiendo que el día de hoy será igual al de ayer y al de mañana. Que mi biografía no sea una fotocopia. Es un lindo objetivo. Sé que he comenzado los primeros pasos hacia ese horizonte. Y eso ya me pone feliz. Es mucho mejor que quedarse sentado mirándolo.
Bueno, disculpen el post intimista. Próximamente les sigo hablando de cine y esas cosas.