miércoles, 3 de septiembre de 2008

Bandas de sonido: Velvet Goldmine (1998)

Como amante de la música, me debía un posteo relacionado al tema. Si bien tengo un blog y un programa radial donde desarrollo esta pasión, tenía ganas de hablar aquí, de vez en cuando, de grandes bandas de sonido. Y decidí empezar con Velvet Goldmine, film que en lo personal me gustó muy poco, pero cuya música es gloriosa.

El argumento de esta peli dirigida por Todd Haynes se desarrolla en la Inglaterra de los 70s, en pleno auge del glam rock, esa corriente más cultural que musical que tenía como bandera la liberación sexual y el culto a la imagen. En el film hay un músico ascendente llamado Brian Slade (Jonathan Rhys-Meyers), que ayuda a otro medio decadente llamado Curt Wild (Ewan McGregor), y un periodista (Christian Bale) que, algunos años después, debe investigar qué fue de la vida de estos personajes. La historia se basa, vagamente, en lo ocurrido en la vida real con David Bowie e Iggy Pop, y si bien es muy impactante desde lo visual y lo auditivo, es bastante pobre desde lo argumental. Aunque el movimiento glam se haya definido más por su forma que por su contenido, eso no significa que no se pueda hacer un film un poco más profundo sobre el tema.

Habiendo dicho esto, hay que admitir que su banda de sonido es impresionante. Los productores (entre los que figura Michael Stipe, de R.E.M.) sufrieron un revés cuando Bowie se negó a ceder sus canciones, lo que les dejó un vacío difícil de llenar. Pero lo resolvieron hábilmente. Por un lado, incluyeron gemas de artistas fundamentales de la época como T. Rex, Roxy Music, Lou Reed y Brian Eno. Además, armaron dos “súper bandas” para que grabaran nuevas versiones de algunos clásicos. Estas bandas eran "The Wylde Rattz" (Mark Arm de Mudhoney; Ron Asheton de The Stooges; Thurston Moore y Steve Shelley de Sonic Youth; Mike Watt de Minutemen; y Don Fleming de Gumball) y "The Venus in Furs" (Thom Yorke y Jonny Greenwood de Radiohead; Andy McKay de Roxy Music; Bernard Butler de Suede; y Paul Kimble de Grant Lee Buffalo). Y por último, sumaron nuevas composiciones de grupos actuales (Pulp, Shudder to Think) hechas especialmente para la película, que lograron captar el sonido característico del glam. El resultado final es un trabajo que es puro deleite glam y que logra, de manera mucho más concluyente que la película, transportarte a esa época particular. Un disco fundamental para cualquier amante de la música.

Este es el track list:

  1. "Needle In The Camel's Eye" - Brian Eno
  2. "Hot One" - Shudder To Think
  3. "20th Century Boy" - Placebo
  4. "2HB" - The Venus In Furs
  5. "T.V. Eye" - Wylde Rattz
  6. "Ballad of Maxwell Demon" - Shudder To Think
  7. "The Whole Shebang" - Grant Lee Buffalo
  8. "Ladytron" - The Venus In Furs
  9. "We Are The Boys" - Pulp
  10. "Virginia Plain" - Roxy Music
  11. "Personality Crisis" - Teenage Fanclub & Donna Matthews
  12. "Satelite Of Love" - Lou Reed
  13. "Diamond Meadows" - T. Rex
  14. "Bitter's End" - Paul Kimble & Andy Mackay
  15. "Baby's On Fire" - The Venus In Furs
  16. "Bitter-Sweet" - The Venus In Furs
  17. "Velvet Spacetime" - Carter Burwell
  18. "Tumbling Down" - The Venus In Furs
  19. "Make Me Smile (Come Up And See Me)" - Steve Harley

Y aquí les dejo todos los temas para escuchar:

domingo, 31 de agosto de 2008

Elogio a la locura

Hace poco tuve oportunidad de ver nuevamente Corazón salvaje (Wild at Heart, 1990), gran película del genial David Lynch. No me interesa tanto hacer aquí una crítica de esta cinta, sino compartir algunas reflexiones que me disparó, en especial sobre las formas en las cuales miramos una película y desde qué posición la evaluamos.
Wild at Heart es una de esas películas que son para amar u odiar (como todo el cine de Lynch). Y entiendo tanto a quien me diga que le parece una basura absoluta como a quien la considere una obra maestra (yo estoy más cerca de la segunda posición). Es que es un film tan radical en su propuesta y en su ejecución, que no creo que acepte medias tintas.
La película cuenta la historia de Sailor y Lula (Nicolas Cage y Laura Dern), dos amantes que ven amenazada permanentemente su relación por la posesiva madre de ella, quien no descansará hasta ver muerto al muchacho. De hecho, Sailor pasa un par de años preso por matar a un asesino enviado por la vieja. Al salir libre, él y Lula se fugan, pero la señora les seguirá el rastro. Los motivos reales de semejante encono, claro, se irán develando a lo largo de la película. Este argumento de film noir se convierte, en manos de Lynch, en una retorcida historia de amor plagada de simbolismos, escenas bizarras, violencia extrema y actuaciones exacerbadas. No hay ni un personaje de la película que se comporte como un ser humano normal (recuerdo una reseña del film en la que decían que parecía haber sido interpretado por los internos de un psiquiátrico). En este punto, creo que lo que hay que juzgar es si el film es coherente con sí mismo. Y éste lo es plenamente. La forma en la que Lynch eligió contar su historia es ésta, y no se desvía de ese camino jamás. El tono exagerado y chocante se mantiene de principio a fin. Es como una fábula bizarra. Aquel que “enganche” la onda de la película desde un principio y logre insertarse en el surrealista mundo de Lynch, podrá disfrutarla. Quien la mire desde una perspectiva lógica, esquemática y buscando veracidad, rechazará prácticamente todo lo que ocurra.

Como dije, el film me hizo reflexionar sobre cómo debemos “instalarnos” antes de ver una película. ¿Es necesario saber de antemano cuál es la onda de una obra para poder entenderla? Yo creo que no. Ningún film hecho como Dios manda necesita de un manual de instrucciones previo. O sea, no preciso saber si se trata de una comedia, un drama o una de terror. O si es un film testimonial o surrealista. Si está bien realizado, se irá explicando solo. Luego estará en cada espectador el ir aceptando las pautas propuestas por el film. Esto dependerá de muchos factores: educación, ideología, experiencias personales, entorno cultural, apertura mental. Hasta del estado de ánimo. ¿Nunca les pasó que vieron una misma película en dos momentos distintos, y la percepción de la misma cambió radicalmente?
En lo personal, disfruto de aquellas propuestas distintas, arriesgadas. Es cierto que el riesgo artístico no siempre se traduce en calidad, pero me encanta cuando un film te hace cosquillas en lugares nuevos. Cuando te descoloca. Cuando se transforma en una experiencia. La originalidad es un aspecto muy importante, para mí, a la hora de valorar una obra.
Por eso recomiendo, antes de ver un film, poner mente y alma en blanco. Dejarnos llevar. Y ver qué pasa. ¿Por qué ir siempre a lo seguro? No debemos rechazar de plano aquello que, a priori, no entendemos. Un poco de locura siempre viene bien. Y qué mejor opción que hundirse en la intrincada mente de David Lynch. Ya sea con ésta o con cualquiera de sus películas.
Y les pregunto a Ustedes: ¿recuerdan alguna película o realizador que los haya sorprendido? ¿Que les haya abierto la cabeza? ¿Que les haya "partido el mate"?