martes, 1 de diciembre de 2009

Moon


Título original: Moon (Inglaterra, 2009) / Dirección: Duncan Jones / Elenco: Sam Rockwell, Kevin Spacey / Duración: 97 mins.

Cuando hace unos meses vi el trailer de Moon por primera vez, inmediatamente presentí que iba a ser una película especial. Y me alegra comprobar que mis expectativas no fueron infundadas. Es realmente un gusto cuando aparecen filmes de ciencia ficción originales y carentes de toda la parafernalia y ridiculez típicas hollywoodenses.
La peli tiene lugar en el futuro, cuando la Tierra vive una etapa de recuperación energética gracias a la utilización de helio 3 obtenido de la Luna. Sam Bell (Sam Rockwell) es un astronauta que maneja una base lunar desde la que monitorea a tres enormes vehículos encargados de extraer el helio del suelo de nuestro satélite natural. La tarea no es fácil, ya que su único acompañante durante los tres años que dura la asignación es Gerty (voz de Kevin Spacey), una amigable pero obviamente fría computadora (que rememora inmediatamente a HAL, de 2001). Mientras tanto, Sam pasa sus días como puede: haciendo maquetas, cuidando plantitas, corriendo en la cinta, etc. El único contacto que tiene con sus familiares, y con cualquier otro humano, es mediante grabaciones en video que le llegan cada tanto ya que la comunicación en vivo con la Tierra se encuentra imposibilitada por problemas satelitales. La vida en la base, entonces, es rutinaria y muy solitaria. Pero cuando a Sam le faltan sólo dos semanas para regresar a casa, un suceso inesperado sacude su existencia en más de un sentido, obligándolo a plantearse cuestiones que jamás habría pensado.

Es imposible contar más de la trama sin entrar en detalles que podrían arruinar las sorpresas al espectador. Lo que sí se puede decir es que Moon es un film de ciencia ficción inteligente y adulto, de esos que lo dejan a uno pensando y de los que, lamentablemente, no hay muchos en estos tiempos. El director debutante Duncan Jones (hijo de David Bowie) maneja de manera notable los tiempos del film, con una narración morosa pero segura, logrando que nos interesemos realmente por lo que le ocurre a su protagonista. Esto también es en gran parte gracias a Sam Rockwell, quien brinda tal vez el mejor trabajo de su carrera. Presente en prácticamente cada cuadro del film, Rockwell está mucho más medido que de costumbre (Jones tiene mérito en esto) y alcanza momentos de gran intensidad dramática. Lo que se dice, un verdadero tour de force.
El film está admirablemente realizado con un presupuesto modesto, y posee altos valores de producción en todo sentido. La música, a cargo de Clint Mansell, es uno de esos puntos sobresalientes, ayudando a generar las intrigantes atmósferas de la película. Lo único que puede decepcionar un poco es la resolución de la historia, cuya naturaleza existencialista tal vez hacía esperar alguna conclusión mas "trascendente" o menos explícita. Esto, de todas formas, no alcanza para restarle méritos a este excelente film, aunque sí para que no llegue a la posible categoría de clásico.

Tal vez Moon no alcance las alturas (o profundidades) de un film como 2001, pero entre tanto Emmerich y Bay dando vueltas, es más que saludable poder disfrutar de una película pensante que no basa su propuesta en los efectos especiales y las explosiones, sino en el guión, la dirección y la actuación. Eso solo la convierte en una de las películas más recomendables del año. Y tengo la impresión de que es uno de esos filmes que van decantando. Sus imágenes todavía siguen rondando en mi cabeza, y no creo que se vayan por un buen tiempo. De hecho, en un par de meses tal vez le agregue algún Damiancito más...
En Argentina ya se vio en el Festival de Cine de Mar del Plata. No sé cuándo se estrenará comercialmente.