miércoles, 8 de octubre de 2008

Hellboy II: el Ejército Dorado


Título original: Hellboy II: the Golden Army (USA/Alemania, 2008) / Dirección: Guillermo del Toro / Elenco: Ron Perlman, Selma Blair, Doug Jones, Jeffrey Tambor, Luke Goss, Anna Walton, John Hurt / Duración: 120 minutos

Pasaron cuatro años desde la primera entrega de Hellboy. Y si bien no es un período de tiempo muy importante, lo que ocurrió en el medio sí lo fue. Su director, Guillermo del Toro, pasó de ser visto como un buen director de ciencia ficción a ser considerado un respetado autor. Esto fue gracias a El laberinto del Fauno, film con el cual del Toro se ganó el elogio unánime de la crítica, además de un puñado de premios en todo el mundo. Entonado por todo esto, para la continuación de la historia basada en el comic de Mike Mignola, del Toro se pudo dar el lujo de dar rienda suelta a toda su imaginación, sin ataduras. Y tal vez no haya logrado una obra maestra del cine fantástico, pero sí una muy buena muestra del género que, posiblemente, sea mejor que su antecesora.

La historia comienza con un flashback en el que se muestra al profesor Broom (John Hurt) leyendo una fantasiosa historia a un Hellboy preadolescente. El relato en cuestión habla sobre la lucha entre los hombres y la imaginaria raza de los elfin. El rey de estos últimos, Balor, manda a crear un ejército de seres mecánicos invencibles para luchar contra los hombres. Pero luego de la cruenta lucha, y de miles de muertes, el rey, apesadumbrado, decide firmar la tregua con los humanos. Como muestra de confianza, Balor entrega a los hombres un tercio de la corona mágica mediante la cual se controla a este ejército, quedando las otras dos partes bajo sus dominios. Este acuerdo es aceptado por todos menos por el hijo del rey, el Príncipe Nuada, quien es entonces exiliado del reino para siempre... Pero esta supuesta fábula que el padre le leyó a Hellboy de pequeño demuestra ser bien real, ya que el príncipe Nuada reaparece en el mundo actual para recuperar los tres pedazos de corona y así despertar al Ejército Dorado, con el objetivo de acabar finalmente con la humanidad. Será tarea de Hellboy y sus compañeros detenerlo.

Lo primero que se observa en la película son ciertas diferencias con respecto a la primera. El personaje de Hellboy ha sufrido un cambio bastante notorio en cuanto a su tono. No, no hablo del color. Sigue siendo rojo... Pero hablo de su actitud. Mientras que en la primera entrega era un personaje más taciturno y melancólico (hecho acrecentado por la muerte de su padre), ahora aparece como más jovial e irresponsable. Casi como un adolescente. Esto afecta a toda la película, que en más de un tramo parece más una comedia costumbrista que un comic. Dentro de ese estilo se muestra la conflictiva relación entre Hellboy y Liz Sherman (Selma Blair), quienes conviven ya como pareja, pero cuyos fuertes temperamentos los llevan a tener permanentes roces, más allá del amor que sienten el uno por el otro. Este mix entre comedia y comic a veces no termina de cuajar del todo, y puede ser considerado como uno de los puntos débiles de la película.

El otro aspecto que puede ser visto con cierto recelo es el guión del film, el cual parece tomar elementos ya vistos en otros lugares. Por un lado, hay una clara influencia de El Señor de los Anillos. La historia de una corona divida en tres partes y cuya unión le permitirá a quien la tenga liderar a un ejército invencible para dominar al mundo tiene evidentes influencias de Tolkien. Pero también pueden encontrarse semejanzas con X-Men, especialmente cuando se muestra el choque entre los seres humanos y los seres fantásticos, haciendo hincapié en la intolerancia del hombre hacia lo distinto. Y hasta pueden encontrarse también contactos con Hombres de Negro, específicamente en la locura inicial vista en el Bureau de Investigaciones Paranormales, lleno de estrafalarios seres que generan toda clase de destrozos.

Pero por encima de todos los reparos que puedan hacerse prevalece la visión de del Toro, cuya creatividad e imaginación visual elevan a la película por encima de la media habitual. En las distintas criaturas fantásticas que aparecen en el film se nota la mano del hombre que estuvo detrás de El Fauno. No se trata sólo de una acumulación de seres extraños y situaciones bizarras, sino de una visión integral de un mundo mágico. En ese sentido, la película está atravesada por una indudable belleza. Y también por un gran romanticismo, no sólo en la historia de Hellboy y Liz, sino en la de Abe Sapien, esa mezcla de hombre y pez que encuentra en la Princesa Nuala la posibilidad de amar por primera vez en su vida. Con todos estos ingredientes, del Toro termina logrando que, cuando llega el momento del clímax, el desenlace tenga la fuerza necesaria.

Como dije al principio, no es una obra maestra. Pero teniendo en cuenta el nivel de muchas superproducciones de Hollywood y, especialmente, de las continuaciones, se trata de una película que vale la pena ver, no sólo por su aspecto visual sino también por su alma. Guillermo del Toro demuestra pertenecer a un selecto grupo (del que podemos nombrar a Tim Burton y Peter Jackson) que, más allá de cualquier efecto especial, sabe cómo hacernos vivir la magia del cine. Creo que no es poco.

Hellboy II se estrena en Argentina el 9 de octubre.


domingo, 5 de octubre de 2008

Momentos musicales (en filmes que no lo son)

Saben que no soy muy amante de los musicales. Y tampoco suelo disfrutar cuando en una película "normal" los personajes se ponen a cantar, como ocurría en La boda de mi mejor amigo (¡Puaj!). Sin embargo, hay películas en las cuales los momentos musicales sí funcionan. O al menos, funcionan para mí. Aquí les dejo tres ejemplos de mis momentos musicales preferidos (en filmes que no son musicales).

El reportero (Anchorman: the legend of Ron Burgundy, 2004)

En esta comedia increíble, Will Ferrell interpreta a Ron Burgundy, un arrogante reportero de los 70s. Cuando debe explicarle a su inepto grupo de compañeros qué es el amor, no se le ocurre mejor manera de hacerlo que entonando esta canción. Un gran momento dentro de una película llena de ellos.


Tiempos violentos (Pulp Fiction, 1994)

Esta escena es ya un clásico. Vincent Vega (John Travolta) debe sacar a pasear a Mía Wallace (Uma Thurman), la esposa de su jefe mafioso, y terminan participando en un concurso de baile en un restaurant. Sin decir una palabra, ambos se están seduciendo al ritmo del twist. Y de la manera más cool imaginable.



Perdidos en Tokyo (Lost in translation, 2003)

Bob Harris (Bill Murray) se vale del karaoke para dejarle en claro a Charlotte (Scarlett Johansson) sus sentimientos, en uno de los tantos sutiles momentos de este gran film.