El niño Quentin nuevamente nos invita a jugar
Título original: Django unchained (USA, 2012) / Dirección: Quentin Tarantino / Elenco: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel Jackson, Don Johnson, Dennis Christopher / Duración: 165 minutos
Django
unchained está lejos de lo mejor de Tarantino. En lo personal la ubico
un escalón por debajo de Bastardos sin gloria, su film anterior.
Habiendo dicho esto, igualmente, debo aclarar que un Quentin a media
máquina sigue estando por encima de la mayoría de los realizadores
actuales. Es un cineasta que sigue jugando con los géneros y las
convenciones del cine. Que sigue arriesgando y filmando lo que quiere. Y
que ofrece esos momentos únicos que nos hacen recordar lo genial que
puede ser el cine.
Que Tarantino es un fanático de los spaghetti
westerns ya lo sabíamos. Su admiración por la obra de Sergio Leone y
afines fue explicitada por él públicamente y luego fue plasmada en sus
filmes, aplicando elementos de este sub género en Kill Bill y Bastardos
sin gloria. Ahora, finalmente, Quentin se despachó con este pseudo
homenaje a los spaghetti western (la conexión realmente sólo está dada
por el nombre del film). En realidad lo que Quentin entrega es un
western fiel a su estilo: libre en su interpretación de la historia,
políticamente incorrecto, exageradamente sangriento, con grandes
actuaciones, momentos brillantes y lleno de excesos y caprichos.

Tarantino
utiliza una vez más al genial Christoph Waltz, dándole un rol más
protagónico y querible que en Bastardos... El Dr. Schultz es un caza
recompensas que en pos de capturar a los hermanos Brittle, unos
forajidos buscados por la ley, se vale de Django, un esclavo que los
conoce físicamente, para encontrarlos. A partir de allí se formara la
típica pareja despareja, un cliché del cual Tarantino se vale pero que
explota en formas originales. Django, por su lado, tiene su propia
agenda: reencontrarse con su esposa, una esclava de la cual fue separado
tiempo atrás. Hasta ahí, los motores iniciales de la historia. El resto
no lo pienso contar.
El placer de las películas de Tarantino no
está tanto en lo que cuenta sino en cómo lo hace. Una vez más, los
diálogos son fundamentales (aunque no brillan tanto como en Bastardos). Y
también las actuaciones. Además del gran Waltz se destaca Leonardo DiCaprio, con su detestable Calvin Candie, un terrateniente que compra
esclavos para ganar dinero en las peleas de mandingos. Es una creación
que vuelve a demostrar que DiCaprio es un actor cada vez más completo.
En medio de estos poderosos personajes Foxx entrega un Django en un
registro menor, tal vez demasiado por momentos. Aunque al tratarse de un
esclavo oprimido desde su nacimiento el tono apocado tiene razón de
ser. Por último, hay que destacar la presencia de Samuel Jackson en el
tramo final del filme. Su Stephen, un esclavo racista que actúa como una
especie de mayordomo y asesor personal de Candie, es el personaje más
revulsivo y polémico de la película.
Los cameos y apariciones están a
la orden del día (el propio QT se reserva un pequeño rol que sólo sirve
como innecesaria distracción). Y es justo mencionar a Don Johnson como
el pintoresco Big Daddy, un típico sureño adinerado que acumula esclavas
como si fuera un harén.
En mi opinión el film flaquea en su
parte final, extendiéndose más de la cuenta (dura 165 minutos) y
perdiendo el pulso narrativo. Pero como dije, un Tarantino con fallas es
mejor que la mayoría. Y nos sigue regalando momentos cinematográficos
incomparables. Se trata de un director al que apelativos como
transgresor, provocador y polémico no le caben como simples lugares
comunes, sino como explicaciones cabales de su arte. A seguir
disfrutándolo.
8 DAMIANCITOS
Recomendaciones relacionadas:
Spaghetti westerns: El bueno, al malo y el feo (Sergio Leone, 1966), Django (Sergio Corbucci, 1966)
Blaxploitation: Shaft (Gordon Parks, 1971), Super Fly (Gordon Parks Jr, 1972)