
Leyendo distintos comentarios en la blogósfera, he podido comprobar que existe cierta expectativa con esta película. Mi humilde recomendación hacia Ustedes es que bajen esas expectativas. Bastante, les diría. ¿Ya las bajaron? Bueno, ahora bájenlas un poco más...
10000 A.C. es la nueva superproducción del director alemán Roland Emmerich (Día de la Independencia, El día después de mañana) y centra su relato, supuestamente, en la época del título. Digo supuestamente porque el rigor histórico del film es tan destacable como el de una obra de chicos de primer grado. La historia es simple: una tribu de cazadores de mamuts es atacada una noche por una banda de misteriosos guerreros, quienes raptan a varios integrantes del poblado para esclavizarlos. Entre ellos está Evolet (Camilla Belle), joven enamorada del ascendente (y conflictuado) cazador D'Leh (Steven Strait), quien saldrá entonces en su búsqueda, encontrando en su camino distintas complicaciones y aventuras, hasta llegar a la avanzada civilización en la que está su amada. Suena excitante, ¿no? Mmmm, no.
Sinceramente, no me gusta "destruir" una película, porque uno piensa en la gente que trabajó y en las buenas intenciones de los realizadores. Y además porque yo miro cine para disfrutarlo, no para atacarlo. Pero tratándose de una superproducción hollywoodense como ésta, no me cabe tener esos reparos... Prácticamente todo está mal en esta película. Todo. Tiene un par de buenos efectos especiales, pero a esta altura, eso es casi una base que cualquier producción millonaria debe ofrecer. Pero hay cosas que el dinero no puede comprar. Como el talento.

Que una peli de
Emmerich no tenga un guion muy destacable no debería sorprender, pero éste (co-escrito por él mismo) es increíblemente pobre. La historia es muy básica y los diálogos llegan a ser risibles. Mientras la veía, no podía dejar de pensar en la huelga de guionistas. Menos mal que se solucionó... A la falta de una buena historia se le suma el hecho de carecer de protagonistas famosos o, al menos, carismáticos. Los dos principales parecen modelos de
Pancho Dotto disfrazados de aborígenes. Es realmente increíble... Se necesita un director muy talentoso (
Spielberg, por ejemplo) para llevar adelante un relato en estas condiciones.
Emmerich, está claro, no lo es. Además, la falta de carnadura de los personajes obliga a que una recurrente voz en off vaya explicando sus motivaciones y procederes. Algo que resulta realmente molesto y que no ayuda para nada a meternos en la "historia". Ni siquiera las esporádicas escenas de acción lograron ahuyentar mi tedio.
Al ver filmes tan mediocres como éste uno se da cuenta por qué producciones como El señor de los anillos deben ser valoradas. Porque respetan al espectador, trabajando en la historia y en los personajes tanto o más que en los efectos especiales. Cuando uno asiste a las batallas de los filmes de Peter Jackson, no sólo está excitado por la espectacularidad de la puesta en escena, sino porque le interesa realmente el destino de los personajes. Acá los personajes tienen tanta profundidad como los maniquíes de una vidriera. Para cuando tiene lugar la batalla final, en lo único que estamos interesados es en que se termine de una buena vez.
Realmente, no me gusta ser tan lapidario, pero molesta ver filmes de este tipo en los que no se respeta al espectador. Se nota que todavía existe gente en Hollywood que cree que metiendo un par de animales digitales gigantes, batallas multitudinarias y actores hermosos pero sin alma, la gente va a ir corriendo a las salas. Espero que les muestren lo contrario.
10000 A.C. se estrena en Argentina el 6 de marzo.
