lunes, 22 de junio de 2009

Tarde pero seguro: Perdidos en Brujas


Título original: In Bruges (Inglaterra/USA, 2008) / Dirección y guión: Martin McDonagh / Elenco: Colin Farrell, Brendan Gleeson, Ralph Fiennes, Clémency Poésy / Duración: 107 mins.

Vuelvo a esta sección en la que hablo sobre películas que no vi en su momento de estreno, pero que con el paso del tiempo he podido apreciar. En este caso, se trata de esta más que recomendable película llamada In Bruges.
Luego de terminar un “trabajo”, dos asesinos a sueldo británicos son enviados a la ciudad de Brujas (en Bélgica), por un par de semanas, para esperar instrucciones de su jefe. Ninguno de los dos sabe realmente para qué fueron enviados a esa pequeña y antigua locación. Ken (Brendan Gleeson) es un cincuentón relajado que decide disfrutar de la estadía como cualquier turista, fascinado por los edificios medievales de la pintoresca ciudad. Ray (Colin Farell), bastante más joven, es un tipo al cual poco le interesan la historia y los museos, por lo que se siente como fiera enjaulada. Además, carga con un sombrío incidente del pasado cercano que atormenta su conciencia y que lo sume en una profunda depresión, de la cual logra salir sólo de a ratos. Desde ya, las cosas para ellos se irán complicando, especialmente desde el momento en que se sepa el por qué de su estancia en Brujas.

Si bien In Bruges es básicamente una comedia, tiene elementos de su trama bastante oscuros y que poco invitan a la risa. Se podría decir que es una comedia negra dramática. Esta conjunción de elementos, en apariencia incompatibles, esta bien manejada, aunque es cierto que a algunas personas les pueda parecer algo chocante. Las situaciones van de lo grotesco a lo ridículo, pasando por lo violento y lo cómico. Pero la película no va por el lado del humor negro cool tipo Tarantino o Guy Ritchie, sino que tiene un tono más dramático, más natural.
Lo cierto es que el film no funcionaría si no hubiera química entre sus dos protagonistas, pero afortunadamente no es el caso. Gleeson y Farrell están excelentes en sus papeles, registrando de manera perfecta tanto los momentos cómicos como los dramáticos. Y por más que los diálogos no tengan la brillantez de un film de Tarantino, los protagonistas otorgan a sus personajes gran frescura, generando entre ellos una relación creíble y fraternal. Y ya que hablamos de actuaciones, hay que destacar también la aparición, en el último tercio del film, de Ralph Fiennes en el rol de Harry, el maniático jefe mafioso. Desde su disgustado gesto facial y vulgar forma de hablar, Fiennes logra una caracterización entre cómica y temible, muy alejada de sus solemnes trabajos habituales. Sin dudas, es de lo mejor que ha hecho en los últimos tiempos.

In Bruges está lejos de ser una obra maestra y, como dije, tiene algunos elementos que posiblemente no terminen de cuajar de manera perfecta. Pero su atmósfera por momentos de ensueño, sus actuaciones entrañables y su falta de grandes pretensiones la convierten en una experiencia muy disfrutable. Y es bueno ver a Farrell haciendo esta clase de filmes chiquitos, en los que nos hace olvidar de toda la boludez que ha rodeado su ascenso a la fama, demostrando que, en definitiva, es un muy buen actor.