miércoles, 18 de marzo de 2009

Películas favoritas: El informante

Ya que hablábamos de lo nuevo de Michael Mann, me dieron ganas de recordar una gran película suya. Un verdadero ejemplo de cómo realizar un film de denuncia. Una de mis películas favoritas.
The Insider (1999) cuenta la historia real detrás del reportaje especial que el programa 60 Minutes realizó en 1995 sobre la industria tabacalera, en el cual Jeffrey Wigand (Crowe), un ex ejecutivo de esa industria, reveló, entre otras cosas, de qué manera a los cigarrillos se les agrega un componente adictivo que impulsa a sus consumidores a querer fumar cada vez más. El tema es que Wigand había firmado, en su momento, un acuerdo que le impedía revelar cualquier información sobre la industria tabacalera, por lo que la controversia fue enorme. El film muestra cómo esta poderosa industria intentó censurar la historia mediante el uso y el abuso de influencias y de grupos de presión. Y cómo la cadena CBS también tenía mucho en juego. En el centro del relato está el vínculo que se generó entre Wigand y Lowell Bergman (Al Pacino), el tenaz productor periodístico que luchó incansablemente para que este reportaje saliera al aire, sin censuras.

El mundo de Michael Mann está poblado por hombres que miden su valor a través de su trabajo. Su existencia está determinada por lo que hacen en su vida diaria. En la mente de Mann, el trabajo es lo primero. Ya sean los policías y ladrones de Heat, o el asesino de Collateral, o los policías de Miami Vice. Sus personalidades son inexplicables si no es desde su oficio. Y sus relaciones personales se ven afectadas totalmente por lo laboral. Además, a todos sus personajes los caracteriza su integridad. Aunque se trate de criminales, poseen una línea de conducta en lo que hacen. De Niro, en Heat, era un ladrón que no dudaba en abandonar a la mujer de su vida si debía escapar de la ley. En The Insider, Bergman es un tipo capaz de arriesgarlo todo en pos de la verdad. Lo mismo que Wigand, quien hace a un lado su estabilidad familiar y económica con tal de dejar su nombre y su honor bien altos.
Este film, para un crítico de cine, es como el Kilimanjaro. Inaccesible. Hablo de aquellos críticos a los que les encanta buscar el pelo en la leche. Y lo digo porque The Insider es como una fortaleza. No hay por dónde entrarle. No hay qué criticarle. Absolutamente todos sus aspectos son sólidos. Sus actuaciones notables. Su guión abarcativo y medido. Su narrativa irreprochable. Si bien el director se toma su tiempo en contar su historia (dura 157 minutos), lo hace a paso firme. Avanza lentamente, pero como una topadora. Y aunque presenta una catarata de hechos y datos, la película no decae en ningún momento. Mann maneja la historia con la precisión de un cirujano, atendiendo en detalle todos los aspectos de la trama.

La mano del director se nota también en las actuaciones. Al Pacino, enorme actor que en los últimos años fue ganado por la sobreactuación y el tedio, entrega aquí uno de los trabajos más creíbles y medidos de su carrera. Russell Crowe, por su parte, se mete realmente en la piel de su conflictuado personaje, logrando que olvidemos que se trata de alguien 20 años mayor que él (Crowe sólo tenía 33 años en aquel momento). Christopher Plummer (como el periodista Mike Wallace) también está notable. En fin, hasta los extras están bien en este film.
The Insider es cine hecho a conciencia y con rigor. Es de esas películas que sirven como matriz a seguir. Un auténtico film de denuncia (no como la estupidez de Erin Brockovich). Revelador, didáctico y potente. Un joya del cine adulto. La verdad, ser adulto está bueno en algunas ocasiones. Disfrutar de películas como ésta, es una de ellas.