martes, 14 de abril de 2009

Synecdoche, New York


Título original: Synecdoche, New York (USA, 2008) / Dirección: Charlie Kaufman / Elenco: Philip Seymour Hoffman, Catherine Keener, Samantha Morton, Michelle Williams, Tom Noonan, Emily Watson, Jennifer Jason Leigh, Hope Davis, Dianne Wiest
/ Duración: 124 minutos

Hay películas que desafían cualquier lógica y expectativa previa. Que nos descolocan. Que nos confunden. Que nos dan bronca y placer a la vez. Y que rechazan un análisis “objetivo” mediante el cual aplicarles una escala de valores. Es el caso de Synecdoche, New York, el debut como director del singular guionista Charlie Kaufman (¿Quieres ser John Malkovich?, El ladrón de orquídeas, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos). Un film tan inclasificable y distinto, que me resulta imposible juzgarlo como a cualquier otro.
Voy a hacer un intento por contar algo de la trama. Caden Cotard (Hoffman) es un director de teatro que está en un momento complicado de su vida, estrenando una obra y en plena crisis con su mujer (Keener), una reconocida artista plástica. Un día ella viaja a Berlín, llevando a la pequeña hija de ambos, para presentar una muestra. El tiempo pasa, y el viaje se prolonga. Mientras, Caden recibe un premio en dinero por sus logros artísticos, el cual decide utilizar para montar una nueva obra. Adquiere entonces un gran depósito abandonado, con la idea de recrear allí la vida tal cual sucede en el mundo exterior. Su objetivo es lograr una representación fiel y honesta de la realidad. Así, comienza a edificar esta obra, la cual se irá volviendo, con el paso del tiempo, más compleja (al igual que la película), llegando a confundirse con la vida real. Lo insólito, es que la obra está en permanente etapa de desarrollo y ensayo. Los años pasan, y nunca es realmente estrenada al público. Mientras, Caden guia como si fuera un dios todo lo que ocurre allí. Cada persona de la vida real de Caden tiene su equivalente en la obra. Él mismo tiene, incluso, a un actor interpretándolo. Y realidad y ficción se chocan constantemente.

Como dije, le peli va haciéndose más difícil a medida que avanza. Se vuelve cronológica y espacialmente difusa. Juega con realidades paralelas. De hecho, Kaufman ya demostró en el pasado su interés en borrar los límites entre ficción y realidad. En ¿Quieres ser John Malkovich?, donde el título ya lo dice todo. O en El ladrón de orquídeas, en la que el personaje protagónico era el propio Kaufman (interpretado por Nicolas Cage). Otro aspecto recurrente en su obra es la fortaleza de los personajes femeninos. En Synecdoche, el protagonista se relaciona principalmente con mujeres. Y todas son mucho más fuertes e independientes que él. No es de extrañar, en este contexto, que el elenco femenino sea realmente notable. Están aquí varias de las actrices más interesantes de la actualidad. Y al frente está Hoffman, un actor al que siempre vale la pena ver, interpretando a esa pila de traumas y síntomas clínicos que es Cotard.

Debo admitir que el film me dejó muchos más interrogantes que certezas. Incluso, no terminé de definir si me gustó o no. Por eso me niego a darle una puntuación. Lo cierto es que es una obra que hay que ver. Y que merece reconocimiento por su riesgo artístico. No sólo creo que vale la pena verla, sino que considero necesario verla más de una vez. No porque sea buena, sino porque es imposible apreciar todo lo que tiene para ofrecer de una sola vez. Tiene tantos elementos surrealistas y tanta hipertextualidad que una vez no alcanza. Excitante, confusa, cómica y trágica a la vez, Synecdoche es de esas películas que se quedan con uno. Y que te dejan pensando. ¿Obra maestra o sarta de incoherencias? Tal vez algún día me decida. Tal vez después de verla cuatro o cinco veces más... De lo que estoy seguro es que mientras haya tipos como Kaufman filmando, el cine nunca va a correr el riesgo de estancarse.
Synecdoche, New York se estrenaría en Argentina en septiembre de 2009.