viernes, 21 de diciembre de 2007

Películas Navideñas

Admito que recordar películas sobre la Navidad en esta época es un cliché. Además, ya bastante nos inundan en la tele con ellas. Y sé muy bien que la mayoría de nosotros pensamos que estos filmes son algo pedorros. Pero es mi primer año con el blog, así que me voy a dar el “gusto” de hacer una listita. Igualmente, mi intención es nombrar filmes que se distingan del resto, ya sea por su humor, originalidad o calidad. Y aprovechar, también, para desearles a todos Ustedes una ¡Muy Feliz Navidad!

Un Santa no Tan Santo (Bad Santa, 2003): una comedia gloriosa. Billy Bob Thornton, en uno de sus mejores papeles, hace de este tipo alcohólico y amante de los culos muy gordos, que trabaja de Papá Noel en los shoppings y luego los roba junto a su socio, un enano negro que hace las veces de duende. En el interín, se involucra con un bizarro nenito que le cambiará la vida. Vulgar, deprimente, políticamente incorrecta y muy graciosa.


El Extraño Mundo de Jack (Nightmare Before Christmas, 1993): solo la mente de Tim Burton puede crear un musical sobre la Navidad y que nos guste tanto. Es la historia de Jack, un inusual personaje de fantasía, que un día descubre Christmas Town e intenta suplantar a Santa Claus, con resultados insospechados. La excelente música es cortesía de Danny Elfman, habitual colaborador de Burton. Un clásico.


National Lampoon’s Christmas Vacation (1989): me pueden decir lo que quieran, pero a mí me sigue haciendo cagar de risa. La tercera (y tal vez mejor) en la saga, gira en torno a la reunión familiar navideña en el hogar de los Griswold, y los esperables quilombos que se suceden. Cada vez que veo una casa llena de lucecitas, pienso en Chevy Chase... Dato de color: la vecina snob es interpretada por Julia Louis Dreyfus (alias Elaine, de Seinfeld).

Elf (2003): otro que me puede, Will Ferrell. El chabón me parece muy cómico. Ver a semejante monigote vestido con ese traje verde, ya me causa gracia. Acá hace de un ser humano normal que fue criado toda su vida por Papá Noel como uno de sus duendes ayudantes. Ya adulto, se entera de la verdad, y decide ir a Nueva York en busca de su padre biológico (James Caan). No es extraordinaria, pero en líneas generales la peli es mucho mejor de lo que podría esperarse. Y bastante graciosa.

Un cuento de Navidad (A Christmas Carol, 1984): versión para TV de esta historia de Dickens filmada varias veces. Ebenezer Scrooge, el avaro millonario que odia a la Navidad (y al mundo) es visitado por los Fantasmas de las Navidades para que aprenda el sentido de las Fiestas (y el valor de las demás personas). Esta película tiene al gran George Scott, brillante como siempre, y la elijo no sólo porque está bien hecha, sino porque es una que he visto muchas veces de chico y me trae buenos recuerdos. Sí, soy un melancólico, ¿y qué?

lunes, 17 de diciembre de 2007

Grandes Finales

No son finales sorpresa (tipo Sexto Sentido o El Planeta de los Simios) si no desenlaces que, por distintos motivos, considero memorables. Es una larga lista, así que habrá varias entregas. Si no vieron alguna de estas películas, tal vez prefieran no leer.
Acá van los primeros:

Casablanca: Rick (Humphrey Bogart), contradiciendo los típicos happy endings hollywoodenses, deja ir a Ilsa (Ingrid Bergman), el amor de su vida, haciendo lo que considera “correcto”. La causa política estaba por encima de los sentimientos personales. Y así Rick se queda en el aeropuerto de Casablanca junto a Louis (Claude Raines), el oficial francés, caminando ambos hacia la niebla, cerrando este clásico con una de las imágenes más recordadas en la historia del cine, además de la célebre frase final: “Creo que este es el comienzo de una hermosa amistad”.

Butch Cassidy & the Sundance Kid: los famosos pistoleros (Paul Newman y Robert Redford) quedan heridos y rodeados por la armada boliviana. Sabiendo su destino, y que los árboles mueren de pie, no les queda otra alternativa que salir de allí a los tiros. Y así lo hacen. La película termina con la imagen congelada de ellos disparando, mientras el sonido de los balazos de los militares se multiplica. Aunque sepamos el desenlace, el director George Roy Hill elige dejarnos con esa imagen de los protagonistas, peleando hasta el final.

La Cosa: al final de este clásico gore de John Carpenter, luego de que el resto fuera exterminado por un parásito mutante extraterrestre, sólo quedan dos sobrevivientes en la base antártica. En medio de la intemperie y el frío, con las ruinas de la base (que acaba de explotar) de fondo, terminan compartiendo una botella de whisky. Y se quedan así, sentados mirándose las caras, desconociendo cuál de los dos tiene al bicho dentro de él.
-“¿Y ahora, qué hacemos?”
-“¿Por qué no esperemos acá un rato, a ver qué pasa?”.
Títulos.

Perdidos en Tokyo: Bob (Bill Murray) se baja de la limusina, la corre a Charlotte (Scarlett Johansson), la abraza y le dice al oído algo que sólo ellos escuchan, pero que ilumina la cara de ambos. Mientras se separan, la banda de sonido nos envuelve con los fuertes bombos y suaves acordes de Just Like Honey, de Jesus and Mary Chain. Y así, sutilmente, culmina este clásico de Sofía Coppola, con una nota de esperanza para este improbable romance.

Boogie Nights: después de dos horas y media en las cuales todos en el film se asombran ante el miembro viril de Dirk Diggler, en la última escena Mark Wahlberg se despacha con un gran monólogo frente al espejo (en un claro homenaje a Toro Salvaje). Y lo culmina pelando el termo en cuestión, mostrándonos a los espectadores el por qué de tanto alboroto. El saber que Wahlberg utilizó una prótesis nos tranquilizó a todos los varones. Y también a nuestras mujeres.