Barton Fink (1991): una de las mejores de los hermanos Coen. John Turturro interpreta al personaje del título, un exitoso autor de teatro que es contratado por un estudio de Hollywood, en plena segunda guerra, para escribir películas de lucha libre. Y que entra en un mundo que se volverá cada vez más bizarro e incomprensible. Una sátira brillante, con excelentes actuaciones de un elenco de lujo (John Goodman, Judy Davis, Michael Lerner, Tony Shaloub).
Fin de Semana de Locos (Wonder Boys, 2000): Michael Douglas brinda una de sus mejores actuaciones como un escritor, alguna vez exitoso, devenido en profesor de la facultad y con serios problemas de bloqueo. Su editor (Robert Downey Jr.) lo presiona pacientemente para que termine su nueva novela, al tiempo que un joven alumno (Tobey Maguire) se filtra en su vida. Una comedia algo extraña pero muy disfrutable, con Frances McDormand y Katie Holmes. Dirigida por Curtis Hanson.
Entre Copas (Sideways, 2004): brillante película de Alexander Payne sobre un escritor fracasado (Paul Giamatti) que se embarca en un viaje por los viñedos de Estados Unidos junto a su mejor amigo (Thomas Haden Church), para festejar el fin de la soltería de este último. La actuación de Giamatti es de una sutileza tan grande que los burros de la Academia ni siquiera lo nominaron a un Oscar. Un filme superior, de lo mejor que salió de Hollywood en los últimos años.
Los Enredos de Harry (Deconstructing Harry, 1997): la última gran película que hizo Woody Allen gira en torno al escritor del título (Woody, obviamente), un tipo que no puede evitar mezclar permanentemente su arte con su vida personal. Un film lleno de esas típicas observaciones agudas que nos hicieron amar a este, el neoyorquino más famoso.
Mariposas de la Noche (Barfly, 1987): escrita por el inigualable Charles Bukowski. Aquí Mickey Rourke interpreta al alter ego del autor, Henry Chinasky, un escritor alcohólico que vive en la pobreza y se regodea en el submundo de los bares de mala muerte, casi como una elección de vida. Esta película de Barbet Schroeder, cómica y trágica a la vez, cuenta con una actuación extraordinaria de Rourke, muy bien acompañado por Faye Dunaway.


