martes, 4 de agosto de 2009

El solista


Título original: The Soloist (USA, 2009) / Dirección: Joe Wright / Elenco: Robert Downey Jr., Jamie Foxx, Catherine Keener/ Duración: 117 mins.

El Solista es una película llena de buenas intenciones que pudo haber sido varias cosas pero que, en su intento de ser todas esas cosas juntas, no termina siendo casi ninguna. A continuación, la explicación.
La peli narra una historia real. El periodista de Los Angeles Times Steve Lopez (en cuyo libro está basada la película) se cruzó un día en la calle con un solitario indigente que estaba tocando, llamativamente bien, un violín de sólo dos cuerdas. El inusual encuentro, matizado por el errático discurso del pordiosero, despertó el interés del periodista, quien vio allí una potencial historia para su columna. El músico en cuestión resultó ser Nathaniel Ayers, un prodigioso del violonchelo que años atrás debió abandonar su promisoria carrera musical debido a la esquizofrenia. Al conocer su historia, Lopez inició un vínculo con Ayers que trascendió el mero interés periodístico, buscando reintegrar de algún modo a este genio a la sociedad y a su arte. ¿Pero hasta qué punto se puede ayudar a una persona con las condiciones psicológicas de Ayers? ¿Es posible intentar que lleve una vida normal, en especial cuando él mismo la rechaza? ¿Se puede generar un verdadero vínculo de amistad con alguien tan alienado?

Como dije, The Soloist era una película con muchas posibilidades, pero casi todas fueron desaprovechadas. La falla principal del film (y de su director, Joe Wright) es que no acaba por decidir cuál historia quiere contar, apuntando a varios frentes y no terminando de consolidarse plenamente en ninguno. Por un lado está la historia de Lopez (Robert Downey Jr.), un periodista de cierto renombre que busca recuperarse tanto profesional como personalmente. Luego está la historia de Ayers (Jamie Foxx), un joven y promisorio músico que perdió todo debido a sus problemas mentales (una historia que recuerda mucho a Sunshine). Y por último está también el enfoque social, más amplio, que Wright intenta abordar: el de los miles de indigentes que viven en las calles de Los Angeles, y la poca atención que reciben del estado norteamericano. Todas son líneas narrativas interesantes, pero la falta de foco atenta contra la identificación con la historia. Al ocupar demasiado nuestra atención en el aspecto social (Lopez conoce de cerca el drama de un complejo habitacional destinado a los indigentes), el film no logra desarrollar cabalmente el vínculo entre los dos personajes centrales. Si bien todos los elementos necesarios para alimentar dramáticamente su relación están allí, el director no supo darle la energía necesaria a dicho intercambio.
De entrada hay que aclarar que la historia principal es la de Lopez. Todo está visto desde sus ojos. Y Downey, protagonista excluyente, está brillante, aportando al papel su habitual intensidad y carisma. Por su parte, es también loable lo de Foxx, quien realiza una actuación medida, sin las típicas exageraciones que este tipo de papeles suelen generar en muchos actores. Tal vez esta falta de efectismo sensacionalista en el abordaje de la figura de Ayers sea lo más destacable del film. En definitiva, no es culpa de los actores que no logremos engancharnos con sus personajes y con su relación.

Creo entonces que Wright, quien venía de lucirse con Atonement, es el responsable de que la película haya quedado empantanada en cierta hibridez. Y también de desperdiciar las oportunidades que la historia entregaba para que sus elementos tomaran mayor dimensión. Un caso paradigmático es la escena en la que Lopez le regala a Ayers un violonchelo, debajo de una autopista. Cuando Ayers comienza a tocar el instrumento, luego de años de no hacerlo, la cámara se desvía “poéticamente” siguiendo el vuelo de unas palomas sobre la ciudad. Todo lo que la escena requería era quedarse con los protagonistas y sus reacciones. Ayers reencontrándose con su arte, Lopez emocionándose al comprobar el talento del otro... La sola presencia de semejantes actores habría alcanzado para generar la emoción necesaria. Y para ayudar a que la relación entre ellos creciera en credibilidad. Pero Wright desvía la atención con un (pobre) intento estilístico. Esta clase de dispersión es la que empapa a todo el relato. Lo que no quiere decir que el film no tenga momentos valiosos o profundos, pero sí que el resultado final es mucho más desparejado del esperable.
En conclusión, The Soloist es un film aceptable pero cuyo pedigree lo convierte en una decepción. Al terminar la película, una leyenda nos informa que hay unos 90 mil indigentes viviendo en las calles de Los Angeles. Más allá de la relevancia que este dato pueda tener, no hace más que ampliar y reafirmar nuestra duda. ¿De qué me estaba hablando el film? ¿De Lopez? ¿De Ayers? ¿De la esquizofrenia? ¿De la amistad? ¿De la música? ¿De los indigentes? ¿De Los Angeles? ¿De todo? ¿O de nada?...

El Solista tiene fecha prevista de estreno en Argentina el 29 octubre de 2009.