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jueves, 28 de febrero de 2013

Magic Mike

Nada para ver, salvo pectorales y abdominales marcados 




Título original: Idem (USA, 2012) / Dirección: Steven Soderbergh / Elenco: Channing Tatum, Matthew McConaughey, Alex Pettyfer, Cody Horn / Duración: 110 minutos

A esta altura creo que es justo indicar que Steven Soderbergh ha sido un cineasta sobrevalorado por la crítica. Sorprendió en 1989 con un film pequeño llamado Sexo, mentiras y video que, si bien era muy interesante, basó un poco su éxito en su temática "polémica". Su cúspide como realizador tuvo lugar en al año 2000 cuando estrenó Erin Brokovich y Traffic. Ambas películas lograron reconocimiento de la crítica y cosecharon decenas de premios. Pero a la distancia hay que decir que se trata de dos filmes menores. La primera es una falsa película de denuncia, en la línea de la muy superior Una acción civil, que servía más que nada como un vehículo para que su estrella, Julia Roberts, ganase el Oscar que finalmente obtuvo. Traffic, por su parte, era una mosaico sobre el mundo de la droga que, si bien tenía aciertos a nivel de dirección, terminaba siendo una película moralista y discriminatoria. Luego Soderbergh conoció a George Clooney e inició una exitosa dupla, donde destaca la saga de Ocean's eleven, filmes entretenidos pero no mucho más. Ahora llega Magic Mike, película que desconcierta un poco dentro de la filmografía de Soderbergh, aunque sigue el bajo vuelo artístico de su obra previa.



Magic Mike adentra al espectador, no de manera muy exhaustiva, en el mundo del strip tease masculino. Se inicia cuando Adam, un joven de 19 años sin rumbo en la vida, conoce a Mike (Channing Tatum), un tipo que se dedica a colocar techos. Pronto, de casualidad, descubrirá que Mike tiene otra ocupación: es stripper en un club nocturno. Y, por esas cosas de los guiones, Mike introducirá al joven en el mundo del strip masculino. Así conocemos a Dallas, el dueño del club interpretado por Matthew McConaughey. Es un rol ideal para él, que le permite mostrar su personalidad y solvencia interpretativa y, más que nunca, su cuerpo torneado. También conocemos a la troupe de strippers, aunque estén casi de decorado. Todo gira en torno de Mike, Adam y Dallas.
La peli tiene un comienzo promisorio, a la Boogie Nights, que tiene el atractivo típico que se da cuando se introduce al espectador a un sub mundo desconocido y seductor. Pero el atractivo va bajando a medida que avanza la historia, que muestra cómo Mike busca abrirse de la actividad para dedicarse a un emprendimiento personal, al tiempo que el Kid se mete cada vez más en ese mundo, cayendo en un par de actividades que lo complican a él y a Mike. Simultáneamente, Mike conoce y siente atracción por Brooke, la sobreprotectora hermana mayor de Kid.



La historia, aparentemente, tiene algo de  fundamento en la propia vida de Tatum (ex stripper en la vida real), quien se muestra muy convincente no sólo como stripper sino en su interpretación.
En conclusión, un film que arranca bien pero termina siendo una propuesta menor y que, incluso, muestra cierta moralina, no nueva en Soderbergh.
Poco para ver, salvo por los muchachos en zunga.

5 DAMIANCITOS


Recomendaciones relacionadas:

Submundos sexuales: Boogie Nights (Paul Thomas Anderson, 1997), Midnight Cowboy (John Schlesinger, 1969), My Own Private Idaho (Gus Van Sant, 1991)

miércoles, 6 de febrero de 2013

Django sin cadenas

El niño Quentin nuevamente nos invita a jugar 



Título original: Django unchained (USA, 2012) / Dirección: Quentin Tarantino / Elenco: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel Jackson, Don Johnson, Dennis Christopher / Duración: 165 minutos

Django unchained está lejos de lo mejor de Tarantino. En lo personal la ubico un escalón por debajo de Bastardos sin gloria, su film anterior. Habiendo dicho esto, igualmente, debo aclarar que un Quentin a media máquina sigue estando por encima de la mayoría de los realizadores actuales. Es un cineasta que sigue jugando con los géneros y las convenciones del cine. Que sigue arriesgando y filmando lo que quiere. Y que ofrece esos momentos únicos que nos hacen recordar lo genial que puede ser el cine.
Que Tarantino es un fanático de los spaghetti westerns ya lo sabíamos. Su admiración por la obra de Sergio Leone y afines fue explicitada por él públicamente y luego fue plasmada en sus filmes, aplicando elementos de este sub género en Kill Bill y Bastardos sin gloria. Ahora, finalmente, Quentin se despachó con este pseudo homenaje a los spaghetti western (la conexión realmente sólo está dada por el nombre del film). En realidad lo que Quentin entrega es un western fiel a su estilo: libre en su interpretación de la historia, políticamente incorrecto, exageradamente sangriento, con grandes actuaciones, momentos brillantes y lleno de excesos y caprichos.

Tarantino utiliza una vez más al genial Christoph Waltz, dándole un rol más protagónico y querible que en Bastardos... El Dr. Schultz es un caza recompensas que en pos de capturar a los hermanos Brittle, unos forajidos buscados por la ley, se vale de Django, un esclavo que los conoce físicamente, para encontrarlos. A partir de allí se formara la típica pareja despareja, un cliché del cual Tarantino se vale pero que explota en formas originales. Django, por su lado, tiene su propia agenda: reencontrarse con su esposa, una esclava de la cual fue separado tiempo atrás. Hasta ahí, los motores iniciales de la historia. El resto no lo pienso contar.
El placer de las películas de Tarantino no está tanto en lo que cuenta sino en cómo lo hace. Una vez más, los diálogos son fundamentales (aunque no brillan tanto como en Bastardos). Y también las actuaciones. Además del gran Waltz se destaca Leonardo DiCaprio, con su detestable Calvin Candie, un terrateniente que compra esclavos para ganar dinero en las peleas de mandingos. Es una creación que vuelve a demostrar que DiCaprio es un actor cada vez más completo. En medio de estos poderosos personajes Foxx entrega un Django en un registro menor, tal vez demasiado por momentos. Aunque al tratarse de un esclavo oprimido desde su nacimiento el tono apocado tiene razón de ser. Por último, hay que destacar la presencia de Samuel Jackson en el tramo final del filme. Su Stephen, un esclavo racista que actúa como una especie de mayordomo y asesor personal de Candie, es el personaje más revulsivo y polémico de la película.
Los cameos y apariciones están a la orden del día (el propio QT se reserva un pequeño rol que sólo sirve como innecesaria distracción). Y es justo mencionar a Don Johnson como el pintoresco Big Daddy, un típico sureño adinerado que acumula esclavas como si fuera un harén.

En mi opinión el film flaquea en su parte final, extendiéndose más de la cuenta (dura 165 minutos) y perdiendo el pulso narrativo. Pero como dije, un Tarantino con fallas es mejor que la mayoría. Y nos sigue regalando momentos cinematográficos incomparables. Se trata de un director al que apelativos como transgresor, provocador y polémico no le caben como simples lugares comunes, sino como explicaciones cabales de su arte. A seguir disfrutándolo.

8 DAMIANCITOS


Recomendaciones relacionadas:

Spaghetti westerns: El bueno, al malo y el feo (Sergio Leone, 1966), Django (Sergio Corbucci, 1966)
Blaxploitation: Shaft (Gordon Parks, 1971), Super Fly (Gordon Parks Jr, 1972)

domingo, 2 de septiembre de 2012

Warrior



Título original: Warrior (USA, 2011) / Dirección: Gavin O´Connor / Elenco: Joel Edgerton, Tom Hardy, Nick Nolte, Jennifer Morrison, Kevin Dunn / Duración: 140 minutos

Más de uno podría argumentar, tal vez con razón, que Warrior es una película que no agrega nada nuevo en la historia del cine. Que es una sumatoria de elementos clásicos encontrados en cientos de relatos, deportivos o no: el enfrentamiento entre hermanos, el padre abandónico, la búsqueda de redención, el regreso del deportista por obligación económica, el uso del terreno deportivo como un campo de batalla donde se dirimen cuestiones personales y existenciales… En fin, prácticamente todo lo que ofrece este film se ha visto en otros lados. Pero está relatado y actuado con tanta convicción que nos olvidamos que esto ya lo vimos. Y disfrutamos más de dos horas (que se pasan rápido) de una muy buena película de dramática-deportiva.
El cuento es simple. Brendan (Joel Edgerton) es un maestro de secundaria, padre de familia, que está endeudado hasta el cuello. A punto de perder su casa por una hipoteca (una epidemia norteamericana de estos tiempos) decide meterse en el circuito de las artes marciales combinadas, deporte en el cual se destacó años atrás. Al mismo tiempo su padre Paddy (el gran Nick Nolte), a quien Brendan dejó de ver hace años, recibe la inesperada visita de su otro hijo, Tommy (Tom Hardy), que reaparece también después de años sin ver a su padre. El tema es que Paddy era un alcohólico violento, hoy en proceso de recuperación, que abandonó a Tommy y a su madre años atrás. Tommy, también un ex luchador, llega entonces con mucha rabia contenida, tanto hacia su padre como hacia su hermano. Y él también decide anotarse en la competencia, pidiendo a su padre (su ex entrenador) que le sirva de coach, a pesar del resentimiento que tiene hacia él. Lo que sigue, creo que no es necesario explicarlo.
Las actuaciones son claves para que la película nos interese. Joel Edgerton es un actor australiano a quien habíamos visto en Animal Kingdome. Tiene una mezcla de físico muscular con cara de inocencia que da justo en el papel de tipo de familia bien intencionado. Y Tom Hardy también está perfecto en su rol de tipo pendenciero, cargado de furia y rencor. Hardy es una aparición importante en el cine. Un actor versátil, con carisma y presencia física. Sin dudas será un nombre cada vez más conocido. Y Nolte, nominado al Oscar por este rol, transmite todo el dolor y la sabiduría que su lastimoso papel requiere.
La película transita un tono dramático importante. Las cosas en juego tienen espesura dramática. Y a medida que avanza el relato se va moviendo paulatinamente más hacia el terreno deportivo, llegando a un climax lógico, casi obligado. Pero como dije, nada aquí es novedoso ni sorpresivo. Es un relato sólido, entretenido y muy bien actuado. Muy recomendable.

8 DAMIANCITOS

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Red Social



Título original: Social Network (USA, 2010) / Dirección: David Fincher / Elenco: Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake, Rooney Mara, Armie Hammer, Rashida Jones / Duración: 121 minutos

David Fincher lo hizo de nuevo. Al igual que con Fight Club una década atrás, logra nuevamente con Social Network un film que retrata fielmente a la sociedad de su momento. Un film que dentro de muchos años será de visión indispensable para quienes estudien la época que estamos atravesando. Mientras aquella oscura película cargaba sus tintas sobre la sociedad consumista norteamericana de los 90, ésta aborda la revolución tecnológica y social que está teniendo lugar a nivel mundial, y de la que aun desconocemos sus alcances definitivos.
La peli muestra cómo se inició el fenómeno Facebook. Cómo su creador, Mark Zuckerberg, empezó el proyecto casi como una broma universitaria (y por despecho). Y cómo de a poco eso que fue una travesura se fue convirtiendo en uno de los fenómenos sociales y económicos más destacados de la última década.

La dirección de Fincher es brillante, logrando un ritmo vertiginoso y una línea narrativa clara y comprensible, más teniendo en cuenta la complejidad de muchos de los elementos en juego. La peli se desarrolla a partir de los litigios que tienen lugar contra Zuckerberg, ya multimillonario, por parte de Eduardo Saverin, su ex mejor amigo y socio inicial (excelente Andrew Garfield); y por parte de los gemelos Wynklevoss, quienes acusaban a Zuckerberg de haber robado una idea original de ellos. A partir de allí, la peli va y viene en el tiempo. Pero lo hace con una fluidez extraordinaria, jamás confundiendo ni aturdiendo al espectador. El guión, a cargo de Aaron Sorkin, es uno de esos trabajos que parecen reunirlo todo (claridad en su premisa, personajes interesantes, diálogos brillantes, observaciones profundas, ironía).
Las actuaciones son de una excelencia uniforme. Si bien lo de Jesse Eisenberg no dista mucho del joven introvertido, errático e inteligente que ha interpretado en el pasado (The Squid and the whale, Adventureland, Zombieland) en este caso encontró el papel de su vida: cada gesto y mirada retraída transmiten a la perfección la naturaleza de un personaje al cual es muy difícil querer. Porque además de ensimismado, el muchacho es arrogante. Y se esfuerza demasiado por demostrarlo. Sorprende también Justin Timberlake, muy efectivo en el papel de Sean Parker, el carismático creador de Napster que encandiló a Zuckerberg y se sumó a sus huestes. En realidad, no hay ninguna actuación en este elenco de mayormente desconocidos que no sea digna de mención.

Lo más destacable del film, de todas formas, es que va mucho más allá de la anécdota en sí. La historia, por más que de antemano le pueda parecer lejana y poco interesante a muchos, es de lo más universal y accesible. Nos habla de la necesidad que tenemos de comunicarnos. De la forma que sea. De la necesidad de afecto. De como el hombre más rico del mundo puede ser también el más solitario (sin importar cuantos "amigos" tenga en Internet). Y de que, en definitiva, casi todo lo que hacemos en nuestra vida es para llamar la atención de los demás. La escena final de este brillante film da testimonio de esto.

9 DAMIANCITOS

domingo, 3 de octubre de 2010

Los indestructibles


Título original: The expendables (USA, 2010) / Dirección: Sylvester Stallone / Elenco: Sylvester Stallone, Jason Statham, Jet Li, Mickey Rourke, Eric Roberts, Dolph Lundgren / Duración: 103 minutos

Como gancho, en especial para aquellos que tenemos más de 30 años, la propuesta tenía un innegable valor emotivo. Más allá de lo que uno piense sobre las cualidades de Stallone como actor y realizador, el anunciado regreso de Sly a la acción que tantos réditos le había dado en los años 80 nos generaba cierta cosquilla. Sin dudas, la buena recepción (tanto de crítica como de público) que sus nuevas entregas de Rocky y Rambo obtuvieron, le dieron el empuje para encarar esta propuesta. Pero Sylvester no supo aprovechar la oportunidad, y tiró la pelota afuera.

The Expendables muestra el accionar de un grupo de mercenarios norteamericanos (todos ex militares) que se dedica a misiones imposibles para cualquier mortal, salvo para ellos. Un día, les asignan una misión en una típica republiqueta centroamericana. Allí conocen a una mujer cuya fuerza de voluntad y valentía llevan al líder del grupo (Stallone) a meterse de lleno contra quienes ostentan el poder en el lugar (entre ellos, un muy malísimo norteamericano interpretado por Eric Roberts).
La peli es, como era de esperarse, un compendio de lugares comunes. Pero Stallone no logró imprimirle el tono irónico necesario para que funcione. Simplemente armó un film con un guion muy básico, y un par de escenas de acción poco memorables. Así, la peli queda a mitad de camino entre el homenaje, la acción y la "buddy movie". Creo que el peor pecado de la peli es no ser divertida. Salvo un par de guiños (los cameos de Schwarzenegger y Bruce Willis; la relación entre Stallone y Jason Statham; algún chiste sobre Jet Li), el film no ofrece mucho humor. Y las escenas de acción, como dije, no aportan mucho.

Con un desarrollo de los personajes muy superficial, todo queda en la pose de súper macho. Aunque tampoco se podía esperar mucho desarrollo de este elenco (a menos que alguien esperase algo de Dolph Lundgren). El único actor de real relieve, Mickey Rourke, también cae preso de la superficialidad, aunque al menos Stallone le entregó el único monólogo de la película.
En fin, una oportunidad desperdiciada. Para segundas vueltas de héroes de acción de los 80, recomiendo mirar JCVD, la muy inteligente propuesta con la que Van Damme sorprendió el año pasado. The expendables la recomiendo sólo para un domingo de lluvia, y sin fútbol.

4 DAMIANCITOS

martes, 27 de julio de 2010

El origen


Título original: Inception (USA, 2010) / Dirección: Christopher Nolan / Elenco: Leonardo DiCaprio, Joseph Gordon-Levitt, Ellen Page, Ken Watanabe, Tom Hardy, Cillian Murphy, Tom Berenger, Marion Cotillard, Michael Caine, Lukas Haas, Pete Postlethwaite/ Duración: 148 minutos

Con Inception el realizador inglés Christopher Nolan se gana un lugar entre los grandes directores de la última década. Con una filmografía más que sólida que había arrancado con Memento y llegaba hasta la excelente The Dark Knight, Nolan consigue ahora con esta película su obra más personal y original, una que sin dudas marca un punto alto no sólo dentro de la ciencia ficción sino dentro del cine en general.
DiCaprio es Cobb, un especialista en penetrar en los sueños de las personas y extraerles ideas y conocimientos. En realidad, esto lo realiza mediante un artilugio tecnológico que le permite a cualquiera ingresar en la mente humana, sólo que Cobb es el mejor en lo suyo. Un día, es contratado por el empresario Saito (el excelente Ken Watanabe) para hacer lo contrario a lo que habitualmente hace: debe ingresar en los sueños de una persona, pero para insertarle una idea nueva. Se trata de Robert Fischer Jr. (Cillian Murphy) un joven empresario que está por heredar la compañía de su padre, a la cual Saíto quiere ver arruinada. Lo que sigue, es la forma en la que Cobb y su equipo de colaboradores arman y ejecutan el plan para realizar el trabajo.

Inception es una gran película. Una que bucea en territorios nuevos aunque en gran parte esté planteada como una clásica película de robos (nada más que en lugar de una bóbeda aquí se acceda a la mente humana). Como toda película de ciencia ficción requiere de una condición esencial: que nos creamos todo lo que nos cuentan. Desde al vamos es una historia fantasiosa, pero si "compramos" la premisa, es todo ganancia para nosotros. Nolan (también autor del guión) nos entrega una historia que, dentro de su propia lógica, cierra por todos lados. Otra condición que debemos cumplir como espectadores es prestar debida atención a todo lo que se nos cuenta, para entender los mecanismos que impulsan la trama. Si hay que buscar un punto de comparación con otra película lo primero que aparece en mente es Matrix, con su manejo de realidades paralelas. Pero Nolan lleva su film dos, tres o cuatro pasos más allá. Sus protagonistas navegan en sueños, dentro de sueños, dentro de sueños. Cuando llega el climax del film, la forma en la que Nolan orquesta los distintos niveles de realidad (o fantasía) es una maravilla. Un prodigio de la narrativa fílmica.

Con un Di Caprio que está cada vez más solvente como interprete (aquí su personaje es un fugitivo que vive un drama personal/psicológico que complica bastante su labor profesional) y un elenco sobresaliente, Nolan logra que en medio de tanta imaginación y tecnología haya lugar también para la emoción, con una historia que aborda conceptos como la pérdida, la reconciliación y la redención. Y se consagra dentro de esa reducida elite de realizadores (Kubrick, Spielberg, Cameron) que consiguen insertar ideas originales y conceptos de carácter bien personal dentro de una súperproducción. En un mundo lleno de remakes, secuelas y cine prefabricado, esto es algo que hay que festejar y disfrutar. Una película destinada a ser un clásico.

El origen se estrena en Argentina el 29 de julio de 2010.


lunes, 19 de julio de 2010

Carancho



Título original: Carancho (Argentina, 2010) / Dirección: Pablo Trapero/ Elenco: Ricardo Darín, Martina Gusmán, Carlos Weber, José Luis Arias, Gabriel Almirón / Duración: 107 minutos

Sosa es un abogado de accidentes de tránsito; Luján es una médica que por las noches recorre la ciudad en ambulancia asistiendo a víctimas de accidentes. En medio de un ambiente sombrío, lleno de desesperanza y corrupción, inician una relación difícil y con destino incierto. Las “relaciones peligrosas” que Sosa ha sabido conseguir pondrán en riesgo no sólo su romance, sino la vida de ambos.
Es saludable contar en Argentina con realizadores como Pablo Trapero, un tipo que a esta altura posee sobre sus espaldas un cuerpo de trabajo que lo ubica entre los directores más destacados y confiables de nuestro medio. Desde aquella Mundo Grúa (1999) hasta la actualidad, Trapero ha demostrado un crecimiento y una evolución permanentes, escapándose de esa generación de cineastas argentinos que basaban su propuesta en la sencillez pero que demostraban muchas veces no tener mucho para contar.

Trapero logra con Carancho un film con gran nervio, valiéndose para esto de una permanente cámara en mano. Y si bien la estética termina siendo muy natural, lo cierto es que se nota un trabajo muy importante de puesta en escena. Hay largas tomas sin cortes de edición que, evidentemente, son el producto de una detallada planificación. Más allá de las diferencias entre los dos filmes, un par de tomas continuas me hicieron acordar a Niños del Hombre, tanto por el uso de la cámara en mano como por el realismo que transmiten.
Darín aporta su habitual solvencia, en un papel ya característico en su carrera: el de un tipo esencialmente bueno pero al que la vida y el entorno lo han ido llevando hacia el lado oscuro. Martina Gusmán también cumple una buena labor, aunque su estilo de actuación (acorde al del director, quien es a la vez su esposo) tiene un perfil más bajo que el de Darín, por lo que a veces su figura empalidece al lado de la de él.

A nivel “revelatorio” la peli no aporta mucho, ya que el submundo de las ambulancias, los accidentes y la noche han sido bastante cubiertos por variados programas de televisión en los últimos años (E24, Policías en acción, etc). Pero sí utiliza de manera eficaz ese universo al servicio de la historia de sus protagonistas.
Una película muy recomendable. Eso sí, oscura y deprimente. Pero muy bien hecha, que es lo que en definitiva importa.

lunes, 7 de junio de 2010

Criatura de la noche


Título original: Lat den rätte komma in (Suecia, 2009) / Dirección: Tomas Alfredson / Elenco: Kare Hedebrant, Lina Leandersson / Duración: 115 minutos

Hay películas a las que es injusto etiquetar o incluir dentro de un género. La sueca Let the right one in (título en inglés con el que se comercializó mundialmente) es un claro ejemplo. Porque si habláramos de ella simplemente como "una de vampiros" no sólo estaríamos dando un indicador muy vago sobre la trama, sino que estaríamos dejando de lado sus aspectos más importantes.
Oskar es un chico de 12 años, solitario y retraído, blanco favorito del grupo de compañeros pendencieros del colegio. Hijo de padres separados, vive con su madre en un frío complejo de edificios. Un día (o una noche, mejor dicho) llega a su barrio Elin, una enigmática chica de la cual paulatinamente se va haciendo amigo. La niña en cuestión resulta ser un vampiro, pero su existencia no es muy diferente de la de Oskar. Ambos son seres que se sienten extraños en medio del mundo que les toca vivir. Y que sufren por ello. Así, irán formando un inusual vínculo, dándose fuerzas mutuamente para salir adelante.

Como dije, sería engañoso enmarcar a este film dentro del subgénero de vampiros. Incluso sería erróneo considerarlo dentro del género de terror. Su tema central es la soledad, y la posibilidad de encontrar a alguien que nos haga sentir queridos. Que nos haga sentir "humanos", paradójicamente. No importa que sean chicos de 12 años, y que uno sea un vampiro. Eso es casi secundario. De hecho, y si bien la película tiene unos climas formidables, es difícil que el espectador sienta miedo en algún momento. Lo que predomina en la cinta es un sentimiento de melancolía y soledad.
El ritmo del film es moroso. Así que aquellos que busquen algo en la línea de Crepúsculo, se van a aburrir de lo lindo. Creo que su estreno local intentó un poco subirse a la estela de Nueva Luna, aunque dada la sideral diferencia entre ambas propuestas cinematográficas, se trató de una estrategia con un basamento meramente comercial. Este film está a años luz de esos adolescentes de póster. Es una historia de personajes oscuros, sin carisma ni atractivos físicos. Pero con alma... Por suerte, hay películas para las que la palabra marketing no entra en la ecuación.

domingo, 9 de mayo de 2010

Tarde pero seguro: La escafandra y la mariposa

Esta película francesa del 2007 nunca había tenido oportunidad de verla, y gracias a la tv por cable pude finalmente hacerlo recientemente. Es la historia real de Jean-Dominique Bauby, joven editor de la revista Elle que sufrió un accidente cerebro vascular y que salió del coma con la capacidad física de tan sólo pestañear su ojo izquierdo. Preso en un cuerpo inmóvil, pero con las facultades mentales a pleno, logró escribir un libro transmitiendo sus palabras mediante el simple parpadeo de su ojo.
Lo que a priori parecería ser el tipo de película melodramática de la cual suelo escapar es una verdadera joya que, gracias a la brillante dirección de Julian Schnabel, trasciende el mero drama sobre un enfermo para convertirse en una obra superior. El film es un triunfo artístico al lograr transmitir la imaginación, el sentido del humor y la inteligencia de su protagonista, sin caer nunca en el golpe bajo o el efectismo. Basada en el libro escrito por Bauby, desmuestra que la imaginación logra trascender cualquier estado físico.

Mathieu Amalric está excelente en un papel casi imposible (demostrar emociones a través de un ojo). Y está rodeado de un elenco mayormente de mujeres, todas ellas muy bonitas y talentosas. También perfecto es lo de Max Von Sydow, como el padre de Bauby.
En definitiva, un film único que deja una sensación de alegría más que de tristeza. La alegría que genera el talento. En este caso, el del personaje protagónico y el de los responsables de realizar un film como este. Les recomiendo calurosamente que lo vean.

jueves, 15 de abril de 2010

El mejor papá del mundo


Título original: World's greatest dad (USA, 2009) / Dirección: Bobcat Goldthwait / Elenco: Robin Williams, Daryl Sabara, Alexie Gilmore / Duración: 99 minutos
Voy a hacer algo que creí que nunca haría: recomendar una película con Robin Williams. Así es, este actor a quien he aprendido a detestar gracias a sus cada vez peores filmes y a su tendencia al melodramatismo aparece aquí en una historia oscura y cómica, que ni su presencia puede arruinar.
El film comienza como una comedia dramática bastante negra. Williams hace de Lance, un profesor de poesía de colegio secundario que sueña con ser un escritor famoso (ya le rechazaron varios libros) y que tiene un hijo, Kyle, que es realmente insoportable. Adolescente, mal estudiante y vulgar, no tiene ninguna cualidad rescatable. Esto no sólo hace la vida hogareña de Lance muy difícil (es padre soltero) sino que le trae problemas laborales, ya que el chico concurre al colegio en el que su padre enseña. Un día, luego de un bizarro suceso "erótico" en el que se ve envuelto Kyle, Lance ve la posibilidad de lograr la fama y el éxito con los que tanto soñó, si bien para lograrlo toma una decisión bastante cuestionable.

El director y autor de esta película es el comediante Bobcat Goldthwait. Quienes tengan más de 30 años, pueden recordarlo de la serie de Locademia de Policías y de alguna que otra comedia pedorra de los '80. Era un gordito medio pelado que hablaba como chillando... Pero poco queda de su pobre pasado actoral. En los últimos años el tipo se destapó como un autor/director bastante interesante, reinventándose desde el cine independiente. La primera hora del filme es muy buena, manteniendo un tono de comedia negra inusualmente compacto. El personaje de Kyle (interpretado por el desconocido Daryl Sabara) es realmente increíble. Es uno de los adolescentes más detestables e irredimibles que recuerde. Luego la historia va hacia el lado de la sátira, aplicando una mirada crítica sobre la fama y sus mecanismos. En este sentido la peli no es tan efectiva, aunque sí logra algunos momentos y observaciones profundas. Y se puede decir que esta es la actuación más tolerable de Williams en un buen tiempo. En registro dramático y contenido, está muy bien en la piel de este personaje mediocre y solitario. Pero el personaje que más quedará en mi memoria es el de Kyle, sin lugar a dudas.
La verdad que, si bien imperfecto en algunos sentidos, el enfoque de Goldthwait es original y atractivo. Y lo muestra como un director para tener en cuenta por su capacidad para manejar la comedia negra, un subgénero muy difícil de abordar.

jueves, 1 de abril de 2010

El cuarto tipo


Título original: The fourth kind (USA/UK, 2009) / Dirección: Olatunde Osunsanmi / Elenco: Milla Jovovich, Will Patton, Elias Koteas / Duración: 98 minutos
The fourth kind aborda la temática de las abducciones extraterrestres. Y si bien lo hace desde un costado interesante, que bucea en el drama vivido por aquellos que sufren estas supuestas experiencias, el estilo y la forma elegidos para contarlo no lograron en mí ningún impacto, y toda la experiencia me resultó más aburrida que aterradora.
La peli cuenta lo sucedido a la dra. Tyler, una psicóloga investigadora que acaba de sufrir la muerte de su esposo (también investigador) y que descubre de a poco que algo extraño está sucediento con algunos habitantes de Nome, pequeño poblado de Alaska. Extrañas visiones nocturnas compartidas por varios pacientes le irán dando la pauta de que el tema va más allá de la mera psiquis, y también irá entendiendo que lo sucedido la involucra mucho más de lo que creía. O de lo que querría.

El cuarto tipo es un film ¿de terror, de ciencia ficción, dramático, de investigación? Es una mezcla, en realidad... Es un film que se vale de ese recurso tan habitual hoy en día de usar supuestas filmaciones reales para dar veracidad a lo sucedido. La diferencia en este caso con películas como Blairwitch, Rec o Actividad paranormal es que ésta se presenta como una investigación que combina dramatizaciones sobre los sucesos (con Milla Jovovich como la protagonista) con supuestas entrevistas, filmaciones y audios reales. Por ejemplo, en varios momentos la pantalla está dividida y vemos, simultáneamente, la escena actuada y las filmaciones en video (supuestamente reales) tomadas por la investigadora. En mi caso, este estilo no funcionó. De hecho, me recordó a esos programas que dan canales como Infinito y Discovery. Sólo que durando más de una hora y media. Y el suspenso que me generó fue mínimo. Cualquier capítulo de los Expedientes X lo supera ampliamente en ese sentido.

Creo que el gran problema es que para que el film funcione uno debe "comprar" desde un principio lo que se le cuenta, lo que se le muestra. Y yo no compré. No pude. Me hubiera encantado hacerlo, ya que lo habría disfrutado. Aclaro que creo en la existencia de Ovnis y vida extraterrestre (no soy un fanático del tema, pero mantengo la mente abierta). Pero no logré creerme en ningún momento que lo mostrado como material real, en efecto lo era. Y eso me cagó toda la experiencia. Aunque hay un par de lindos sobresaltos.
Así que ya saben. El disfrute que uno logre de este film será muy personal (bah, como ocurre siempre), por lo que espero haber dejado claro cómo viene la mano. Si les interesa el tema, y se proponen "comprar" lo mostrado aquí, posiblemente pasen un buen rato. Caso contrario, les pasará algo muy parecido a lo que me ocurrió a mí.

El cuarto tipo se estrena en argentina el 1 de abril.

martes, 16 de marzo de 2010

Reseña doble: Loco corazón / Un sueño posible

Hace rato que no hago una reseña doble, pero creo que está bien hacerlo ahora, principalmente porque voy a hablar de las películas protagonizadas por los ganadores del Oscar a actuación principal. Además, creo que a ambas las une una característica: son historias que se desarrollan en ámbitos muy norteamericanos, pero que en realidad tratan temáticas universales. Así que aquí va:

Loco Corazón


Título original: Crazy heart (USA, 2009) / Dirección: Scott Cooper / Elenco: Jeff Bridges, Maggie Gyllenhaal, Colin Farrell, Robert Duvall / Duración: 112 minutos

Muchos han señalado, en ese afán por querer siempre comparar, que esta película era El luchador de este año. Y lo cierto es que la comparación no es del todo caprichosa. Como en aquel film de Darren Aronofsky, aquí tenemos un personaje en decadencia que alguna vez fue el mejor en lo suyo, pero que ahora sólo es apreciado por sus pocos y leales fans. Y, como en ese film, la cinta no tendría razón de ser si no fuera por su actuación central. Así como en El luchador Mickey Rourke cargaba sobre sus espaldas el peso de la película, entregando una actuación que lo puso nuevamanente en los primeros planos, aquí Jeff Bridges es quien se carga la película. Aunque en su caso, a diferencia de Rourke, lo suyo es una continuidad en lo que ha sido una carrera casi intachable.
Bad Blake es una leyenda de la música country que, ya lejos de sus mejores años, recorre las rutas de USA para tocar en pequeños bares de pueblos perdidos. Para hacer que su existencia sea más llevadera, se entrega a la bebida las 24 horas del día, por lo que sus actuaciones a veces terminan antes de lo previsto. Además, tiene que aguantar ver cómo Tommy Sweet, un joven al cual él le abrió el camino de la música country, es hoy la máxima estrella del género. En uno de sus viajes, en la ciudad de Santa Fé, Bad conoce a una joven reportera (Maggie Gyllenhaal), madre soltera, con la que empezará una relación. Pero la adicción de Bad a la bebida será un obstáculo difícil de superar para ambos.

Lo primero que hay que decir de este film es que no tiene muchas cosas originales para contar. Creo que cualquiera que haya leído las líneas previas notará que es una historia que les suena familiar. Pero lo mejor que tiene la película es, justamente, todo lo que no es: melodramática, efectista, exagerada. Esto sin dudas es en gran parte gracias a Bridges, quien tiene una forma de actuar tan natural que jamás da la impresión de estar, justamente, actuando. Con un look que hace acordar mucho a Kris Kristofferson, Bridges entrega una imagen completa de este músico acabado. Lo que vemos en pantalla no es un personaje, sino una persona. Si Bridges merecía o no el Oscar por este trabajo es un tema debatible (como con todos los premios). Si vamos al caso, este actor ha entregado actuaciones de similar calidad a ésta varias veces. Pero digamos que el hecho de que Jeff Bridges finalmente tenga un Oscar en su repisa no es para nada injusto.

La película se puede ver, aunque como dije no presentará ninguna sorpresa, y es muy posible que más de uno se aburra con la historia. Dependerá de su estado de ánimo y de la conexión que sienta con este solitario personaje que ha alejado sistemáticamente a sus seres queridos. Aquellos que aprecien también el valor de un actor con todas las letras, tendrán mucho para disfrutar. Y si les gusta la música country (cosa extraña en nuestro país), la banda de sonido es muy buena. Y Bridges canta realmente bien, por si le faltaba algo.







Un sueño posible


Título original: The blind side (USA, 2009) / Dirección: John Lee Hancock / Elenco: Sandra Bullock, Quentin Aaron, Tim McGraw, Kathy Bates / Duración: 129 minutos

Es oportuno hablar de esta película justo después de Crazy heart, porque la comparación es más que pertinente. Mientras que aquella se destaca por su naturalidad y realismo, ésta lo hace por su historia forzada, edulcorada y poco creíble. Algo realmente irónico, pensando en que está basada en una historia real.
The blind side cuenta la historia de Michael Oher, un joven negro de orígenes muy humildes que llega a un colegio privado gracias a sus capacidades deportivas. Con un físico de grandes proporciones, Michael es un chico extremadamente introvertido, con aparentes pocas luces, al que todos miran como un bicho raro. Pero todo cambia cuando Leigh Anne Tuohy, una mujer de clase acomodada y madre de dos alumnos del mismo colegio, al darse cuenta que Big Mike (tal como todos le dicen) no tiene dónde dormir, lo invita a quedarse en su casa. Lo que sigue, es la historia de cómo esta mujer tomó a este joven bajo su tutela, integrándolo a su familia y ayudándolo a progresar en su carrera deportiva.

Tengo que decir que en ningún momento la historia logró atraparme. Me pareció que su desarrollo es lento y sus personajes poco interesantes. La forma en que esta mujer adoptó a este chico, y la manera en que su familia lo aceptó, me pareció muy artificial. Que todo esto esté basado en una historia real no significa que el film sea necesariamente realista... Como dije, todo me sonó muy calculado, muy prefabricado. Ahora vamos a lo más publicitado de esta película, que es la actuación de Sandra Bullock. Es cierto que como Leigh Anne, la testadura y llamativa sureña de clase alta, Bullock logra un buen trabajo que sale de su registro habitual. Pero no es más que eso: un change of pace, como dicen los yanquis. O sea, es una performance interesante y distinta para alguien como Sandra Bullock, pero no me pareció digna de un Oscar, realmente. No puedo dejar de emparentar este premio con el otorgado a Julia Roberts por Erin Brokovich, otra actuación que fue exageradamente laureada. En el caso de Blind side también ocurre que el elenco que rodea a Bullock tiene el carisma de una babosa, lo cual la hace destacarse más. Comenzando por el novato Quinton Aaron como Michael (ok, el personaje es así, pero eso no quita que no sea un embole mirarlo), y pasando por el cantante country Tim McGraw en el papel del acaudalado esposo de Leigh Anne.

En fin. La verdad que no tengo mucho más que decir de esta película que, queda claro, me gusto muy poco. Está todo bien con las historia de vida y superación personal, pero cuando los hilos se ven mucho, se pierde un poco la gracia.

Un sueño posible se estrena en Argentina el 18 de marzo

miércoles, 24 de febrero de 2010

Un maldito policía en Nueva Orleans


Título original: The bad lieutenant: Port of call - New Orleans (USA, 2009) / Dirección: Werner Herzog / Elenco: Nicolas Cage, Eva Mendes, Val Kilmer, Fairuza Balk, Xzibit, Brad Dourif, Jennifer Coolidge, Michael Shannon / Duración: 122 minutos

"Qué difícil se me hace", decía Alejandro Lerner. Y a mí también se me hace difícil, pero no cargar el equipaje, sino aguantar a Nicolas Cage. Actor propenso a la exageración y a actuar en películas pedorras, pero que posee una indudable intensidad y, si es bien dirigido, la capacidad de crear personajes distintos. Y este es el caso de Bad Lieutenant: port of call - New Orleans, film en el que la típica pose exacerbada de Cage tiene una legítima razón de ser.
Terence McDonagh es un policía de New Orleans que vive al límite. Si bien su carrera policíaca va en ascenso, su vida personal es bastante tumultuosa. Adicto a la cocaína (o a cualquier droga que caiga en sus manos), apostador empedernido, con una lesión en la espalda que le causa dolor crónico, de "novio" con una prostituta con clientes poderosos, hijo de un padre alcóholico, y varios etcéteras más... Un día McDonagh recibe el caso de una familia de inmigrantes senegaleses masacrados en su hogar, lo que lo llevará a investigar a un narco local que sería el supuesto asesino. Pero lo cierto es que la investigación en sí no es lo más importante del film, sino todo lo que pasa alrededor de la vida de este policía.

Para quienes crean que esta es una especie de remake o continuación del Bad lieutenant de Abel Ferrara con Harvey Keitel, les aclaro que no. El único punto en común entre ambos filmes (además del título) es que su protagonista es un policía adicto y corrupto. Pero mientras que aquella era una película dramática y oscura, cargada de culpa, esta es más bizarra, con un rebuscado sentido del humor y carente del pesado intento de redención por parte de su personaje central. Que tengan el mismo título se debe a que ambos filmes son de los mismos productores, y quisieron sacar provecho de esto. Pero es una lástima, en mi opinión, ya que le quita cierta entidad a este film que tiene sus méritos por derecho propio.
La historia comienza en la New Orleans post Katrina. Una ciudad arrasada, casi en ruinas. Y aunque la película no hace tanto hincapié en la situación de la ciudad, sí utiliza este deprimente escenario como fondo de su relato. McDonagh, al igual que la ciudad, está bastante deshecho. Tolerando una lesión de espalda que le obliga a tomar calmantes de por vida, y que le hace caminar ligeramente torcido, se comprometerá primero de manera casi personal con la investigación, hasta que las caóticas circunstancias de su vida privada vayan desviando su camino cada vez más.

Debo aclarar que Bad lieutenant es una película bastante extraña, con un estilo muy personal. Su director es Werner Herzog, casi mítico realizador alemán reconocido, entre otras cosas, por sus filmes con Klaus Kinski, actor que estaba mucho más chiflado que Cage. La peli, que podría definirse como un drama policial, por momentos se convierte en una comedia muy oscura, y que requiere de un sentido del humor particular para ser disfrutada. Especialmente cómicas son las formas en las que Cage trata de hacerse de toda la droga que pase ante sus ojos. O sea, si bien la historia es deprimente y sórdida, la película nunca nos hace sentir tristes con lo visto. Pero no se vale para esto de un humor cool a lo Tarantino. En ese sentido es más bizarra. Y de hecho tiene un par de escenas que simplemente se pueden calificar de "extrañas", como las tomas de las iguanas...
Creo que el disfrute de la película va a pasar mucho por la tolerancia que se tenga de Cage, quien aparece prácticamente todo el tiempo. Como dije, es un actor que soporto poco, pero en este caso su estilo de actuación concuerda con el tono del film. Y si bien hay momentos donde se va un poco de mambo, su actuación es intensa y, como señalé, divertida. Pero ojo, hay que bancárselo... También es bueno el aporte de Eva Mendes como su novia, además del colorido reparto.

Bad lieutenant es un film inusual, por momentos desconcertante, pero siempre interesante. Y que sirve para recordar que Nicolas Cage, bajo las circunstancias correctas, puede rendir mucho. Ya lo había demostrado en Leaving Las Vegas (1995) y Adaptation (2002). ¿Será sólo cada siete años que el tipo hace cosas interesantes? Bueno, veremos qué hace en el 2016. Entretanto, seguramente hará 4 ó 5 pelis con Michael Bay. Él, como el personaje, también tiene que pagar varias deudas, parece.

Un maldito policía en New Orleans se estrena en Argentina el jueves 4 de marz0.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Al filo de la oscuridad


Título original: Edge of darkness (USA/UK, 2010) / Dirección: Martin Campbell / Elenco: Mel Gibson, Ray Winstone, Danny Huston, Bojana Novakovic / Duración: 117 minutos

Parece mentira, pero hacía ocho años que Mel Gibson no protagonizaba un film (Señales, 2002). Desde entonces, dirigió dos películas y se vio envuelto en algunos escándalos que modificaron la percepción que parte del público tenía de él. Dejó de ser una de las estrellas más queridas mundialmente para convertirse en un director de cine polémico pero valioso, cuyos problemas personales y desafortunadas expresiones ideológicas empañaron su trabajo artístico. Pero dicen que el tiempo cura las heridas, y Mel decidió que era el momento de volver a la pantalla. Si de hecho lo era, no lo sé. De lo que sí estoy bastante seguro es de que el film elegido para su regreso no fue el más feliz. No por su temática, sino por su calidad.
En Edge of darkness Gibson es Thomas Craven, un policía veterano que recibe la visita de su única hija, de 24 años, quien vive en otra ciudad. Pero, a las pocas horas de arribada, ella es asesinada brutalmente en la puerta de la casa de su padre. Lo que sigue es la investigación que comenzará Craven para encontrar a los responsables del crimen y para descubrir los motivos que se esconden detrás del asesinato.

Para empezar, les quiero sacar las ilusiones a quienes esperen una película de venganza violenta y acción frenética en la onda de Búsqueda implacable. En aquella, Liam Neeson interpretaba a un ex agente especial cuya hija era secuestrada en Francia por tratantes de blancas. Y el tipo usaba todos sus métodos y recursos, que incluían más que nada la violencia, para encontrarla. Aquí es distinto. El personaje de Gibson es alguien con una indudable sed de venganza, pero que inicia una investigación de tipo policíaca, siguiendo pistas y entrevistando por cuenta propia a los allegados a su hija. Si bien hay un par de escenas de acción, la película va más por el lado del drama, la intriga y la denuncia (la empresa para la que trabajaba la chica se dedica a la investigación nuclear y tiene dudosas conexiones con el gobierno). Desde ya, que el film vaya por ese lado no tendría nada de malo si no fuera porque en casi ningún momento logró interesarme. En este sentido, las "culpas" las comparten el guión, la dirección y el protagonista.
La película está basada en una laureada miniserie inglesa de tv de los años 80. No vi esa serie, también dirigida por Martin Campbell, pero imagino que era mucho mejor que la película. Aquí, Campbell (responsable de la excelente Casino Royale) no logra generar un vínculo muy sólido entre Craven y su hija como para que nos enganchemos con la historia desde el comienzo. A los diez minutos de película la chica ya está muerta, y lo que sigue no ayuda mucho para que nos interesemos. El recurso de Gibson teniendo intercambios imaginarios con su hija, especialmente de pequeña, conmigo al menos no funcionó. Y la trama alrededor de las causas del asesinato no me intrigó mucho.

Tampoco ayuda el protagonista. Volviendo a la comparación con Búsqueda implacable (que igualmente no es un peli que me haya encantado), allí el principal era Liam Neeson, un actor excelente que da profundidad y credibilidad a sus personajes. Gibson, en cambio, es menos dúctil. Y en este caso en particular su actuación me pareció más floja que nunca. Es una percepción mía, pero no logró transmitirme casi nada. Y eso que hablamos de un personaje que perdió a su única hija, así que hay bastante para transmitir. Otra cosa, rara: no sé si era la copia en que vi la peli (era una función para prensa, así que era de buena calidad) pero la voz de Mel me sonaba muy nasal. ¿Será a propósito para el personaje? ¿Serán los años? ¿Estará viejito herr Mel? Qué se yo... Como dije: raro.
La película tiene algunos momentos en que levanta, pero son pocos. Entre esos momentos están los que aparece Ray Winstone, ese gran actor británico que aquí hace de Jedburgh, un especialista en seguridad que trabaja para el gobierno de USA, cuya tarea es la de "limpiar" los platos sucios y atar los cabos sueltos. Y que logra una relación especial con Craven. En las escenas en las que aparece Winstone, que lamentablemente no son muchas, la calidad del film se eleva. Incluso la actuación de Gibson mejora a su lado... Otro buen actor, desperdiciado, es Danny Huston, quien hace del capo de la empresa. Un típico malvado corporativo.

En fin, nada nuevo bajo el sol. Para padres vengativos, recomiendo ver The Limey, muy buen film de Steven Soderbergh con Terence Stamp. En cuanto a Gibson, creo que ha demostrado ser un director muy interesante. Y creo también que una buena parte del público no tiene ganas de verle mucho la cara. Y que el carisma que alguna vez tuvo ya no funciona tanto. Tal vez en los años venideros, Gibson reconozca esta situación y se dedique a lo que mejor hace. Atrás de cámaras. Y lejos de los micrófonos.

Al filo de la oscuridad se estrena en Argentina el 25 de febrero.