Y ganó Hannibal Lecter nomás. Así es, el personaje creado por Thomas Harris e inmortalizado por Anthony Hopkins fue elegido por Uds. (con un 56% de los votos) como el loquito más aterrador de todos. Y si bien es cierto que en El Silencio de los Inocentes el tipo daba miedo (basta recordarlo enmascarado y atado a esa camilla vertical), también es justo decir que no era el verdadero villano de la película. De hecho, él ayudaba a atraparlo.
Lecter es uno de esos personajes siniestros pero brillantes, que nos atraen por su personalidad e inteligencia. A pesar de que los espectadores sabemos los terribles actos de los que es capaz, no podemos evitar sentir simpatía hacia él. Y esta es una sensación que se acrecentó con las sucesivas películas (Hannibal y Red Dragon), en las que Hopkins acentuó los guiños hacia el espectador, convirtiéndonos en cómplices de sus maquinaciones. Además, la lógica de Lecter, generalmente, lo lleva a castigar a aquellos que se lo merecen (al menos desde su óptica).
Lecter es uno de esos personajes siniestros pero brillantes, que nos atraen por su personalidad e inteligencia. A pesar de que los espectadores sabemos los terribles actos de los que es capaz, no podemos evitar sentir simpatía hacia él. Y esta es una sensación que se acrecentó con las sucesivas películas (Hannibal y Red Dragon), en las que Hopkins acentuó los guiños hacia el espectador, convirtiéndonos en cómplices de sus maquinaciones. Además, la lógica de Lecter, generalmente, lo lleva a castigar a aquellos que se lo merecen (al menos desde su óptica).
A mí, personalmente, me da más miedo la enfermera Wilkes. La imagen de ella con el martillo y el tipo atado a la cama, como diría el Dr. Chapatín, me da cosa. Pero es verdad que tener a Lecter de vecino también me inquietaría bastante. En definitiva, un personaje y una interpretación inolvidables. Aunque a esta altura, Hannibal más que un villano es un amigo.