jueves, 28 de febrero de 2013

Magic Mike

Nada para ver, salvo pectorales y abdominales marcados 




Título original: Idem (USA, 2012) / Dirección: Steven Soderbergh / Elenco: Channing Tatum, Matthew McConaughey, Alex Pettyfer, Cody Horn / Duración: 110 minutos

A esta altura creo que es justo indicar que Steven Soderbergh ha sido un cineasta sobrevalorado por la crítica. Sorprendió en 1989 con un film pequeño llamado Sexo, mentiras y video que, si bien era muy interesante, basó un poco su éxito en su temática "polémica". Su cúspide como realizador tuvo lugar en al año 2000 cuando estrenó Erin Brokovich y Traffic. Ambas películas lograron reconocimiento de la crítica y cosecharon decenas de premios. Pero a la distancia hay que decir que se trata de dos filmes menores. La primera es una falsa película de denuncia, en la línea de la muy superior Una acción civil, que servía más que nada como un vehículo para que su estrella, Julia Roberts, ganase el Oscar que finalmente obtuvo. Traffic, por su parte, era una mosaico sobre el mundo de la droga que, si bien tenía aciertos a nivel de dirección, terminaba siendo una película moralista y discriminatoria. Luego Soderbergh conoció a George Clooney e inició una exitosa dupla, donde destaca la saga de Ocean's eleven, filmes entretenidos pero no mucho más. Ahora llega Magic Mike, película que desconcierta un poco dentro de la filmografía de Soderbergh, aunque sigue el bajo vuelo artístico de su obra previa.



Magic Mike adentra al espectador, no de manera muy exhaustiva, en el mundo del strip tease masculino. Se inicia cuando Adam, un joven de 19 años sin rumbo en la vida, conoce a Mike (Channing Tatum), un tipo que se dedica a colocar techos. Pronto, de casualidad, descubrirá que Mike tiene otra ocupación: es stripper en un club nocturno. Y, por esas cosas de los guiones, Mike introducirá al joven en el mundo del strip masculino. Así conocemos a Dallas, el dueño del club interpretado por Matthew McConaughey. Es un rol ideal para él, que le permite mostrar su personalidad y solvencia interpretativa y, más que nunca, su cuerpo torneado. También conocemos a la troupe de strippers, aunque estén casi de decorado. Todo gira en torno de Mike, Adam y Dallas.
La peli tiene un comienzo promisorio, a la Boogie Nights, que tiene el atractivo típico que se da cuando se introduce al espectador a un sub mundo desconocido y seductor. Pero el atractivo va bajando a medida que avanza la historia, que muestra cómo Mike busca abrirse de la actividad para dedicarse a un emprendimiento personal, al tiempo que el Kid se mete cada vez más en ese mundo, cayendo en un par de actividades que lo complican a él y a Mike. Simultáneamente, Mike conoce y siente atracción por Brooke, la sobreprotectora hermana mayor de Kid.



La historia, aparentemente, tiene algo de  fundamento en la propia vida de Tatum (ex stripper en la vida real), quien se muestra muy convincente no sólo como stripper sino en su interpretación.
En conclusión, un film que arranca bien pero termina siendo una propuesta menor y que, incluso, muestra cierta moralina, no nueva en Soderbergh.
Poco para ver, salvo por los muchachos en zunga.

5 DAMIANCITOS


Recomendaciones relacionadas:

Submundos sexuales: Boogie Nights (Paul Thomas Anderson, 1997), Midnight Cowboy (John Schlesinger, 1969), My Own Private Idaho (Gus Van Sant, 1991)

miércoles, 6 de febrero de 2013

Django sin cadenas

El niño Quentin nuevamente nos invita a jugar 



Título original: Django unchained (USA, 2012) / Dirección: Quentin Tarantino / Elenco: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel Jackson, Don Johnson, Dennis Christopher / Duración: 165 minutos

Django unchained está lejos de lo mejor de Tarantino. En lo personal la ubico un escalón por debajo de Bastardos sin gloria, su film anterior. Habiendo dicho esto, igualmente, debo aclarar que un Quentin a media máquina sigue estando por encima de la mayoría de los realizadores actuales. Es un cineasta que sigue jugando con los géneros y las convenciones del cine. Que sigue arriesgando y filmando lo que quiere. Y que ofrece esos momentos únicos que nos hacen recordar lo genial que puede ser el cine.
Que Tarantino es un fanático de los spaghetti westerns ya lo sabíamos. Su admiración por la obra de Sergio Leone y afines fue explicitada por él públicamente y luego fue plasmada en sus filmes, aplicando elementos de este sub género en Kill Bill y Bastardos sin gloria. Ahora, finalmente, Quentin se despachó con este pseudo homenaje a los spaghetti western (la conexión realmente sólo está dada por el nombre del film). En realidad lo que Quentin entrega es un western fiel a su estilo: libre en su interpretación de la historia, políticamente incorrecto, exageradamente sangriento, con grandes actuaciones, momentos brillantes y lleno de excesos y caprichos.

Tarantino utiliza una vez más al genial Christoph Waltz, dándole un rol más protagónico y querible que en Bastardos... El Dr. Schultz es un caza recompensas que en pos de capturar a los hermanos Brittle, unos forajidos buscados por la ley, se vale de Django, un esclavo que los conoce físicamente, para encontrarlos. A partir de allí se formara la típica pareja despareja, un cliché del cual Tarantino se vale pero que explota en formas originales. Django, por su lado, tiene su propia agenda: reencontrarse con su esposa, una esclava de la cual fue separado tiempo atrás. Hasta ahí, los motores iniciales de la historia. El resto no lo pienso contar.
El placer de las películas de Tarantino no está tanto en lo que cuenta sino en cómo lo hace. Una vez más, los diálogos son fundamentales (aunque no brillan tanto como en Bastardos). Y también las actuaciones. Además del gran Waltz se destaca Leonardo DiCaprio, con su detestable Calvin Candie, un terrateniente que compra esclavos para ganar dinero en las peleas de mandingos. Es una creación que vuelve a demostrar que DiCaprio es un actor cada vez más completo. En medio de estos poderosos personajes Foxx entrega un Django en un registro menor, tal vez demasiado por momentos. Aunque al tratarse de un esclavo oprimido desde su nacimiento el tono apocado tiene razón de ser. Por último, hay que destacar la presencia de Samuel Jackson en el tramo final del filme. Su Stephen, un esclavo racista que actúa como una especie de mayordomo y asesor personal de Candie, es el personaje más revulsivo y polémico de la película.
Los cameos y apariciones están a la orden del día (el propio QT se reserva un pequeño rol que sólo sirve como innecesaria distracción). Y es justo mencionar a Don Johnson como el pintoresco Big Daddy, un típico sureño adinerado que acumula esclavas como si fuera un harén.

En mi opinión el film flaquea en su parte final, extendiéndose más de la cuenta (dura 165 minutos) y perdiendo el pulso narrativo. Pero como dije, un Tarantino con fallas es mejor que la mayoría. Y nos sigue regalando momentos cinematográficos incomparables. Se trata de un director al que apelativos como transgresor, provocador y polémico no le caben como simples lugares comunes, sino como explicaciones cabales de su arte. A seguir disfrutándolo.

8 DAMIANCITOS


Recomendaciones relacionadas:

Spaghetti westerns: El bueno, al malo y el feo (Sergio Leone, 1966), Django (Sergio Corbucci, 1966)
Blaxploitation: Shaft (Gordon Parks, 1971), Super Fly (Gordon Parks Jr, 1972)

domingo, 2 de septiembre de 2012

Warrior



Título original: Warrior (USA, 2011) / Dirección: Gavin O´Connor / Elenco: Joel Edgerton, Tom Hardy, Nick Nolte, Jennifer Morrison, Kevin Dunn / Duración: 140 minutos

Más de uno podría argumentar, tal vez con razón, que Warrior es una película que no agrega nada nuevo en la historia del cine. Que es una sumatoria de elementos clásicos encontrados en cientos de relatos, deportivos o no: el enfrentamiento entre hermanos, el padre abandónico, la búsqueda de redención, el regreso del deportista por obligación económica, el uso del terreno deportivo como un campo de batalla donde se dirimen cuestiones personales y existenciales… En fin, prácticamente todo lo que ofrece este film se ha visto en otros lados. Pero está relatado y actuado con tanta convicción que nos olvidamos que esto ya lo vimos. Y disfrutamos más de dos horas (que se pasan rápido) de una muy buena película de dramática-deportiva.
El cuento es simple. Brendan (Joel Edgerton) es un maestro de secundaria, padre de familia, que está endeudado hasta el cuello. A punto de perder su casa por una hipoteca (una epidemia norteamericana de estos tiempos) decide meterse en el circuito de las artes marciales combinadas, deporte en el cual se destacó años atrás. Al mismo tiempo su padre Paddy (el gran Nick Nolte), a quien Brendan dejó de ver hace años, recibe la inesperada visita de su otro hijo, Tommy (Tom Hardy), que reaparece también después de años sin ver a su padre. El tema es que Paddy era un alcohólico violento, hoy en proceso de recuperación, que abandonó a Tommy y a su madre años atrás. Tommy, también un ex luchador, llega entonces con mucha rabia contenida, tanto hacia su padre como hacia su hermano. Y él también decide anotarse en la competencia, pidiendo a su padre (su ex entrenador) que le sirva de coach, a pesar del resentimiento que tiene hacia él. Lo que sigue, creo que no es necesario explicarlo.
Las actuaciones son claves para que la película nos interese. Joel Edgerton es un actor australiano a quien habíamos visto en Animal Kingdome. Tiene una mezcla de físico muscular con cara de inocencia que da justo en el papel de tipo de familia bien intencionado. Y Tom Hardy también está perfecto en su rol de tipo pendenciero, cargado de furia y rencor. Hardy es una aparición importante en el cine. Un actor versátil, con carisma y presencia física. Sin dudas será un nombre cada vez más conocido. Y Nolte, nominado al Oscar por este rol, transmite todo el dolor y la sabiduría que su lastimoso papel requiere.
La película transita un tono dramático importante. Las cosas en juego tienen espesura dramática. Y a medida que avanza el relato se va moviendo paulatinamente más hacia el terreno deportivo, llegando a un climax lógico, casi obligado. Pero como dije, nada aquí es novedoso ni sorpresivo. Es un relato sólido, entretenido y muy bien actuado. Muy recomendable.

8 DAMIANCITOS

martes, 24 de julio de 2012

Batman - El Caballero de la Noche Asciende


Título original: The Dark Knight Rises (USA, 2012) / Dirección: Christopher Nolan / Elenco: Christian Bale, Gary Oldman, Michael Caine, Morgan Freeman, Tom Hardy, Marion Cotillard, Anne Hathaway, Joseph Gordon-Levitt, Matthe Modine, Tom Conti / Duración: 165 minutos


Pocas veces (por no decir que casi nunca) una superproducción hollywoodense ha sido capaz de incentivar nuestro intelecto y remover nuestra conciencia y nuestras creencias como lo ha hecho Christopher Nolan con su notable trilogía de Batman. Con sus personajes conflictuados (y conflictivos) y su visión pesimista de la especie humana y de las estructuras socio-políticas, hay en estas películas más elementos dramáticos, no sólo que en cualquier comic, sino que en la mayoría de los filmes actuales (al menos del mainstream).
The Dark Knight Rises retoma la acción ocho años después del final de la película anterior. Bruce Wayne permanece recluido en su mansión alejado del ojo público, como una especie de Howard Hughes, luego de haber decidido que Batman se adjudicara los asesinatos cometidos por Harvey Dent. La ausencia del encapotado, un fugitivo para la ley, no es un problema para Ciudad Gótica ya que el crimen organizado fue desmembrado gracias al accionar conjunto de Dent, Batman y el comisionado Gordon. Pero, como es de esperarse, la paz nunca es duradera en el mundo de los comics (de hecho, en ningún mundo). Un nuevo villano, Bane, empieza a emerger desde la oscuridad. Una oscuridad que amenazará con acabar finalmente no sólo con Batman, sino con toda Ciudad Gótica. A la par de este personaje aparece en la vida de Wayne una misteriosa ladrona, Selina Kyle (que si bien sabemos que es Gatúbela, en el film nunca se la menciona así). Esta engañosa mujer, que capta rápidamente la atención del millonario, posee una doble moral que la convierte en un peligro permanente. Pero será Bane quien pondrá a Batman y a toda la ciudad de rodillas.

Rises es una de las películas más esperadas de los últimos años. The Dark Knight tuvo un impacto tan grande y generó tantas expectativas que la posibilidad de sentir desilusión ante esta entrega es grande. Y seguramente muchos sientan que esta película esté algún escalon por debajo. Pero lo cierto es que Nolan tomó grandes riesgos en pos de ser consecuente con el universo creado en las dos entregas previas. Y en pos de mantener el tono sombrío y solemne de sus personajes. Y realmente hay que decir que la trilogía, y este film en particular, son un triunfo en muchos sentidos.
El problema mayor del film, de antemano, era la ausencia de un villano a la altura del Guasón interpretado por Heath Ledger. El fallecido actor australiano logró una creación inolvidable que colocó la vara a un nivel muy alto. En este caso, el problema se acentúa porque Bane, el villano de turno, es un personaje oscuro que tiene su cara tapada permanentemente por una máscara. Así que el carisma y la atracción que generaba el Guasón ciertamente no están. Pero Nolan introduce un villano que es doblemente temible. Es un personaje con muchas variantes y matices interesantes (su existencia está íntimamente relacionada a la Liga de las Sombras). Hay que destacar la entrega física de Tom Hardy, quien ganó kilos de musculatura para dar vida a una figura brutal no sólo por su fuerza, sino por su inclemencia. Y cuyo discurso generará incomodidad en más de uno.

El film, como los anteriores, es de una solemnidad férrea. Pero el peso dramático de la historia imponía que el tono sea el aquí elegido. De todas formas, hay un par de guiños y momentos levemente humorísticos (la aparición de un personaje de una entrega anterior, por ejemplo). Pero como dije esta es una película dramática disfrazada de comic. De hecho, las escenas de acción son muy escasas (al igual que en Dark Knight hay una gran secuencia al comienzo) y el personaje de Batman como tal aparece en contadas ocaciones. Es mucho más lo que vemos de Bruce Wayne que de su alter ego. 
En el apartado de las actuaciones el nivel es uniformemente excelente. Christian Bale ya ha demostrado que lo suyo no es el carisma. No sólo aquí sino en todas sus películas este muy buen actor genera cierta distancia, haciendo difícil a veces identificarse fácilmente con él. Igualmente, en toda la trilogía ha transmitido con aplomo la integridad, la solemnidad y el sufrimiento propios de un personaje tan conflictuado. Por parte se luce también el gran Gary Oldman, gracias a que aquí su Jim Gordon posee un rol importante y de peso. Y desde ya que Caine y Freeman, con sus pequeños aportes, no hacen más que sumar calidad. De las nuevas caras, Anne Hathaway transmite toda la sensualidad y la ambigüedad de su Selina, un personaje sexy que a la vez parece fuerte y vulnerable. Cabe destacar también a Blake, un ascendente policía interpretado por el excelente Joseph Gordon-Levitt y Miranda Tate, una integrante de Wayne Enterprises que apoya un proyecto de un generador de energía sustentable, interpretado por Marion Cotillard.

En conclusión El Caballero de la Noche Asciende es un film que deja mucha tela para cortar. Es una superproducción que no tiene miedo de incomodar a su audiencia, de hacerla pensar. Los dilemas morales de varios de sus personajes y la bajada de línea contra el capitalismo son sólo algunos de los aspectos que dan para el análisis. Su ambigüedad ha llevado a que algunos tilden al film de fascista mientras que otros de lo contrario. Pero lo mejor es que cada uno descubra todo lo que la peli tiene para ofrecer. Lo fundamental es que estamos en presencia de algo casi milagroso: un tanque hollywoodense que se atreve a confiar en la inteligencia de su audiencia. En confiar en que no es necesario el 3D para llenar salas. Sólo es necesario talento. Y Christopher Nolan he terminado de demostrar que lo tiene y en dosis enormes. A disfrutarlo.

8 DAMIANCITOS

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Red Social



Título original: Social Network (USA, 2010) / Dirección: David Fincher / Elenco: Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake, Rooney Mara, Armie Hammer, Rashida Jones / Duración: 121 minutos

David Fincher lo hizo de nuevo. Al igual que con Fight Club una década atrás, logra nuevamente con Social Network un film que retrata fielmente a la sociedad de su momento. Un film que dentro de muchos años será de visión indispensable para quienes estudien la época que estamos atravesando. Mientras aquella oscura película cargaba sus tintas sobre la sociedad consumista norteamericana de los 90, ésta aborda la revolución tecnológica y social que está teniendo lugar a nivel mundial, y de la que aun desconocemos sus alcances definitivos.
La peli muestra cómo se inició el fenómeno Facebook. Cómo su creador, Mark Zuckerberg, empezó el proyecto casi como una broma universitaria (y por despecho). Y cómo de a poco eso que fue una travesura se fue convirtiendo en uno de los fenómenos sociales y económicos más destacados de la última década.

La dirección de Fincher es brillante, logrando un ritmo vertiginoso y una línea narrativa clara y comprensible, más teniendo en cuenta la complejidad de muchos de los elementos en juego. La peli se desarrolla a partir de los litigios que tienen lugar contra Zuckerberg, ya multimillonario, por parte de Eduardo Saverin, su ex mejor amigo y socio inicial (excelente Andrew Garfield); y por parte de los gemelos Wynklevoss, quienes acusaban a Zuckerberg de haber robado una idea original de ellos. A partir de allí, la peli va y viene en el tiempo. Pero lo hace con una fluidez extraordinaria, jamás confundiendo ni aturdiendo al espectador. El guión, a cargo de Aaron Sorkin, es uno de esos trabajos que parecen reunirlo todo (claridad en su premisa, personajes interesantes, diálogos brillantes, observaciones profundas, ironía).
Las actuaciones son de una excelencia uniforme. Si bien lo de Jesse Eisenberg no dista mucho del joven introvertido, errático e inteligente que ha interpretado en el pasado (The Squid and the whale, Adventureland, Zombieland) en este caso encontró el papel de su vida: cada gesto y mirada retraída transmiten a la perfección la naturaleza de un personaje al cual es muy difícil querer. Porque además de ensimismado, el muchacho es arrogante. Y se esfuerza demasiado por demostrarlo. Sorprende también Justin Timberlake, muy efectivo en el papel de Sean Parker, el carismático creador de Napster que encandiló a Zuckerberg y se sumó a sus huestes. En realidad, no hay ninguna actuación en este elenco de mayormente desconocidos que no sea digna de mención.

Lo más destacable del film, de todas formas, es que va mucho más allá de la anécdota en sí. La historia, por más que de antemano le pueda parecer lejana y poco interesante a muchos, es de lo más universal y accesible. Nos habla de la necesidad que tenemos de comunicarnos. De la forma que sea. De la necesidad de afecto. De como el hombre más rico del mundo puede ser también el más solitario (sin importar cuantos "amigos" tenga en Internet). Y de que, en definitiva, casi todo lo que hacemos en nuestra vida es para llamar la atención de los demás. La escena final de este brillante film da testimonio de esto.

9 DAMIANCITOS

domingo, 3 de octubre de 2010

Los indestructibles


Título original: The expendables (USA, 2010) / Dirección: Sylvester Stallone / Elenco: Sylvester Stallone, Jason Statham, Jet Li, Mickey Rourke, Eric Roberts, Dolph Lundgren / Duración: 103 minutos

Como gancho, en especial para aquellos que tenemos más de 30 años, la propuesta tenía un innegable valor emotivo. Más allá de lo que uno piense sobre las cualidades de Stallone como actor y realizador, el anunciado regreso de Sly a la acción que tantos réditos le había dado en los años 80 nos generaba cierta cosquilla. Sin dudas, la buena recepción (tanto de crítica como de público) que sus nuevas entregas de Rocky y Rambo obtuvieron, le dieron el empuje para encarar esta propuesta. Pero Sylvester no supo aprovechar la oportunidad, y tiró la pelota afuera.

The Expendables muestra el accionar de un grupo de mercenarios norteamericanos (todos ex militares) que se dedica a misiones imposibles para cualquier mortal, salvo para ellos. Un día, les asignan una misión en una típica republiqueta centroamericana. Allí conocen a una mujer cuya fuerza de voluntad y valentía llevan al líder del grupo (Stallone) a meterse de lleno contra quienes ostentan el poder en el lugar (entre ellos, un muy malísimo norteamericano interpretado por Eric Roberts).
La peli es, como era de esperarse, un compendio de lugares comunes. Pero Stallone no logró imprimirle el tono irónico necesario para que funcione. Simplemente armó un film con un guion muy básico, y un par de escenas de acción poco memorables. Así, la peli queda a mitad de camino entre el homenaje, la acción y la "buddy movie". Creo que el peor pecado de la peli es no ser divertida. Salvo un par de guiños (los cameos de Schwarzenegger y Bruce Willis; la relación entre Stallone y Jason Statham; algún chiste sobre Jet Li), el film no ofrece mucho humor. Y las escenas de acción, como dije, no aportan mucho.

Con un desarrollo de los personajes muy superficial, todo queda en la pose de súper macho. Aunque tampoco se podía esperar mucho desarrollo de este elenco (a menos que alguien esperase algo de Dolph Lundgren). El único actor de real relieve, Mickey Rourke, también cae preso de la superficialidad, aunque al menos Stallone le entregó el único monólogo de la película.
En fin, una oportunidad desperdiciada. Para segundas vueltas de héroes de acción de los 80, recomiendo mirar JCVD, la muy inteligente propuesta con la que Van Damme sorprendió el año pasado. The expendables la recomiendo sólo para un domingo de lluvia, y sin fútbol.

4 DAMIANCITOS

martes, 27 de julio de 2010

El origen


Título original: Inception (USA, 2010) / Dirección: Christopher Nolan / Elenco: Leonardo DiCaprio, Joseph Gordon-Levitt, Ellen Page, Ken Watanabe, Tom Hardy, Cillian Murphy, Tom Berenger, Marion Cotillard, Michael Caine, Lukas Haas, Pete Postlethwaite/ Duración: 148 minutos

Con Inception el realizador inglés Christopher Nolan se gana un lugar entre los grandes directores de la última década. Con una filmografía más que sólida que había arrancado con Memento y llegaba hasta la excelente The Dark Knight, Nolan consigue ahora con esta película su obra más personal y original, una que sin dudas marca un punto alto no sólo dentro de la ciencia ficción sino dentro del cine en general.
DiCaprio es Cobb, un especialista en penetrar en los sueños de las personas y extraerles ideas y conocimientos. En realidad, esto lo realiza mediante un artilugio tecnológico que le permite a cualquiera ingresar en la mente humana, sólo que Cobb es el mejor en lo suyo. Un día, es contratado por el empresario Saito (el excelente Ken Watanabe) para hacer lo contrario a lo que habitualmente hace: debe ingresar en los sueños de una persona, pero para insertarle una idea nueva. Se trata de Robert Fischer Jr. (Cillian Murphy) un joven empresario que está por heredar la compañía de su padre, a la cual Saíto quiere ver arruinada. Lo que sigue, es la forma en la que Cobb y su equipo de colaboradores arman y ejecutan el plan para realizar el trabajo.

Inception es una gran película. Una que bucea en territorios nuevos aunque en gran parte esté planteada como una clásica película de robos (nada más que en lugar de una bóbeda aquí se acceda a la mente humana). Como toda película de ciencia ficción requiere de una condición esencial: que nos creamos todo lo que nos cuentan. Desde al vamos es una historia fantasiosa, pero si "compramos" la premisa, es todo ganancia para nosotros. Nolan (también autor del guión) nos entrega una historia que, dentro de su propia lógica, cierra por todos lados. Otra condición que debemos cumplir como espectadores es prestar debida atención a todo lo que se nos cuenta, para entender los mecanismos que impulsan la trama. Si hay que buscar un punto de comparación con otra película lo primero que aparece en mente es Matrix, con su manejo de realidades paralelas. Pero Nolan lleva su film dos, tres o cuatro pasos más allá. Sus protagonistas navegan en sueños, dentro de sueños, dentro de sueños. Cuando llega el climax del film, la forma en la que Nolan orquesta los distintos niveles de realidad (o fantasía) es una maravilla. Un prodigio de la narrativa fílmica.

Con un Di Caprio que está cada vez más solvente como interprete (aquí su personaje es un fugitivo que vive un drama personal/psicológico que complica bastante su labor profesional) y un elenco sobresaliente, Nolan logra que en medio de tanta imaginación y tecnología haya lugar también para la emoción, con una historia que aborda conceptos como la pérdida, la reconciliación y la redención. Y se consagra dentro de esa reducida elite de realizadores (Kubrick, Spielberg, Cameron) que consiguen insertar ideas originales y conceptos de carácter bien personal dentro de una súperproducción. En un mundo lleno de remakes, secuelas y cine prefabricado, esto es algo que hay que festejar y disfrutar. Una película destinada a ser un clásico.

El origen se estrena en Argentina el 29 de julio de 2010.