miércoles, 22 de julio de 2009

Hace mucho tiempo que te quiero


Título original: Il y a longtemps que je t'aime (Francia, 2008) / Dirección: Philippe Claudel / Elenco: Kristin Scott Thomas, Elsa Zylberstein, Serge Hazanavicius, Laurent Grévill, Frédéric Pierrot / Duración: 117 mins.

Hace mucho tiempo que te quiero es el notable debut como director del escritor y guionista Philippe Claudel, y cuenta en el rol central con Kristin Scott Thomas en la mejor actuación de su carrera.
Juliette es una mujer que sale de prisión luego de cumplir 15 años de condena. Su hermana menor, Léa, la aloja en su amplio hogar, en donde vive con su esposo, su suegro y sus dos pequeñas hijas. Cabe aclarar que durante toda la condena de Juliette, Léa jamás tuvo contacto con su hermana, en gran parte porque su familia había decidido olvidarse de Juliette, luego del oscuro crimen que cometió. Pero Léa (que cuando Juliette fue a la cárcel era aun adolescente), decide darle una oportunidad a su hermana. Y darse a ella misma la oportunidad de entenderla. Y de a poco, la ensimismada y retraída Juliette irá intentando rearmar su vida. Irá intentando recuperar su humanidad perdida. Y aquellos que la rodean irán intentando comprender lo que, en primera instancia, parece incomprensible.

Creo que estamos ante un gran film. Un film de diálogos, de miradas y de silencios. De cosas que están latentes esperando salir a superficie. De personas que tratan de entender no sólo la vida de los otros, sino la propia. Mientras lo veía, no podía dejar de admirar la manera en que el director nos introduce sutilmente en el mundo de un personaje difícil de aceptar. Juliette es una mujer que cometió un crimen terrible (tal vez el peor), pero al que la película no juzga en ningún momento, aunque sí lo hagan algunos de los personajes del film. Es una mujer que transmite con su gestualidad todo el pesar del mundo. Su cara y pose corporal son la expresión exacta de la desolación. Kristin Scott Thomas, actriz británica que hace algunos años filma también en Francia, brinda una actuación brillante. Con su cara lavada, expresión abatida y su mirada triste y desesperanzada transmite de manera notable el interior de su enigmático personaje. No sé si estaba habilitada para competir por el Oscar, porque es increíble que no la hayan nominado.

Tal vez lo más “criticable” de la película sea la búsqueda de explicación final, en donde se nos descubre el verdadero por qué detrás de lo que hizo Juliette, practicando una especie de redención. Allí el film, que hasta ese momento se había caracterizado por un dramatismo casi aséptico, carente de cualquier efectismo o golpe bajo, se aproxima ligeramente a cierto melodramatismo. De todas formas, es un desenlace dramáticamente movilizante que no atenta contra la calidad del film en general. Y, desde ya, esto dicho es una percepción personal. A muchos otros les parecerá que el desenlace es lo mejor de la película.
Como sea, Hace mucho tiempo que te quiero es una de esas películas que cualquier amante de las historias bien contadas y actuadas no debería dejar de ver. Una película que se beneficia de una actuación central excelente, pero que es mucho más que eso. Es un film de un profundo dramatismo cuya sutileza logra que, para cuando llega el final, estemos metidos en la historia hasta el cuello. Haciendo casi imposible que no aparezca ese maldito nudo en la garganta que los tipos cínicos como yo odiamos admitir.
Hace mucho tiempo que te quiero se estrenó en Argentina el 16 de julio.

domingo, 19 de julio de 2009

¡Me premiaron!

Un enorme agradecimiento al amigo Xavier Vidal de Cinoscar & Rarities por otorgarme el Bertuah Award:

Como dice la película, "¿Qué he hecho yo para merecer esto?"... En fin. Muchas gracias por el galardón. Se supone que yo debo continuar y hacer lo mismo con otros blogs que sean de mi agrado. Pido disculpas, pero prefiero no hacerlo. Principalmente, porque lo cierto es que son muchos los blogs que sigo habitualmente y que considero amigos, y premiar a unos significaría dejar afuera a otros. Y no me sentiría bien. Así que aquellos que suelen tener mi visita por sus blogs, saben que yo les daría el premio.
Gracias a todos y trataremos de hacer honor a este nuevo premio.

lunes, 13 de julio de 2009

Tarde pero seguro: Secretos íntimos


Título original: Little children (USA, 2006) / Dirección: Todd Field / Elenco: Patrick Wilson, Kate Winslet, Jennifer Connelly, Jackie Earle Haley / Duración: 130 mins.

Estafa. Creo que esa es la palabra que mejor define a esta película. O al menos, la que mejor define la sensación que me quedó después de verla.
Little children
es un film del año 2006 dirigido por Todd Field, actor-director cuyo debut detrás de cámaras había sido con la sobria In the Bedroom (2001). Para su segundo largometraje Field eligió una novela de Tom Perrotta (quien también adaptó el guión) que gira en torno a una serie de personajes de los suburbios norteamericanos. Me dieron ganas de ver este film por las buenas críticas que había tenido en su momento y porque dos de sus protagonistas (Patrick Wilson y Jackie Earle Haley) actúan en Watchmen, lo cual me redireccionó hacia él. Pero me llevé un verdadero chasco.
Brad (Wilson) está casado con Kathy (Jennifer Connelly). Ella mantiene la economía de la casa, mientras él se dedica a cuidar a su hijo y a intentar aprobar (luego de un par de fracasos) el examen final de abogacía. Sarah (Kate Winslet), por su parte, es una joven mujer que no encuentra su lugar ni como esposa ni como madre. Brad y Sarah se encontrarán por casualidad y buscarán mutuo consuelo en medio de esa vida suburbana y rutinaria en la cual se sienten prisioneros. Y por otro lado está Ronnie (Haley), un pederasta ex convicto que se muda al barrio generando el terror entre los preocupados padres, por más que él sólo quiera rehacer su vida pacíficamente.

No pude dejar de relacionar Little children con American beauty. Primero por la temática y el tono del film. Y luego porque, al igual que aquella, la película amaga con recorrer un camino del cual luego se termina arrepintiendo. Lo que comienza siendo una ácida crítica a la vida del norteamericano medio termina virando, llegando al final, hacia otro lado, transformando una potencial sátira en una moraleja lamentable. Es imposible explicar las razones del disgusto que me generó este film sin entrar en los detalles de la trama, así que no lo haré. Y tampoco tengo ganas de extenderme demasiado. Sólo quería aconsejarles que, si se llegan a cruzar alguna vez con esta peli, no pierdan el tiempo. O, al menos, no se dejen engañar...
Lo peor de todo es que la película comienza muy promisoriamente, lo cual convierte al fiasco en algo aun peor. El buen elenco, en el que destaca Haley (nominado al Oscar) no tiene la culpa en este traspié. Si existiese el crimen de estafa cinematográfica, creo que el director y el guionista de Little children serían culpables en primer grado.

domingo, 5 de julio de 2009

Tarde pero seguro: Watchmen


Título original: Watchmen (USA, 2009) / Dirección: Zack Snyder / Elenco: Malin Akerman, Billy Crudup, Patrick Wilson, Jackie Earle Haley, Mathew Goode, Jeffrey Dean Morgan, Carla Gugino / Duración: 162 mins.

Antes que nada quiero aclarar que no sé un comino sobre comics. De hecho, hasta la existencia de este film, jamás había escuchado siquiera nombrar a Watchmen. Así que miré la película siendo totalmente “virgen” al respecto. Desconozco, por ende, si los personajes o la historia hacen justicia a la fuente original. Pero más allá de esto, creo que sí puedo reconocer cuando una película alcanza un nivel de realización superior. Y considero que Watchmen lo hace. Por varias razones.
La película tiene lugar en un 1985 imaginario, con el mundo en vilo ya que USA y URSS están al borde de la guerra nuclear. Se trata de una realidad en la cual Richard Nixon sigue en la presidencia, luego de haber sido reelegido varias veces. Uno de los motivos principales por los que logró esta permanencia en el cargo fue el triunfo de USA en Vietnam, que no hubiera sido posible sin la asistencia de los Watchmen. Este grupo de vigilantes inició su andar allá por los años 40, y está formado por personas comunes, sin poderes especiales, aunque con notables capacidades físicas para la lucha. La excepción la marca el Dr. Manhattan, un científico que luego de un terrible accidente quedó convertido en un ser con poderes extraordinarios, como el de teletransportarse o el de transformar cualquier materia a su voluntad.
Pero el grupo de vigilantes, que fue sufriendo cambios a lo largo de los años, había llegado a un punto en el que sus acciones rozaban lo autoritario (especialmente en el caso de Comedian, un personaje netamente reaccionario), por lo que el propio Nixon, ante cierta presión social, emitió una ley que prohibió su accionar, determinando el fin del grupo. La trama de la película arranca cuando, en la actualidad de 1985, y con el grupo ya retirado, alguien asesina a Edward Blake (alias Comedian) con lo que otro de los Watchmen, Rorschach, inicia una investigación al respecto, buscando a la vez la ayuda de sus ex compañeros.

Lo primero que hay que decir de Watchmen es que es visualmente impactante. El director Zack Snyder (Dawn of the dead, 300) nos traslada a una realidad paralela de manera notable, haciendo no sólo uso de toda la imaginería visual posible, sino de la música, la cual incluye clásicos del rock como Bob Dylan, Janis Joplin, Jimi Hendrix, Simon & Gartfunkel y Leonard Cohen. Para un amante del rock como yo, esto es un plus. Pero lo cierto es que estas elecciones musicales, que podrían haber quedado como arbitrarias dentro del contexto del film, ayudan a darle una personalidad única. Y hay que aclarar que Snyder no utiliza aquí el mismo estilo visual artificial del que se valió en 300. Los personajes de Watchmen, y el universo que los rodea, son más reales, más posibles, más cercanos. Es un mundo en el que predomina la contradicción, la amargura y el sinsentido. Sus protagonistas son seres conflictuados que no terminan de encontrar su lugar en el mundo, y que viven un permanente estado de ambigüedad. Como dicen en un momento, tal vez el Comedian, con su desdén hacia la vida humana, sea quien mejor haya entendido de qué va la cosa en este mundo podrido.
El film, con sus dos horas y media, se toma su tiempo para pintar a sus personajes y contar su historia. Pero lo más importante en esta película no son los pormenores de la trama, sino lo que la misma termina representando. Así como también lo que sus personajes sienten y personifican. A aquel espectador que no logre identificarse con lo ocurrido, puede parecerle un film largo. Pero quien se enganche desde un principio con la historia, sentirá que está dando el paseo de su vida. El film de Snyder destila estilo por todos sus poros (arrancando con una notable secuencia de títulos al ritmo de "The times they are A-changin'", de Dylan, en la que se muestra la historia de los Watchmen), pero está muy lejos de sólo quedarse en la superficie. Es un film con alma. Con un alma oscura y lastimada, como la de sus protagonistas.

El elenco realiza una tarea uniforme, dentro de la cual cabe destacar primero a Billy Crudup, en el papel del Dr. Manhattan, ese ser al que en apariencia poco lo queda de humano, pero que detrás de su inexpresiva presencia y cerebral comportamiento esconde la última esperanza de salvación para la humanidad. Y luego hay que nombrar Jack Earle Haley en el papel de Rorschach, el personaje más enigmático de todos. Haley es un actor que gozó de una carrera prominente como adolescente a principios de los 80, y que tuvo un gran regreso en el 2006 al ser nominado al Oscar de Reparto por su papel en Little Children. Aquí, le pone el cuerpo a esa mezcla de sociópata e investigador privado, que esconde su identidad tras esa máscara blanca sobre la cual las formas negras van cambiando permanentemente. Es el personaje, y la actuación, más visceral del film.
Mi conclusión es que es uno de esos filmes, como The Dark Knight, que trascienden su mero subgénero para configurar una obra superior cuyas implicancias son profundas y duraderas. Y que se configuran, para aquel que esté dispuesto a vivirla, en una verdadera experiencia.
Watchmen se edita se edita en DVD en Argentina en julio de 2009.


lunes, 29 de junio de 2009

Charlie Bartlett


Título original: Charlie Bartlett (USA, 2008) / Dirección: Jon Poll / Elenco: Anton Yelchin, Robert Doyney Jr., Hope Davis, Kat Dennings, Tyler Hilton / Duración: 97 mins.

Charlie es un hiperactivo adolescente de clase alta que es sistemáticamente expulsado de los mejores colegios debido a sus actividades extracurriculares (por ejemplo, vender documentos de identidad falsificados). Su empastillada pero adorable madre (Davis), decide enviarlo entonces a un colegio público, al tiempo que el psiquiatra de la familia le aumenta las dosis de Ritalin para tratar de controlar sus “impulsos”. Al principio, Charlie es visto en el nuevo colegio como un bicho raro (lo cual no es de extrañar, dados sus extraños modales y su blazer de instituto privado). Pero él rápidamente pone en práctica su sagacidad, logrando meterse en el bolsillo a todo el mundo. ¿Cómo lo logra? Transformándose un una especie de psiquiatra escolar, atendiendo las consultas del estudiantado (en el baño del colegio), y recetando los fármacos que él obtiene de varios psiquiatras (a los que acude inventando distintos desórdenes psiquiátricos). La fama que irá ganando colocará en alerta al conflictuado director del colegio (Downey Jr.), quien pondrá el ojo sobre Charlie y entrará casi en pánico cuando se entere que su propia hija es el interés romántico del nuevo estudiante.

Charlie Bartlett es una película que es menos inteligente y provocativa de lo que le gustaría ser, que arranca de manera algo errática y va encontrando luego su rumbo, aunque jamás llega a cuajar del todo. Aborda temáticas serias, como el abuso de drogas recetadas, la depresión y el suicidio, desde una perspectiva irónica. Pero justamente su problema principal está en el tono. Es una especie de mezcla rara: en parte parece tratar de recuperar el espíritu de las comedias de John Hughes de los años 80 (Ferris Bueller, principalmente), pero dándole un giro contemporáneo, y metiéndole la sofisticación de los filmes de Wes Anderson (Rushmore, The Royal Tenenbaums). Pero mientras que Anderson crea universos internamente coherentes (más allá de que no sean realistas o creíbles), el director Jon Poll aquí está más lejos de lograrlo, ya que su film pierde por momentos el registro, quedando a mitad de camino entre una comedia adolescente, una parodia inteligente y una sátira de trazo más grueso.
El desconocido Anton Yelchin deja en líneas generales una buena impresión en el papel principal. Si bien en un principio el personaje de Charlie, con ese tono de vendedor insistente, puede resultar algo molesto, el actor demuestra el carisma necesario para llevar adelante la película. Lo que no es poco. Y aunque es imposible decir que Downey Jr. brinde jamás una mala actuación, lo cierto es que aquí nunca parece plenamente cómodo en su papel. Tal vez sea lo que su personaje transmite, ya que es un ex profesor que no termina de adaptarse a su rol de director. Pero da la impresión de que Downey está desperdiciado. Aunque, como dije, siempre actúe bien.

En conclusión, una comedia “amable”, con algunos momentos más iluminados que otros. Y que no se la juega del todo, buscando el obligatorio crecimiento y redención final de sus protagonistas. Como dije, tiene la aspiración de ser mucho más sofisticada de lo que termina siendo. Pero bueno, Wes Anderson hay uno solo.
No creo que se estrene en cines en Argentina. Calculo que debe conseguirse en DVD.

lunes, 22 de junio de 2009

Tarde pero seguro: Perdidos en Brujas


Título original: In Bruges (Inglaterra/USA, 2008) / Dirección y guión: Martin McDonagh / Elenco: Colin Farrell, Brendan Gleeson, Ralph Fiennes, Clémency Poésy / Duración: 107 mins.

Vuelvo a esta sección en la que hablo sobre películas que no vi en su momento de estreno, pero que con el paso del tiempo he podido apreciar. En este caso, se trata de esta más que recomendable película llamada In Bruges.
Luego de terminar un “trabajo”, dos asesinos a sueldo británicos son enviados a la ciudad de Brujas (en Bélgica), por un par de semanas, para esperar instrucciones de su jefe. Ninguno de los dos sabe realmente para qué fueron enviados a esa pequeña y antigua locación. Ken (Brendan Gleeson) es un cincuentón relajado que decide disfrutar de la estadía como cualquier turista, fascinado por los edificios medievales de la pintoresca ciudad. Ray (Colin Farell), bastante más joven, es un tipo al cual poco le interesan la historia y los museos, por lo que se siente como fiera enjaulada. Además, carga con un sombrío incidente del pasado cercano que atormenta su conciencia y que lo sume en una profunda depresión, de la cual logra salir sólo de a ratos. Desde ya, las cosas para ellos se irán complicando, especialmente desde el momento en que se sepa el por qué de su estancia en Brujas.

Si bien In Bruges es básicamente una comedia, tiene elementos de su trama bastante oscuros y que poco invitan a la risa. Se podría decir que es una comedia negra dramática. Esta conjunción de elementos, en apariencia incompatibles, esta bien manejada, aunque es cierto que a algunas personas les pueda parecer algo chocante. Las situaciones van de lo grotesco a lo ridículo, pasando por lo violento y lo cómico. Pero la película no va por el lado del humor negro cool tipo Tarantino o Guy Ritchie, sino que tiene un tono más dramático, más natural.
Lo cierto es que el film no funcionaría si no hubiera química entre sus dos protagonistas, pero afortunadamente no es el caso. Gleeson y Farrell están excelentes en sus papeles, registrando de manera perfecta tanto los momentos cómicos como los dramáticos. Y por más que los diálogos no tengan la brillantez de un film de Tarantino, los protagonistas otorgan a sus personajes gran frescura, generando entre ellos una relación creíble y fraternal. Y ya que hablamos de actuaciones, hay que destacar también la aparición, en el último tercio del film, de Ralph Fiennes en el rol de Harry, el maniático jefe mafioso. Desde su disgustado gesto facial y vulgar forma de hablar, Fiennes logra una caracterización entre cómica y temible, muy alejada de sus solemnes trabajos habituales. Sin dudas, es de lo mejor que ha hecho en los últimos tiempos.

In Bruges está lejos de ser una obra maestra y, como dije, tiene algunos elementos que posiblemente no terminen de cuajar de manera perfecta. Pero su atmósfera por momentos de ensueño, sus actuaciones entrañables y su falta de grandes pretensiones la convierten en una experiencia muy disfrutable. Y es bueno ver a Farrell haciendo esta clase de filmes chiquitos, en los que nos hace olvidar de toda la boludez que ha rodeado su ascenso a la fama, demostrando que, en definitiva, es un muy buen actor.

miércoles, 17 de junio de 2009

Asfixia


Título original: Choke (USA, 2008) / Dirección: Clark Gregg / Guión: Clark Gregg (basado en la novela de Chuck Palahniuk) / Elenco: Sam Rockwell, Anjelica Huston, Kelly Macdonald, Brad William Henke, Clark Gregg, Joel Grey
/ Duración: 89 minutos
Víctor Mancini (Rockwell) es un adicto al sexo que trabaja en un parque temático en el que se recrea la época colonial norteamericana. De su caótica existencia, se podría destacar que: acude a reuniones de adictos al sexo, aunque lo hace más para coger con las asistentes que para curarse; tiene una madre (Huston) internada con Alzheimer, que vive confundiéndolo con otras personas; cena habitualmente en restaurantes lujosos en los que finge asfixiarse con su comida, con el objetivo de recibir donaciones posteriores por parte de las personas que lo salvan (porque sienten por él un sentimiento de culpa).
En medio de este descontrol, Victor descubre un día, por los dichos de su inconexa madre, que su padre tal vez no sea quien él creía (siempre había creído que lo había abandonado de pequeño). Entonces, hará lo imposible por arrancarle a la madre la identidad de su padre, para lo que recurrirá a la ayuda de la doctora Marshall (Macdonald), nueva integrante del staff del instituto a quien Victor, obviamente, tratará también de “empomarse”.

Choke fue escrita y dirigida por Clark Gregg, quien adaptó la novela homónima de Chuck Palahniuk (autor también de El club de la pelea). Éste es el debut en la dirección de Gregg, conocido hasta ahora por su labor como actor (muchos lo identificarán por interpretar al ex esposo de Julia Louis-Dreyfuss en The New Adventures of Old Christine; y en el film hace el papel del superior de Victor en el parque). Y hay que decir que no es un debut del todo feliz. El terreno de la comedia negra es uno pantanoso y peligroso. Es uno de los subgéneros más difíciles de encarar, ya que uno se mueve constantemente sobre un límite muy fino, corriendo el permanente riesgo de caerse. En este caso, si bien los resultados están lejos de ser bochornosos, también lo están de ser exitosos. Gregg no logra nunca que el film levante vuelo. No es tanto un problema de tono, sino de lograr explotar las posibilidades de su historia. El personaje central es un tipo bastante difícil de querer, y la película poco hace para que realmente nos importe lo que le pasa. Y todo termina siendo una sumatoria de situaciones potencialmente interesantes, pero desarrolladas por la mitad.
Sin dudas que esto no es culpa del elenco. Sam Rockwell es un actor al que los personajes retorcidos le salen como anillo al dedo. Y si bien hay algunas poses suyas que me suelen caer medio mal, hay que admitir que tiene un gran carisma y una facilidad evidente para moverse entre el drama y la comedia. Anjelica Huston también hace lo justo y necesario con su personaje, tanto en su actualidad con Alzheimer, como en los flashbacks en los que se la muestra como una madre bastante “poco ortodoxa” y ausente.

Me resulta difícil desechar totalmente a un film como este, ya que al menos es bastante original. Pero es una de esas películas que dan lástima más por lo que podrían haber sido que por lo que son. Seguramente, un director más experimentado y talentoso podría haber llevado la historia a otro nivel (como lo hizo David Fincher con El club de la pelea, aunque, justo es decirlo, aquella tenía un presupuesto mucho mayor). Lo que queda, es el esqueleto de un film potencialmente atrevido y conmovedor, pero que no llega a ser ninguna de las dos cosas. Los ocasionales apuntes interesantes, algunas situaciones bizarras y las buenas actuaciones alcanzan como para recomendarla muy tibiamente, con todas las reservas ya planteadas.
En Argentina se consigue en DVD hace un par de meses.