Creo que cuando uno va a ver una película, en especial con la intención de criticarla y/o analizarla, debe, antes que nada, ponerse en situación. Esto es, tener en cuenta cuáles son las intenciones, objetivos y públicos a los cuales apunta dicha película. Y eso fue lo que me propuse antes de ver
Meteoro, la nueva producción de los hermanos
Wachowski (
Matrix). Y así, con mi cerebro trabajando a reglamento (o en punto muerto, ya que de autos se trata) y entregado a los más básicos impulsos, pude atravesar sus más de dos horas de metraje sin mayores inconvenientes, y hasta disfrutando varios momentos.
Meteoro es la adaptación al cine del célebre animé japonés que cuenta la historia de, justamente, Meteoro (Emile Hirsch), un joven y ascendente corredor de autos que vive a la sombra de su admirado y fallecido hermano Rex. Su suceso en las pistas generará el interés del exitoso empresario automovilístico Royalton, quien lo querrá fichar para su poderoso imperio. Esto disparará en Meteoro la disyuntiva entre sumarse al negocio multimillonario, o mantenerse fiel a los principios inculcados por su padre, fundador y diseñador de la escudería Racer.
Nunca fui muy fanático de esta serie, así que si la peli trastoca muchos elementos del original, eso no lo sé. Como mayor virtud, hay que resaltar el aspecto visual del film. Los Wachowski hicieron un trabajo excelente trasladando a la pantalla grande el mundo surrealista del animé. La trilogía de Matrix es una prueba irrefutable de que son fanáticos del género, por lo que no sorprende que hayan adaptado esta historia, a la cual le imprimen no sólo el vértigo necesario, sino una imaginería visual impactante. Casi toda la película está realizada sobre escenarios generados por computadora, siendo las escenas de las carreras (obviamente) las más sorprendentes. Pero, además, los Wachowski se valen permanentemente de las convenciones y recursos del género, utilizando superposiciones, planos paralelos y flashbacks que ayudan a darle velocidad al relato. En este sentido, vale la pena prestar especial atención a los primeros 20 minutos, en los cuales se nos pone al tanto de la historia de manera notable.
Antes de hablar del elenco, debo confesar que me la comí doblada... Quiero decir, que vi una copia de la película doblada al castellano... ¿qué habían pensado? Entonces, no puedo valuar las actuaciones con toda propiedad. Igual, el doblaje no es malo. Al menos, no hubo que soportar las voces de Guido Kakzca, Verónica Lozano o atrocidades por el estilo. Salvo un par de ¡órales!, se puede tolerar bien... Volviendo al elenco, me pareció que en líneas generales está bien. Uno no puede esperar realismo en los personajes de un animé. Creo que Hirsch está correcto como Meteoro. Aunque si es un gran actor, acá no es el lugar para demostrarlo (si Sean Penn lo eligió para su film Into the wild, por algo será). Y la participación de dos actores consagrados como John Goodman y Susan Sarandon para interpretar a sus padres realmente suma, en especial el primero. Y por ahí anda también Matthew Fox, nuestro querido Jack de Lost, aquí haciendo del enigmático corredor X. Aunque yo, al verlo, no podía dejar de pensar que era Jack disfrazado...
El mayor interrogante que me generó la película (y en el que le veo su talón de Aquiles) es a qué público apunta. Es un aspecto en el que me parece que el film es un poco un híbrido. Con dos horas y monedas de duración, es muy largo para los más chicos. Además, algunos puntos de la trama (que, de todas formas, es bastante básica) pueden resultar medio tediosos, así como el uso de flashbacks puede confundir a chicos de corta edad. Por el otro lado, hay aspectos de la historia y de su manejo que son claramente infantiles para un público adulto. O sea, el film no tiene una posible audiencia tan amplia como, por ejemplo, Los piratas del caribe. En definitiva, yo diría que el rango de edades va desde chicos de ocho años (aprox.) hasta post-adolescentes, en especial de sexo masculino. Y algún que otro adulto con nostalgia y poquísimas ganas de pensar.
El film está pensado para ser disfrutado en la pantalla grande (de hecho, se estará dando también en IMAX). En un ámbito casero, su apreciación bajará bastante. Y a mí crítica deberían quitarle un par de puntitos... En conclusión, un film entretenido, bien realizado y que intenta transmitir un mensaje positivo para los chicos. Pero que es el equivalente a un caramelo muy dulce y brillante, con un colorido envoltorio. No esperes que en el centro tenga dulce de leche ni chocolate. Mucho menos licor. Es puro azúcar con colorante. Se disfruta mientras lo tenés en la boca. Una vez derretido, no vas a recordar su sabor.
