sábado, 29 de diciembre de 2007

Feliz Año Nuevo

Y, si hubo un especial de Navidad, tengo que poner uno de Año Nuevo. Más que nada, quiero utilizar este medio para desearles a Ustedes un gran 2008. Ojalá que todos podamos ir cumpliendo nuestros deseos y poniendo nuestras energías en aquello que nos haga felices.
Los dejo con dos escenas memorables que tienen lugar en fiestas de año nuevo. Ambas finalizan con un beso, aunque de características bien distintas... ¡¡Felicidades!!

El Padrino II: Una de las escenas más famosas en la historia del cine. Gran fiesta de fin de año en Cuba. Michael Corleone (Al Pacino), luego de enterarse que su hermano Fredo (John Cazale) lo había traicionado, decide enfrentarlo. Y le zampa el “beso de la muerte”. “Sé que fuiste vos Freddo. Me rompiste el corazón... Me rompiste el corazón.” Inolvidable.



Cuando Harry Conoció a Sally: Después de años de amistad, Harry (Billy Crystal) se da cuenta que está enamorado de Sally (Meg Ryan). Y parte a su encuentro, corriendo desde una punta a la otra de Manhattan, hasta la fiesta en la que está ella. Una vez allí, le declara su amor, cerrando el gran monólogo con la frase: “Cuando te das cuenta que querés pasar el resto de tu vida con alguien, querés que el resto de tu vida empiece lo antes posible”. Ella, claro, no puede negarse.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Querido Rock Despide el Año!!

Amigos míos, última oportunidad de escucharme en Querido Rock!! Así es, hoy despedimos el año y no volvemos hasta marzo, así que espero que algunos de Ustedes escuchen el programa. Hoy estaremos de 21 a 22,30 hs compartiendo nuestros artistas favoritos de los 90s hasta la actualidad: White Stripes, Pearl Jam, Blur, Tool, Devendra Banhart, Beck, System of a Down, Radiohead, Pulp, Pavement y muchos más.
Entren al site y nos escuchan on line.

¡Saludos!

martes, 25 de diciembre de 2007

Refugio

Hace poco vi de vuelta una película muy dura pero muy buena llamada Réquiem para un sueño, de Darren Aronofsky. Sus cuatro protagonistas (Jared Leto, Marlon Wayans, Jennifer Connelly y Ellen Burstyn) viven atrapados por sus adicciones y sus miedos y, para el final de la película, terminan todos mal (internados, presos, prostituidos, etc). Lo que me llamó la atención es que el director eligió terminar el film con la imagen de ellos, por separado, recostados adoptando la posición fetal. Esta posición nos remite, obviamente, a la sensación de protección que teníamos dentro del útero. Es como una búsqueda inconsciente hacia un lugar seguro, un lugar en el cual ampararnos, alejarnos de todo aquello que nos daña. Y esto me hizo preguntar: ¿a qué recurrimos cada uno de nosotros cuando estamos mal? Cuando sufrimos, cuando nos dañan. Cuando nos sentimos tristes, solos, abandonados. ¿Hacia qué persona, entidad, objeto, lugar o recuerdo huimos cuándo el mundo nos da la espalda? Instintivamente nos aferramos a ello cada vez que pasamos por alguna crisis. En mi caso, mi refugio principal lo constituyen mi esposa y mi hija. Pensar en ellas y sentir su amor y apoyo me hace una persona más fuerte y segura.
¿Y ustedes, a qué se aferran cuando llega la tormenta?

viernes, 21 de diciembre de 2007

Películas Navideñas

Admito que recordar películas sobre la Navidad en esta época es un cliché. Además, ya bastante nos inundan en la tele con ellas. Y sé muy bien que la mayoría de nosotros pensamos que estos filmes son algo pedorros. Pero es mi primer año con el blog, así que me voy a dar el “gusto” de hacer una listita. Igualmente, mi intención es nombrar filmes que se distingan del resto, ya sea por su humor, originalidad o calidad. Y aprovechar, también, para desearles a todos Ustedes una ¡Muy Feliz Navidad!

Un Santa no Tan Santo (Bad Santa, 2003): una comedia gloriosa. Billy Bob Thornton, en uno de sus mejores papeles, hace de este tipo alcohólico y amante de los culos muy gordos, que trabaja de Papá Noel en los shoppings y luego los roba junto a su socio, un enano negro que hace las veces de duende. En el interín, se involucra con un bizarro nenito que le cambiará la vida. Vulgar, deprimente, políticamente incorrecta y muy graciosa.


El Extraño Mundo de Jack (Nightmare Before Christmas, 1993): solo la mente de Tim Burton puede crear un musical sobre la Navidad y que nos guste tanto. Es la historia de Jack, un inusual personaje de fantasía, que un día descubre Christmas Town e intenta suplantar a Santa Claus, con resultados insospechados. La excelente música es cortesía de Danny Elfman, habitual colaborador de Burton. Un clásico.


National Lampoon’s Christmas Vacation (1989): me pueden decir lo que quieran, pero a mí me sigue haciendo cagar de risa. La tercera (y tal vez mejor) en la saga, gira en torno a la reunión familiar navideña en el hogar de los Griswold, y los esperables quilombos que se suceden. Cada vez que veo una casa llena de lucecitas, pienso en Chevy Chase... Dato de color: la vecina snob es interpretada por Julia Louis Dreyfus (alias Elaine, de Seinfeld).

Elf (2003): otro que me puede, Will Ferrell. El chabón me parece muy cómico. Ver a semejante monigote vestido con ese traje verde, ya me causa gracia. Acá hace de un ser humano normal que fue criado toda su vida por Papá Noel como uno de sus duendes ayudantes. Ya adulto, se entera de la verdad, y decide ir a Nueva York en busca de su padre biológico (James Caan). No es extraordinaria, pero en líneas generales la peli es mucho mejor de lo que podría esperarse. Y bastante graciosa.

Un cuento de Navidad (A Christmas Carol, 1984): versión para TV de esta historia de Dickens filmada varias veces. Ebenezer Scrooge, el avaro millonario que odia a la Navidad (y al mundo) es visitado por los Fantasmas de las Navidades para que aprenda el sentido de las Fiestas (y el valor de las demás personas). Esta película tiene al gran George Scott, brillante como siempre, y la elijo no sólo porque está bien hecha, sino porque es una que he visto muchas veces de chico y me trae buenos recuerdos. Sí, soy un melancólico, ¿y qué?

lunes, 17 de diciembre de 2007

Grandes Finales

No son finales sorpresa (tipo Sexto Sentido o El Planeta de los Simios) si no desenlaces que, por distintos motivos, considero memorables. Es una larga lista, así que habrá varias entregas. Si no vieron alguna de estas películas, tal vez prefieran no leer.
Acá van los primeros:

Casablanca: Rick (Humphrey Bogart), contradiciendo los típicos happy endings hollywoodenses, deja ir a Ilsa (Ingrid Bergman), el amor de su vida, haciendo lo que considera “correcto”. La causa política estaba por encima de los sentimientos personales. Y así Rick se queda en el aeropuerto de Casablanca junto a Louis (Claude Raines), el oficial francés, caminando ambos hacia la niebla, cerrando este clásico con una de las imágenes más recordadas en la historia del cine, además de la célebre frase final: “Creo que este es el comienzo de una hermosa amistad”.

Butch Cassidy & the Sundance Kid: los famosos pistoleros (Paul Newman y Robert Redford) quedan heridos y rodeados por la armada boliviana. Sabiendo su destino, y que los árboles mueren de pie, no les queda otra alternativa que salir de allí a los tiros. Y así lo hacen. La película termina con la imagen congelada de ellos disparando, mientras el sonido de los balazos de los militares se multiplica. Aunque sepamos el desenlace, el director George Roy Hill elige dejarnos con esa imagen de los protagonistas, peleando hasta el final.

La Cosa: al final de este clásico gore de John Carpenter, luego de que el resto fuera exterminado por un parásito mutante extraterrestre, sólo quedan dos sobrevivientes en la base antártica. En medio de la intemperie y el frío, con las ruinas de la base (que acaba de explotar) de fondo, terminan compartiendo una botella de whisky. Y se quedan así, sentados mirándose las caras, desconociendo cuál de los dos tiene al bicho dentro de él.
-“¿Y ahora, qué hacemos?”
-“¿Por qué no esperemos acá un rato, a ver qué pasa?”.
Títulos.

Perdidos en Tokyo: Bob (Bill Murray) se baja de la limusina, la corre a Charlotte (Scarlett Johansson), la abraza y le dice al oído algo que sólo ellos escuchan, pero que ilumina la cara de ambos. Mientras se separan, la banda de sonido nos envuelve con los fuertes bombos y suaves acordes de Just Like Honey, de Jesus and Mary Chain. Y así, sutilmente, culmina este clásico de Sofía Coppola, con una nota de esperanza para este improbable romance.

Boogie Nights: después de dos horas y media en las cuales todos en el film se asombran ante el miembro viril de Dirk Diggler, en la última escena Mark Wahlberg se despacha con un gran monólogo frente al espejo (en un claro homenaje a Toro Salvaje). Y lo culmina pelando el termo en cuestión, mostrándonos a los espectadores el por qué de tanto alboroto. El saber que Wahlberg utilizó una prótesis nos tranquilizó a todos los varones. Y también a nuestras mujeres.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Yo lo conozco, no lo soporto

Roberto Benigni fue elegido por Uds, con el 30% de los votos, como el comediante más insoportable (al menos, de las opciones que les presenté). Es justo destacar que Robin Williams y Jim Carrey compartieron un decoroso segundo puesto, con el 23%. Aclaro que mi elección también hubiera sido el tano.
Si bien admito que el tipo tiene cierto talento, su personalidad es francamente irritante. Es de esas personas que parecen vivir exaltadas. Puede caer simpático en algún papel secundario, como en aquellas pelis de Jim Jarmusch, pero tolerarlo como protagonista se me hace difícil. Recordemos La vida es bella: imaginate caer en un campo de concentración y, encima, tenerlo de compañero al pesado de Benigni. Complicado, ¿no?... Todavía no puedo creer que haya ganado el Oscar a mejor actor por ese film. Ojo, no me parece mal que gane un cómico, pero justo éste... Para colmo, estaban nominados Nick Nolte, Edward Norton, Ian McKellen y Tom Hanks, todos en actuaciones superlativas. Insólito.
Además, su estilo de comedia tiene ese toque de sentimentalismo facilista (al igual que Robin Williams) que realmente detesto. Así que, resumiendo, un justo ganador.
¡¡Salute Roberto!!

jueves, 13 de diciembre de 2007

Expedientes X

Esta es una sección en la que trataré de investigar el paradero de algunos artistas que han tenido prometedoras carreras y que, por motivos que se desconocen, han desaparecido misteriosamente. Casi como si hubieran sido tragados por la tierra, o abducidos por extraterrestres. He aquí el primer caso de uno de estos pobres diablos, caídos en las sombras del olvido.

Steve Guttenberg: A mediados de la década del 80 este comediante estaba en la cresta de la ola. Había sido uno de los protagonistas de la laureada Diner (1982), de Barry Levinson. Luego aparecería en varias comedias: la saga de Locademia de Policías (estuvo en cuatro de ellas, entre el '84 y el '87); Cortocircuito (Short Circuit, 1986), ¿se acuerdan del robotito?; Cocoon 1 (1985) y 2 (1988), esas de los viejitos y los extraterrestres; Tres hombres y un bebé (1987) y su secuela Tres hombres y una pequeña dama (1990). Todos grandes éxitos. Sin embargo, al llegar la década del 90, algo cambió. Su inofensiva cara de nabo ya no pareció caerle tan en gracia al público americano, y su presencia en el cine fue cada vez menos frecuente. Hasta que, finalmente, desapareció para nunca más volver.
Es interesante hacer un paralelo con Tom Hanks. Él también era un actor agradable, de apariencia común y protagonista de comedias menores (Despedida de soltero, Hogar dulce hogar, Vecinos al ataque). Sin embargo, Hanks es uno de los actores más exitosos, queridos y respetados (2 Oscars) de la historia. Y a Guttenberg, bueno, lo estamos buscando...
La pregunta que me hago es: ¿qué pasó con el bueno de Steve? ¿Lo habrán venido a buscar los aliens de Cocoon? ¿Se habrá enlistado en la academia de policías? ¿Se habrá quedado cuidando a la pequeña dama? Quién sabe. Algunos reportes indican que fue visto últimamente deambulando por intrascendentes series y películas para TV. Pero aun esta especie no fue confirmada. Se está investigando esa pista. Cualquier información sobre su paradero, se agradecerá.

martes, 11 de diciembre de 2007

El autocine

Bueno, voy a hacer una pregunta que, tal vez, me haga sentir como un viejo choto. ¿Quiénes de los que leen este blog recuerdan haber ido al autocine alguna vez? Mmm, temo que casi nadie.
Mis recuerdos del autocine son bastante lejanos (calculo que tendría unos cinco años la última vez que fui), pero permanecen aun en mi memoria como una muy grata experiencia. Creo que con mi familia íbamos a uno que estaba al costado de la General Paz (ojo, era muy pendejo así que puedo equivocarme). Lo que sí recuerdo era lo bien que lo pasaba ahí. Ir en una nochecita de primavera o verano, con la fresca brisa entrando por la ventana... ¡Y no tenías que soportar los ruidos molestos de los otros espectadores dándole al pochoclo! (salvo los que estaban en tu auto, claro). Los parlantes estaban sobre unos postes al costado del coche y los acercabas colgándolos al vidrio de la ventana. Desde ya, el audio que por allí salía no era ni THX ni Dolby Surround ni nada por el estilo. Pero en esa época no necesitábamos tanta tecnología. Cuando sos chico, todo te parece fabuloso. Me acuerdo de ir a ver alguna película de Cupido Motorizado; o la de Flash Gordon, esa medio bizarra que tenía música de Queen, con Max Von Sydow haciendo del villano Ming (el actor que hacía de Flash creo que ahora atiende una verdulería en Villa Ballester).
Seguramente, como con todo recuerdo de la niñez, esté idealizando un poco la experiencia. Tal vez no estaba tan bueno estar dos horas sentado en el auto. Qué sé yo... Por algo dejaron de existir los autocines. Capaz hoy en día estacionado ahí pensaría que en cualquier momento puede venir alguien con un chumbo para afanarme. Pero en esa época esas preocupaciones no habitaban mi cabecita loca. Lo único que me daba miedo, como ya dije alguna vez, eran los monstruos de la pantalla, no los reales (y ahora que lo pienso, en aquellos años nos gobernaban unos monstruitos bien aterradores).
Pero bueno, el autocine hace rato que forma parte de mi pasado, de mi infancia. Sé que en los últimos años ha habido un par de intentos por revivirlo. Pero no pasaron de eso. Además, no creo que hoy lo disfrutaría como entonces. Prefiero quedarme con los recuerdos. Por suerte (idealizados o no) nos acompañan toda la vida.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Héroes Anónimos (Parte 2)

Acá llega la segunda entrega de esta serie que destaca a los invalorables actores secundarios. Aquellos seres a los cuales vemos constantemente, pero de quienes muchas veces no sabemos el nombre. En este caso, algunas caras que pululan en la actualidad.

Steve Buscemi: lo pongo casi a pedido del público de este blog. Es que si bien es uno de los más brillantes actores secundarios de los últimos 20 años, a esta altura el suyo es un nombre muy conocido. Actor fetiche de los hermanos Coen (actuó en Millers Crossing, Barton Fink, The Hudsucker Proxy, The Big Lebowski y Fargo) armó su carrera intercalando películas pequeñas con grandes producciones (Con Air, Armaggedon, The Island). Esto, sin dudas, ha ayudado a que su cara de ojos saltones sea muy reconocible. Un actorazo, sin dudas, del cual vale la pena nombrar también Reservoirs Dogs (1992) y Ghost World (2001), entre tantísimas otras.

James Cromwell: otro con una larga carrera en TV y cine, pero que comenzó a destacarse realmente a mediados de los 90s en películas importantes: Babe (1995), por la cual estuvo nominado al Oscar secundario; The People vs. Larry Flint (1996); Los Angeles al Desnudo (L.A. Confidencial, 1997); Impacto Profundo (Deep Impact, 1998); La Hija del General (The General’s Daughter, 1999); Milagros Inesperados (The Green Mile, 1999); Space Cowboys (2000); Spider-Man 3 (2007). Se especializa en interpretar a figuras de cierta autoridad, mayormente hijos de puta.

David Morse: este es un muy buen actor que viene apareciendo asiduamente desde los ‘80s. Y si bien en teatro y TV ha tenido protagónicos, en la pantalla grande parece destinado al rol secundario. Algunas de sus películas destacadas: The Indian Runner (1991); La Fuga (The Getaway, 1993); Doce Monos (Twelve Monkeys, 1995); La Roca (The Rock, 1996); Milagros Inesperados; Bailarina en la Oscuridad (Dancer in the Dark, 2000); Prueba de Vida (Proof of Life, 2000); 16 Blocks (2006); Disturbia (2007). Dueño de una extraña expresión que lo ha destinado mayormente a papeles de villano o loco, aunque demostró también ser más que apto para interpretar a tipos normales.

Chris Cooper: excelente actor que en los últimos años ha participado en muchas películas importantes. Su momento cumbre fue en El Ladrón de Orquídeas (Adaptation, 2002), la película de Spike Jonze por la que ganó el Oscar a actor secundario en el papel del singular “ladrón” del título. Pero además lo viste en Grandes Esperanzas (Great Expectations, 1998); Belleza Americana (American Beauty, 1999); El Patriota (The Patriot, 2000); Identidad Desconocida (The Bourne Identity, 2002); Seabiscuit (2003); Capote (2005); Syriana (2005) entre muchas otras. Un actor de mucha clase y profundidad.

Luis Guzmán: Si bien en sus comienzos, a principios de los 80s, aparecía en TV y cine casi siempre haciendo el papel de ladrón (típico rol del latino en Hollywood), en los últimos años se ganó un lugar de importancia al ser convocado en forma recurrente por cineastas como Steven Soderbergh (Out of Sight, The Limey, Traffic) y Paul Thomas Anderson (Boogie Nights, Magnolia, Punch-Drunk Love). También puede vérselo en Carlito’s Way (1993); Snake Eyes (1998); The Bone Collector (1999) y muchas otras cintas importantes. Es un actor que me resulta muy simpático.

jueves, 6 de diciembre de 2007

¿No será mucho?

Hoy escuché en Cuál Es? a nuestro gurú cinematográfico Guille Hernández hablar sobre un estreno rumano llamado 4 meses, 3 semanas, 2 días. La película trata el tema del aborto en medio de la Rumania comunista. Y parece que es un film muy destacable en muchos aspectos (viene de ganar la Palma de Oro en Cannes). Sin embargo, Guille ha hecho hincapié en la extrema crudeza de algunas imágenes que se ven. Él prefirió no entrar en detalles, pero si les interesa, el tema es tratado en casi todos los artículos publicados sobre la película. Y concluyó Guille en que hubiera preferido no ver algunas cosas que allí se muestran. No he visto la película y, con estas referencias, no creo que la vea. Ojo, no la estoy prejuzgando (leí que es una gran película), pero elijo no verla. Y agradezco que Guillote haya comentado ese detalle.
Realmente, yo también le escapo a la violencia innecesaria. Hablo de cuando se llega a extremos sensacionalistas. Me acuerdo de Irreversible, por ejemplo. Una película que me pareció despreciable en su intención de sacudir al espectador con imágenes y escenas de una crudeza casi insoportable. Si bien se trataba de un film admirablemente realizado (por el franco argentino Gaspar Noé), el grado de detalle con el que se mostraban algunas cosas (las famosas escenas del asesinato con el matafuegos, o la violación a Monica Bellucci) no tenían, según mi punto de vista, otra intención que shockear al espectador. No estoy diciendo que sea el caso de 4 meses... ya que, reitero, no la ví. Y quiero aclarar que disfruto de muchas películas que incluyen cierta cuota de violencia (Pulp Fiction, El Club de la Pelea, Una Historia Violenta, muchos filmes de terror). Pero el tema me sirve de disparador.
Desde ya, cada persona es un mundo, y lo que a uno le puede parecer repulsivo, a otro le puede parecer intrascendente. Yo mismo he disfrutado películas que otros encontraron chocantes o desagradables. En mi caso, pienso que es importante la sinceridad de un director. O sea, si decidió incluir algún elemento shockeante en su película porque tenía la certeza de que era lo mejor y más coherente para el filme, y no para despertar el morbo y generar una reacción por parte del espectador.
Pero a veces me pregunto cuál es el límite. O cual debería ser el límite, de tener que existir. Y no hablo de ninguna clase de censura (o auto-censura). Desde ya, opino que cada realizador es libre de filmar lo que quiera, y los espectadores de ver lo que quieran. Pero, ¿con qué paramétros pueden fijarse límites los cineastas? ¿Y nosotros, los espectadores? ¿Es válido mostrar cualquier cosa, por más shockeante que sea? ¿Debe un director tomar decisiones pensando en la sensibilidad del espectador? Son preguntas que me hago para las cuales no tengo respuesta definida. Tal vez se las esté haciendo a Uds para conocer su opinión. Me gustaría conocerla.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Grandes Creaciones: Torrente

Como ya dije alguna vez, hay actuaciones que van más allá de la mera representación de un personaje. Son aquellas grandes creaciones que trascienden la película para incorporarse a la cultura popular. Torrente (1998) es, sin dudas, una de ellas.
Santiago Segura, comediante de probada validez en filmes de Alex de la Iglesia (El Día de la Bestia, Acción Mutante, Muertos de Risa), escribió, dirigió y protagonizó esta comedia bizarra sobre un ex policía, corrupto y totalmente decadente, que se ve inmiscuido en una intriga policial. El personaje de José Luis Torrente es una obra maestra de lo grotesco. Su aspecto sucio y desalineado, su descarada falta de ética, sus patéticos aires de superioridad, sus reacciones xenófobas y machistas. Todas sus características conforman un personaje censurable y despreciable desde todo punto de vista, pero absolutamente desopilante.
Lo que hace sublime al film es la manera grotesca pero inteligente en que está realizado. Si bien todos los personajes son ridículos, están mostrados desde la ironía. El guión, que camina constantemente la delgada línea de la incorrección política, se regodea en esa mirada desprejuiciada, sin temor a burlarse de cualquier tópico (como la retrasada mental de la pescadería). La galería de personajes secundarios es increíble: el padre lisiado de Torrente; el infradotado vecino (interpretado por Javier Cámara) y su prima ninfómana; los villanos ineptos; los nerds que se suman al “escuadrón” de Torrente; Carlitos, el “soplón” tuerto que vende boletos de la lotería vencidos. Y más...
En fin, una obra maestra indispensable para quienes amen el humor negro y absurdo.
Tuvo dos secuelas que, debo admitir, no he visto. Si alguien tiene algún comentario sobre ellas, se agradecerá.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Héroes Anónimos (parte I)

Existen actores a los que hemos visto infinidad de veces pero nos cuesta recordar sus nombres. Son aquellos nunca bien ponderados actores de reparto. Esos tipos y minas que parecen haber nacido para dar apoyo (tal como lo indica su apelativo en inglés, supporting) a los protagonistas. Lo cierto es que muchos de ellos son excelentes actores (mejores en muchos casos que varias estrellas) que, por esas cosas del destino, nunca han llegado a tomar el rol protagónico. En algunos casos son también actores de destacada trayectoria teatral o televisiva.
Hay grandes actores que han logrado intercalar en sus carreras roles protagónicos y secundarios (Ed Harris, Willem Dafoe, William H. Macy, Michael Caine, Morgan Freeman, Robert Duvall, Joan Allen, por nombrar algunos). Pero estos que veremos a continuación, no. Ellos han hecho su quintita en el mundo del reparto. Y, en definitiva, mal no les ha ido. Y todos los recordamos. Aunque sea sus caras.
Aquí van, entonces, los primeros ejemplos (habrá más entregas) de estos queridos actores, para que al menos la próxima vez que los veas no preguntes “¿cómo se llamaba este?”. En este caso, algunos de la guardia vieja.

Ned Beatty: nada que ver con Warren. Lo viste en muchísimas películas (actuó en unas 80). Entre sus papeles más destacados se pueden nombrar Deliverance (1972), que fue su debut en cine; Nashville (1975); Todos los Hombres del Presidente (All the President’s Men, 1976); Network (1976), por la que fue nominado a un Oscar; y su inolvidable rol de Otis, el inepto ayudante de Lex Luthor en las Superman protagonizadas por Christopher Reeve. Todavía muy activo, últimamente apareció en Shooter (2007). Es uno de esos actores confiables, que nunca se luce demasiado pero que devuelve todas redonditas. Su peor pecado es haber actuado en varias películas pedorras, muchas de ellas con su amigo Burt Reynolds.

Charles Durning: también amigo de Reynolds. Este petiso, gordito, y viejo desde que tengo memoria (en febrero cumple 85 años), cuenta con más de 80 films en su haber. Su primera aparición memorable en cine fue en El Golpe (The Sting, 1973). A partir de allí, ha estado en decenas de películas destacadas: Tarde de Perros (Dog Day Afternoon, 1975); Tootsie (1982); ¿Dónde estás Hermano? (O Brother Where Art Thou?, 2000), por nombrar algunas. Es un talentoso comediante, que estuvo dos veces nominado al Oscar a Actor Secundario: La Mejor Casita del Placer (The Best Little Whorehouse in Texas, 1982) y Ser o no Ser (To Be or not To Be, 1983).


Jack Warden: otro que parece haber nacido viejo, y que lamentablemente murió en el 2006, a los 85 años. Su porte señorial era ideal para papeles que requerían transmitir autoridad. Actuó en una centena de filmes, muchos de ellos clásicos: Doce Hombres en Pugna (Twelve Angry Men, 1957); Todos los Hombres del Presidente; …Y Justicia para Todos (…And Justice for All, 1979); Desde el Jardín (Being there, 1979); El Veredicto (The Verdict, 1982); Bulworth (1998). Fue nominado al Oscar a Actor Secundario por Shampoo (1975) y El Cielo Puede Esperar (Heaven Can Wait, 1978), ambas protagonizadas por su amigo Warren Beatty.


George Kennedy: un verdadero veterano (tiene 82 pirulos) que ha participado en varios clásicos, aunque durante los últimos 20 años de su carrera apareció en algunas películas de muy mala calidad. Además de en numerosos westerns, puede vérselo en Doce del Patíbulo (Dirty Dozen, 1967); Aeropuerto (Airport, 1970); Terremoto (Earthquake, 1974); y la serie de La Pistola Desnuda. Ganó el Oscar a actor secundario por La Leyenda del Indomable (Cool Hand Luke, 1967), junto a Paul Newman.



Ernest Borgnine: OK, este es muy conocido. Y tiene algo que lo destaca del resto de los aquí nombrados: ha ganado el Oscar a Actor Principal. La película por la que lo logró es Marty (1955), uno de sus primeros filmes. Pero lo cierto es que luego de este suceso, el grueso de su carrera la construyó a base de roles secundarios. De hecho, es imposible no mencionarlo ya que su cara aparece secundando muchísimas películas, mayormente westerns y filmes bélicos. De Aquí a la Eternidad (From Here to Eternity, 1953); Doce del Patíbulo; Estación Polar Zebra (Ice Station Zebra, 1968); La Pandilla Salvaje (Wild Bunch, 1969); La Aventura del Poseidón (The Poseidon Adventure, 1972); Escape de New York (Escape From New York, 1981) son algunos de los más de ¡¡130!! filmes en los cuales participó Ernest, aún vivito y coleando a sus 90 años.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Una Vida Menos Ordinaria

Me pasa cada vez que me voy de vacaciones. Vuelvo con la certeza de que otra vida es posible. Y no estoy hablando de rascarse el higo todo el día. Eso está bueno por un tiempo corto. Hablo de vivir más relajado, de manera más saludable que esta rutina demencial en la que de lunes a viernes nos esclavizamos 10 horas por día y nos desvivimos por cosas que no tienen la más mínima importancia. Llega un punto en el que tenés que entender que vida hay una sola y es muy corta. Y que existe otra manera de encararla. Y que es bueno darse cuenta, aunque sea ahora, a no darse cuenta nunca.
Ya sé que el cliché es que todo el mundo odia su trabajo. Pero bueno, inclúyanme. De todas formas, voy más allá del empleo. Hablo de una filosofía de vida que te permita disfrutar de las cosas simples. Darte un tiempo para encontrarte con vos mismo y con tus seres queridos. De hacer de tu vida algo productivo, no sólo monetariamente sino para tu espíritu. Que lo que hagas diariamente te haga crecer como persona.
Había una película que se llamaba Una Vida Menos Ordinaria, y si bien no hablaba exactamente de esto, su título bien resume mi sentimiento. Eso quiero para mí. Algo menos común, más estimulante. No levantarse sabiendo que el día de hoy será igual al de ayer y al de mañana. Que mi biografía no sea una fotocopia. Es un lindo objetivo. Sé que he comenzado los primeros pasos hacia ese horizonte. Y eso ya me pone feliz. Es mucho mejor que quedarse sentado mirándolo.
Bueno, disculpen el post intimista. Próximamente les sigo hablando de cine y esas cosas.

viernes, 30 de noviembre de 2007

Vamos a la ruta

En estos momentos preparo mis valijas para salir a la ruta y emprender el largo camino a casa (y a la tan "amada" rutina). Por estos días también ando preparando un programa especial para Querido Rock (http://www.queridorock.com.ar/), en el cual hablaremos sobre 1967, un año fundamental para la historia del rock (y para el mundo). El año de la cultura hippie. Y como dijo el filósofo Pancho Ibáñez, "todo tiene que ver con todo". Por eso, unifico el salir a la ruta con el año '67 y me surge hablar de una gran película: Easy Ryder (1969).

Conocida aquí como Busco mi Destino, se trata de un verdadero clásico. La película cuenta la historia de dos hippies (Dennis Hopper y Peter Fonda) que deben trasladar un cargamento de marihuana en moto a lo largo de USA. Entre los peculiares personajes que se cruzan en su trayecto está un exéntrico abogado, interpretado por Jack Nicholson (en su primera nominación al Oscar), que decide sumarse al viaje de los dos motoqueros. Lo que hace interesante a este filme, dirigido por Hopper, es que funciona como una cápsula del tiempo, retratando vívidamente la cultura hippie, sus ideales (que resultarían imposibles) y los prejuicios con los que debía luchar en aquellos tiempos. Tal vez el filme ahora quede un poco antiguo y desactualizado, pero sigue siendo un clásico y, como dije, un retrato único de una época muy especial. Y tiene una gran banda de sonido acorde al momento (Jimi Hendrix, The Band, Jefferson Airplane, Steppenwolf y muchos más).
Además, al igual que ellos, yo también ando buscando mi destino (bah, supongo que todos, ¿no?).
Bueno, vamos a la ruta...

lunes, 26 de noviembre de 2007

De vacaciones

Les comento que estoy en plenas vacaciones. Así es. Me tomé el palo con la flía para tratar de desintoxicarme de la maldita ciudad. Una semanita lejos del infierno diario. Espero volver algo renovado. Si se me ocurre alguna cosa para escribir en medio de tanto verde, playa y vino tinto, es posible que postee algo nuevo.
Mientras tanto, les dejo una foto con mi familia para que vean lo bien que la estamos pasando. Saludos!!!

sábado, 24 de noviembre de 2007

Hannibal, el más malito

Y ganó Hannibal Lecter nomás. Así es, el personaje creado por Thomas Harris e inmortalizado por Anthony Hopkins fue elegido por Uds. (con un 56% de los votos) como el loquito más aterrador de todos. Y si bien es cierto que en El Silencio de los Inocentes el tipo daba miedo (basta recordarlo enmascarado y atado a esa camilla vertical), también es justo decir que no era el verdadero villano de la película. De hecho, él ayudaba a atraparlo.
Lecter es uno de esos personajes siniestros pero brillantes, que nos atraen por su personalidad e inteligencia. A pesar de que los espectadores sabemos los terribles actos de los que es capaz, no podemos evitar sentir simpatía hacia él. Y esta es una sensación que se acrecentó con las sucesivas películas (Hannibal y Red Dragon), en las que Hopkins acentuó los guiños hacia el espectador, convirtiéndonos en cómplices de sus maquinaciones. Además, la lógica de Lecter, generalmente, lo lleva a castigar a aquellos que se lo merecen (al menos desde su óptica).
A mí, personalmente, me da más miedo la enfermera Wilkes. La imagen de ella con el martillo y el tipo atado a la cama, como diría el Dr. Chapatín, me da cosa. Pero es verdad que tener a Lecter de vecino también me inquietaría bastante. En definitiva, un personaje y una interpretación inolvidables. Aunque a esta altura, Hannibal más que un villano es un amigo.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

El extraño mundo de Wes

Hay un cineasta con el cual mantengo una relación casi de amor-odio (de mi parte, claro. Él no creo que me conozca). Se trata del Sr. Wes Anderson. Un director distinto, sin dudas, con una imaginación muy particular. Sus películas están construidas como si fueran fábulas, en las cuales los protagonistas parecen más personajes que personas. No es la intención de Wes que sus criaturas sean una representación realista de un ser humano. Son más bien un concepto, una suma de características, antes que personas reales. Lo mismo se aplica a su visión del mundo, siempre con tintes surrealistas.

Qué me gusta de sus películas:
Su originalidad, el sentido del humor agudo, el surrealismo, su detallismo visual, Bill Murray, las bandas de sonido plagadas de temas de los 60s y 70s.

Qué no me gusta de sus películas:
La “pomposidad”. Ese dejo de superioridad e intelectualismo que las empapa. Por otro lado, esa forma que mencioné de encarar a sus personajes hace que mantengamos una cierta distancia, evitando que logremos una identificación profunda con ellos.

Pero mas allá de estos reparos, lo cierto es que Anderson ha logrado crear, a lo largo de su carrera, un universo propio e identificable. Sus filmes tienen un look muy particular. Tienen una identidad visual muy marcada. Como dije, son como cuentos filmados. Además, suele trabajar frecuentemente con los mismos actores: Murray, Luke y Owen Wilson (este último coguionista de casi todos sus filmes), Jason Schwartzman, Anjelica Huston, Seymour Cassel.
Es destacable, también, que el tema más recurrente (casi omnipresente) en su filmografía sean las relaciones familiares, en especial padre-hijo. Y su nueva película, The Darjeeling Limited, parece no ser la excepción. Los comentarios que llegan hacen esperar una típica obra de Anderson, con todos los ingredientes (para bien y para mal) descritos arriba. Será cuestión de verla.
En conclusión, me doy cuenta de que, en realidad, no siento nada de odio hacia sus películas. Me gustan mucho, de hecho. Pero siento que nunca terminan de gustarme tanto como deberían. Como que son “casi” geniales, “casi” grandiosas. Y eso me da bronca. Como que me pregunto “¿¿Por qué no me gustó más esta película??” De todas formas, creo que a alguien con una visión tan original como Anderson, es justo perdonarle ciertos “pecados” o caprichos. Agradezcamos que existan estos tipos, aun con sus imperfecciones, que nos regalan algo distinto de tanto en tanto.

He aquí su filmografía, con una breve opinión/descripción de cada peli:
  • Bottle Rocket (1996): con los Wilson. Comedia chiquita sobre ladrones. Bastante graciosa.
  • Rushmore (1998): la mejor. Y la que dio inició a la época dorada de Bill Murray, aquí como el mentor/némesis de un extravagante estudiante secundario.
  • The Royal Tenenbaums (2001): todo es estilo en esta pomposa historia de una familia disfuncional. Actuaciones brillantes, en especial de Gene Hackman.
  • The Life Aquatic with Steve Zissou (2004): un delirio. Me encanta por Bill Murray y las canciones de David Bowie. Creo que es para verla fumado.
  • The Darjeeling Limited (2007): una incógnita. Con Owen, Schwartzman y Adrien Brody como hermanos.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Otra Historia de Amor

La verdad que las películas de amor mucho no me van. Siendo un cínico de mierda, pienso que, en líneas generales, la mayoría son típicas historias edulcoradas, cargadas de clichés y con esperables finales felices. Pero de vez en cuando el cine nos regala historias de amor hechas con inteligencia, buen gusto y, a veces, algún toque retorcido. Acá destaco algunas (tengo más, pero para próximas entregas):

Alta Fidelidad (High Fidelity, 2000): John Cusack hace del dueño de una disquería, con serios problemas de compromiso, que rompe con su novia y se pasa el resto de la película lamentándose y tratando de averiguar el por qué de sus fracasos amorosos. A la larga, claro, se dará cuenta de que no puede vivir sin ella. Una gran película, en especial para los amantes de la música, con un graciosísimo Jack Black en el papel del empleado de Cusack. Basada en la novela de Nick Hornby.

Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, 2004): la segunda colaboración entre el director Michel Gondry y el guionista Charlie Kaufman es una comedia dramática, con tintes surrealistas, en la que Jim Carrey hace de un tipo melancólico que contrata a una empresa para que le borre de su cerebro todos los recuerdos que tenga de su ex pareja (Kate Winslet). Un rompecabezas original y desafiante, que bucea de manera brillante en la mente (y el corazón) de sus protagonistas y que, en definitiva, postula que el amor verdadero siempre encuentra el camino para (re)encontrarse.

Dos Extraños Amantes (Annie Hall, 1977): Woody Allen interpreta a Alvy Singer, arquetípico personaje suyo (judío, neoyorquino, neurótico) que comienza una relación con la inestable mujer que da nombre al film. Una notable reflexión sobre las relaciones amorosas, contada de manera magistral y llena de las típicas observaciones y diálogos agudos del director. Demostró que Woody estaba para mucho más que simples comedias. Ganó el Oscar a mejor película, director, actriz (Diane Keaton) y guion.

Hedwig and the Angry Inch (2001): esta película es una locura. John Cameron Mitchell trasladó a la pantalla grande su obra musical off Broadway acerca de un cantante travesti que vive obsesionado con una estrella de rock en ascenso, a quien él había iniciado en la música (y en el amor) cuando era sólo un púber. Original y divertida, con excelentes canciones de glam rock creadas por Mitchell y Stephen Trask. Uno de los pocos musicales que tendría en mi videoteca.

Cuando Harry Conoció a Sally (When Harry Met Sally, 1989): un clásico. La historia de cómo Harry (Billy Crystal) y Sally (Meg Ryan) se conocen y, a lo largo de los años, continúan una relación de amistad, hasta que el amor, previsiblemente, complica las cosas. Esta comedia es una de esas películas para ver una y otra vez. Una gran oportunidad de disfrutar de la incomparable gracia de Crystal y de recordar cómo era Meg antes del colágeno. Dirigida por Rob Reiner.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Cumple

¡Cumplimos un mes! Toda una vida... Bue, al menos para algunos insectos... Y lo cierto es que a mí me picó un bichito. El del blog. Cada vez me gusta más esto de escribir en este espacio. Desde ya, agradezco enormemente a los que me visitan y a los que dejan sus opiniones. Como diría un Cacho Fontana: Sin Ustedes allí, Nosotros aquí, ¿para qué? Así que espero que sigamos en el buen camino y que cada vez seamos más.¡Felicidades!

martes, 13 de noviembre de 2007

Cine "Arte"

Siempre me pareció una pelotudez el concepto de "cine arte". Esa suposición snob de que existe un cine superior a otro. De que cierto cine merece más respeto y admiración por sus supuestas aspiraciones artísticas. Una locura... Esta es la visión que ha hecho que tengamos que soportar que "autores" como Eliseo Subiela se creyeran que estaban por encima de los mortales por meter un poema de Neruda o porque en sus películas la gente cuando coge flota a dos metros de la cama.
¿Alguien me puede explicar por qué, por ejemplo, Bourne Ultimatum no es una obra de arte? ¿O, estirándome un poco más, Duro de Matar 4? ¿O acaso se supone que una película debe, obligatoriamente, aspirar a algo más que entretener? Ojo, no tiene nada de malo querer lograr una obra profunda, que perdure en el alma y la mente del espectador. Todo lo contrario. Es extraordinario cuando eso ocurre. Pero querer no siempre es poder. Si no Jorge Polaco o Ed Wood serían considerados genios, y no dos íconos de lo bizarro.
No me malinterpreten. Yo prefiero el cine poco comercial. Amo lo nuevo, lo original. Me encantan David Lynch (y no puedo imaginar a nadie más alejado de lo comercial que él), Cronenberg, Spike Jonze... Me aburren (casi todas) las películas de Jerry Bruckheimer. Pero hablo de algo más básico: todo cine es arte. Desde el vamos. No podemos determinar si algo es valioso por sus intenciones primarias, si no por su resultado. E incluso allí es complicado valorar. Porque, como dije, el cine es arte. ¿Y el arte cómo se valora? ¿Cómo se compara? ¿Con qué criterio se puede decir que Mullholland Drive es buena, mala o excelente? Es como calificar a un cuadro de Kandinsky o Pollock. ¿Cuál es mejor?
Es un tema interminable, sin dudas. Y obviamente que existe un cine que intenta aportar ideas y pensamientos profundos, y otro que maneja sus variables con un simple causa-efecto, buscando sólo un resultado comercial. Pero esto no signfica que alguno de los dos deba ser subestimado o rechazado de plano. ¿Cuántas veces nos ensartamos con obras que venían llenas de aspiraciones? ¿Y cuántas nos sorprendimos con otras por las que no dábamos dos mangos? Porque si uno lo analiza, un guion sobre un bicho mutante extraterrestre que se mete dentro de la gente y la destripa puede sonar bastante pedorro. O puede transformarse en un clásico de la ciencia ficción. Así que nunca se sabe... Ok, estoy bastante seguro de que la nueva de Brigada Explosiva va a ser una mierda, pero... quién te dice...

domingo, 11 de noviembre de 2007

Cha Cha Cha

Como me suponía, el ciclo de humor "de culto" más votado en la encuesta fue Cha Cha Chá (55% de los votos). Este programa fue un desprendimiento de De la Cabeza (1992), programa que contaba con todos actores surgidos del teatro únder. Algunos, como Fabio Posca, armarían Del Tomate, un ciclo que tuvo corta vida por canal 9. El resto, encabezado por Alfredo Casero, Fabio Alberti, Diego Capusotto y Mex Urtizberea recalaron en Cha Cha Chá, por América TV.

Este ciclo se destacó por su originalidad, ya que se alejaba completamente del típico esquema de programa cómico argentino. Con un formato de sketches que tomaba algo de los Monty Python (escenas inconexas, situaciones bizarras e inconclusas) y que tenía una caótica creatividad, el programa se ganó un poco numeroso (según los ratings) pero muy ferviente público.

Luego del '92 hubo un parate del ciclo, para volver en 1995 con el subtítulo de Dancing en el Titanic. A éste le siguió El Estigma del Dr. Vaporeso (1996) y La Parrila del Xeñor (1997). Con el paso del tiempo, el ciclo fue teniendo un protagonismo cada vez mayor de Casero, quien terminó siendo el líder evidente.

Finalmente, el programa tuvo que cancelarse debido a las presiones de los grupos religiosos de siempre, que no toleraban el inofensivo personaje de Peperino Pómoro, interpretado por Alberti. Pero el "virus" de Cha Cha Cha había llegado a la TV para quedarse.

En 1998 apareció en América TV Delicatessen, excelente programa en el que estaban Alberti y Capusotto, además de Horacio Fontova, José Luis Oliver, Luis Ziembrowski y Damián Dreizik. Y en 1999 llegó a Canal 9 (Azul por ese entonces) Todo por $2, otro bizarro emprendimiento de Alberti y Capusotto que pasó luego a Canal 7 y permaneció allí desde 2000 a 2002, siendo tal vez el programa más exitoso de toda esta "familia" (segundo en la encuesta con el 34%).

El legado de Cha Cha Cha es innegable. Y casi todos los integrantes de estos ciclos se han ganado un lugar importante en los medios, pero manteniendo, la mayoría, la integridad en sus trabajos.

Por suerte, hoy en día podemos seguir disfrutando por el cable e internet de cosas como estas.




sábado, 10 de noviembre de 2007

Se viene la nueva de los Coen

Parece que Ridley Scott no es el único que regresa con gloria por estos días. Se estrenó en USA No Country for Old Men, la nueva película de los hermanos Coen. El elenco lo integran Josh Brolin, Javier Bardem, Tommy Lee Jones y Woody Harrelson. Se trata de un regreso de los Coen al policial oscuro, en la línea de Blood Simple y Fargo. Y si hay que guiarse por lo que se está diciendo, sería uno de los mejores trabajos del dúo. Ojalá que sea cierto, ya que hace un buen rato que no se despachan con una gran película.
Su estreno en Argentina sería en febrero de 2008. Por ahora, veamos este bonito avance.

jueves, 8 de noviembre de 2007

¡Qué miedito!

Cuando era chico (5, 6 años) las películas de terror me daban un cagazo importante. Hoy en día me divierten y las disfruto bastante, pero de pibe se complicaba. Confieso que hasta me asusté con el video de thriller de Michael Jackson (bah, ahora me sigue asustando Michael, y sin maquillaje).
El tema es que recuerdo un mostro en particular que ocupa, sin dudas, el primer lugar en el podio de mis sustos: Nalder, el vampiro principal de La hora del vampiro (Salem’s Lot, 1979). Es este hijo de puta que les muestro acá. Miren lo que es: una especie de Nosferatu casi sin rasgos humanos. Sin romanticismo. Pura sed de sangre. Totalmente siniestro.
La película en cuestión, hecha para TV y basada en la novela de Stephen King, estaba protagonizada por David Soul (el de Starsky & Hutch). Y no recuerdo si estaba muy buena, porque hace mucho que no la dan. Pero sí sé que cuando vi por primera vez al pelado este, estuve sin poder dormir por una semana. Me acuerdo patente la primera vez que aparece en la película. Era escalofriante, realmente.
Ahh, los mostros de nuestra infancia... A pesar de todo uno les guarda cariño. Ahora, de grande, me dan mucho más miedo las cosas del mundo real. Como en el Laberinto del Fauno, a veces es mejor refugiarse en el mundo imaginario, por más que haya tipejos como este, ¿no?

martes, 6 de noviembre de 2007

El tiempo pasa...

El otro día, leyendo una nota sobre la nueva película animada de Jerry Seinfeld, Bee Movie, hubo un dato que, de algún modo, me “shockeó”. El bueno de Jerry tiene ya ¡53 años! OK, está bien, si uno se ponía a pensar en que la serie finalizó en 1998 y que Seinfeld para esa época rondaba los 40, era lógico concluir que el tipo ya había llegado a la cincuentena. Pero fue como cuando te reencontrás con un viejo amigo o con un familiar que hacía mucho que no veías. Un poco te sorprende verlo más viejo.
Cuando dejamos de ver a alguien, en nuestra mente su imagen se congela, y lo recordamos tal cual estaba la última vez. Para colmo, en el caso de Seinfeld, tenemos la oportunidad de seguir disfrutando de su extraordinaria sitcom a diario, así que estamos acostumbrados a verlo joven. Por lo que el efecto es aun mayor. Pero bueno, el tiempo pasa. Inclusive para los ricos y famosos.
Debo admitir que este tema del paso del tiempo no despierta sensaciones agradables en mí. Lo confieso: le tengo cagazo a la muerte. Le tengo cagazo a la vejez. No me gusta ver envejecer a la gente. El paso del tiempo me genera tristeza, no puedo evitarlo. A veces, cuando me voy a dormir, pienso en que un día voy a estar muerto y no me gusta una mierda.
Soy joven todavía e imagino que uno, a medida que envejece, va pensando y actuando acorde a su edad. Supongo que mi miedo actual viene a cuento de que siento que mi vida está en pañales, y aun me falta mucho por recorrer. Tal vez dentro de 10, 20, 30 años tenga otra filosofía hacia el paso del tiempo. Pero por ahora, no puedo evitar esta pelotuda sensación de tristeza.
Y llámenlo negación si quieren, pero prefiero seguir creyendo que Jerry todavía es ese solterón, joven, inmaduro y sin entradas en su cabeza. Juventud, divino tesoro...

sábado, 3 de noviembre de 2007

Vidas de escritores

Siempre sentí una gran atracción hacia el mundo de los escritores. Tal vez sea porque me hubiera encantado ser escritor (aun no claudiqué del todo, pero sigo sin saber por donde entrarle al asunto). Lo cierto es que cada vez que veo una película que se centra en la vida de un escritor, siento un poco de envidia. Envidia por esa vida bohemia, disipada, relajada y sin horarios. Por ese entorno creativo en el que suelen moverse. Mientras tanto, uno sueña despierto de lunes a viernes para que la realidad se parezca un poco más a la vida que creemos está a la vuelta de la esquina... Pero bueno, a llorar a la iglesia. Acá van algunas películas sobre escritores que me gustaría destacar.

Barton Fink (1991): una de las mejores de los hermanos Coen. John Turturro interpreta al personaje del título, un exitoso autor de teatro que es contratado por un estudio de Hollywood, en plena segunda guerra, para escribir películas de lucha libre. Y que entra en un mundo que se volverá cada vez más bizarro e incomprensible. Una sátira brillante, con excelentes actuaciones de un elenco de lujo (John Goodman, Judy Davis, Michael Lerner, Tony Shaloub).

Fin de Semana de Locos (Wonder Boys, 2000): Michael Douglas brinda una de sus mejores actuaciones como un escritor, alguna vez exitoso, devenido en profesor de la facultad y con serios problemas de bloqueo. Su editor (Robert Downey Jr.) lo presiona pacientemente para que termine su nueva novela, al tiempo que un joven alumno (Tobey Maguire) se filtra en su vida. Una comedia algo extraña pero muy disfrutable, con Frances McDormand y Katie Holmes. Dirigida por Curtis Hanson.

Entre Copas (Sideways, 2004): brillante película de Alexander Payne sobre un escritor fracasado (Paul Giamatti) que se embarca en un viaje por los viñedos de Estados Unidos junto a su mejor amigo (Thomas Haden Church), para festejar el fin de la soltería de este último. La actuación de Giamatti es de una sutileza tan grande que los burros de la Academia ni siquiera lo nominaron a un Oscar. Un filme superior, de lo mejor que salió de Hollywood en los últimos años.

Los Enredos de Harry (Deconstructing Harry, 1997): la última gran película que hizo Woody Allen gira en torno al escritor del título (Woody, obviamente), un tipo que no puede evitar mezclar permanentemente su arte con su vida personal. Un film lleno de esas típicas observaciones agudas que nos hicieron amar a este, el neoyorquino más famoso.

Mariposas de la Noche (Barfly, 1987): escrita por el inigualable Charles Bukowski. Aquí Mickey Rourke interpreta al alter ego del autor, Henry Chinasky, un escritor alcohólico que vive en la pobreza y se regodea en el submundo de los bares de mala muerte, casi como una elección de vida. Esta película de Barbet Schroeder, cómica y trágica a la vez, cuenta con una actuación extraordinaria de Rourke, muy bien acompañado por Faye Dunaway.