viernes, 28 de diciembre de 2007

Querido Rock Despide el Año!!

Amigos míos, última oportunidad de escucharme en Querido Rock!! Así es, hoy despedimos el año y no volvemos hasta marzo, así que espero que algunos de Ustedes escuchen el programa. Hoy estaremos de 21 a 22,30 hs compartiendo nuestros artistas favoritos de los 90s hasta la actualidad: White Stripes, Pearl Jam, Blur, Tool, Devendra Banhart, Beck, System of a Down, Radiohead, Pulp, Pavement y muchos más.
Entren al site y nos escuchan on line.

¡Saludos!

martes, 25 de diciembre de 2007

Refugio

Hace poco vi de vuelta una película muy dura pero muy buena llamada Réquiem para un sueño, de Darren Aronofsky. Sus cuatro protagonistas (Jared Leto, Marlon Wayans, Jennifer Connelly y Ellen Burstyn) viven atrapados por sus adicciones y sus miedos y, para el final de la película, terminan todos mal (internados, presos, prostituidos, etc). Lo que me llamó la atención es que el director eligió terminar el film con la imagen de ellos, por separado, recostados adoptando la posición fetal. Esta posición nos remite, obviamente, a la sensación de protección que teníamos dentro del útero. Es como una búsqueda inconsciente hacia un lugar seguro, un lugar en el cual ampararnos, alejarnos de todo aquello que nos daña. Y esto me hizo preguntar: ¿a qué recurrimos cada uno de nosotros cuando estamos mal? Cuando sufrimos, cuando nos dañan. Cuando nos sentimos tristes, solos, abandonados. ¿Hacia qué persona, entidad, objeto, lugar o recuerdo huimos cuándo el mundo nos da la espalda? Instintivamente nos aferramos a ello cada vez que pasamos por alguna crisis. En mi caso, mi refugio principal lo constituyen mi esposa y mi hija. Pensar en ellas y sentir su amor y apoyo me hace una persona más fuerte y segura.
¿Y ustedes, a qué se aferran cuando llega la tormenta?

viernes, 21 de diciembre de 2007

Películas Navideñas

Admito que recordar películas sobre la Navidad en esta época es un cliché. Además, ya bastante nos inundan en la tele con ellas. Y sé muy bien que la mayoría de nosotros pensamos que estos filmes son algo pedorros. Pero es mi primer año con el blog, así que me voy a dar el “gusto” de hacer una listita. Igualmente, mi intención es nombrar filmes que se distingan del resto, ya sea por su humor, originalidad o calidad. Y aprovechar, también, para desearles a todos Ustedes una ¡Muy Feliz Navidad!

Un Santa no Tan Santo (Bad Santa, 2003): una comedia gloriosa. Billy Bob Thornton, en uno de sus mejores papeles, hace de este tipo alcohólico y amante de los culos muy gordos, que trabaja de Papá Noel en los shoppings y luego los roba junto a su socio, un enano negro que hace las veces de duende. En el interín, se involucra con un bizarro nenito que le cambiará la vida. Vulgar, deprimente, políticamente incorrecta y muy graciosa.


El Extraño Mundo de Jack (Nightmare Before Christmas, 1993): solo la mente de Tim Burton puede crear un musical sobre la Navidad y que nos guste tanto. Es la historia de Jack, un inusual personaje de fantasía, que un día descubre Christmas Town e intenta suplantar a Santa Claus, con resultados insospechados. La excelente música es cortesía de Danny Elfman, habitual colaborador de Burton. Un clásico.


National Lampoon’s Christmas Vacation (1989): me pueden decir lo que quieran, pero a mí me sigue haciendo cagar de risa. La tercera (y tal vez mejor) en la saga, gira en torno a la reunión familiar navideña en el hogar de los Griswold, y los esperables quilombos que se suceden. Cada vez que veo una casa llena de lucecitas, pienso en Chevy Chase... Dato de color: la vecina snob es interpretada por Julia Louis Dreyfus (alias Elaine, de Seinfeld).

Elf (2003): otro que me puede, Will Ferrell. El chabón me parece muy cómico. Ver a semejante monigote vestido con ese traje verde, ya me causa gracia. Acá hace de un ser humano normal que fue criado toda su vida por Papá Noel como uno de sus duendes ayudantes. Ya adulto, se entera de la verdad, y decide ir a Nueva York en busca de su padre biológico (James Caan). No es extraordinaria, pero en líneas generales la peli es mucho mejor de lo que podría esperarse. Y bastante graciosa.

Un cuento de Navidad (A Christmas Carol, 1984): versión para TV de esta historia de Dickens filmada varias veces. Ebenezer Scrooge, el avaro millonario que odia a la Navidad (y al mundo) es visitado por los Fantasmas de las Navidades para que aprenda el sentido de las Fiestas (y el valor de las demás personas). Esta película tiene al gran George Scott, brillante como siempre, y la elijo no sólo porque está bien hecha, sino porque es una que he visto muchas veces de chico y me trae buenos recuerdos. Sí, soy un melancólico, ¿y qué?

lunes, 17 de diciembre de 2007

Grandes Finales

No son finales sorpresa (tipo Sexto Sentido o El Planeta de los Simios) si no desenlaces que, por distintos motivos, considero memorables. Es una larga lista, así que habrá varias entregas. Si no vieron alguna de estas películas, tal vez prefieran no leer.
Acá van los primeros:

Casablanca: Rick (Humphrey Bogart), contradiciendo los típicos happy endings hollywoodenses, deja ir a Ilsa (Ingrid Bergman), el amor de su vida, haciendo lo que considera “correcto”. La causa política estaba por encima de los sentimientos personales. Y así Rick se queda en el aeropuerto de Casablanca junto a Louis (Claude Raines), el oficial francés, caminando ambos hacia la niebla, cerrando este clásico con una de las imágenes más recordadas en la historia del cine, además de la célebre frase final: “Creo que este es el comienzo de una hermosa amistad”.

Butch Cassidy & the Sundance Kid: los famosos pistoleros (Paul Newman y Robert Redford) quedan heridos y rodeados por la armada boliviana. Sabiendo su destino, y que los árboles mueren de pie, no les queda otra alternativa que salir de allí a los tiros. Y así lo hacen. La película termina con la imagen congelada de ellos disparando, mientras el sonido de los balazos de los militares se multiplica. Aunque sepamos el desenlace, el director George Roy Hill elige dejarnos con esa imagen de los protagonistas, peleando hasta el final.

La Cosa: al final de este clásico gore de John Carpenter, luego de que el resto fuera exterminado por un parásito mutante extraterrestre, sólo quedan dos sobrevivientes en la base antártica. En medio de la intemperie y el frío, con las ruinas de la base (que acaba de explotar) de fondo, terminan compartiendo una botella de whisky. Y se quedan así, sentados mirándose las caras, desconociendo cuál de los dos tiene al bicho dentro de él.
-“¿Y ahora, qué hacemos?”
-“¿Por qué no esperemos acá un rato, a ver qué pasa?”.
Títulos.

Perdidos en Tokyo: Bob (Bill Murray) se baja de la limusina, la corre a Charlotte (Scarlett Johansson), la abraza y le dice al oído algo que sólo ellos escuchan, pero que ilumina la cara de ambos. Mientras se separan, la banda de sonido nos envuelve con los fuertes bombos y suaves acordes de Just Like Honey, de Jesus and Mary Chain. Y así, sutilmente, culmina este clásico de Sofía Coppola, con una nota de esperanza para este improbable romance.

Boogie Nights: después de dos horas y media en las cuales todos en el film se asombran ante el miembro viril de Dirk Diggler, en la última escena Mark Wahlberg se despacha con un gran monólogo frente al espejo (en un claro homenaje a Toro Salvaje). Y lo culmina pelando el termo en cuestión, mostrándonos a los espectadores el por qué de tanto alboroto. El saber que Wahlberg utilizó una prótesis nos tranquilizó a todos los varones. Y también a nuestras mujeres.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Yo lo conozco, no lo soporto

Roberto Benigni fue elegido por Uds, con el 30% de los votos, como el comediante más insoportable (al menos, de las opciones que les presenté). Es justo destacar que Robin Williams y Jim Carrey compartieron un decoroso segundo puesto, con el 23%. Aclaro que mi elección también hubiera sido el tano.
Si bien admito que el tipo tiene cierto talento, su personalidad es francamente irritante. Es de esas personas que parecen vivir exaltadas. Puede caer simpático en algún papel secundario, como en aquellas pelis de Jim Jarmusch, pero tolerarlo como protagonista se me hace difícil. Recordemos La vida es bella: imaginate caer en un campo de concentración y, encima, tenerlo de compañero al pesado de Benigni. Complicado, ¿no?... Todavía no puedo creer que haya ganado el Oscar a mejor actor por ese film. Ojo, no me parece mal que gane un cómico, pero justo éste... Para colmo, estaban nominados Nick Nolte, Edward Norton, Ian McKellen y Tom Hanks, todos en actuaciones superlativas. Insólito.
Además, su estilo de comedia tiene ese toque de sentimentalismo facilista (al igual que Robin Williams) que realmente detesto. Así que, resumiendo, un justo ganador.
¡¡Salute Roberto!!

jueves, 13 de diciembre de 2007

Expedientes X

Esta es una sección en la que trataré de investigar el paradero de algunos artistas que han tenido prometedoras carreras y que, por motivos que se desconocen, han desaparecido misteriosamente. Casi como si hubieran sido tragados por la tierra, o abducidos por extraterrestres. He aquí el primer caso de uno de estos pobres diablos, caídos en las sombras del olvido.

Steve Guttenberg: A mediados de la década del 80 este comediante estaba en la cresta de la ola. Había sido uno de los protagonistas de la laureada Diner (1982), de Barry Levinson. Luego aparecería en varias comedias: la saga de Locademia de Policías (estuvo en cuatro de ellas, entre el '84 y el '87); Cortocircuito (Short Circuit, 1986), ¿se acuerdan del robotito?; Cocoon 1 (1985) y 2 (1988), esas de los viejitos y los extraterrestres; Tres hombres y un bebé (1987) y su secuela Tres hombres y una pequeña dama (1990). Todos grandes éxitos. Sin embargo, al llegar la década del 90, algo cambió. Su inofensiva cara de nabo ya no pareció caerle tan en gracia al público americano, y su presencia en el cine fue cada vez menos frecuente. Hasta que, finalmente, desapareció para nunca más volver.
Es interesante hacer un paralelo con Tom Hanks. Él también era un actor agradable, de apariencia común y protagonista de comedias menores (Despedida de soltero, Hogar dulce hogar, Vecinos al ataque). Sin embargo, Hanks es uno de los actores más exitosos, queridos y respetados (2 Oscars) de la historia. Y a Guttenberg, bueno, lo estamos buscando...
La pregunta que me hago es: ¿qué pasó con el bueno de Steve? ¿Lo habrán venido a buscar los aliens de Cocoon? ¿Se habrá enlistado en la academia de policías? ¿Se habrá quedado cuidando a la pequeña dama? Quién sabe. Algunos reportes indican que fue visto últimamente deambulando por intrascendentes series y películas para TV. Pero aun esta especie no fue confirmada. Se está investigando esa pista. Cualquier información sobre su paradero, se agradecerá.

martes, 11 de diciembre de 2007

El autocine

Bueno, voy a hacer una pregunta que, tal vez, me haga sentir como un viejo choto. ¿Quiénes de los que leen este blog recuerdan haber ido al autocine alguna vez? Mmm, temo que casi nadie.
Mis recuerdos del autocine son bastante lejanos (calculo que tendría unos cinco años la última vez que fui), pero permanecen aun en mi memoria como una muy grata experiencia. Creo que con mi familia íbamos a uno que estaba al costado de la General Paz (ojo, era muy pendejo así que puedo equivocarme). Lo que sí recuerdo era lo bien que lo pasaba ahí. Ir en una nochecita de primavera o verano, con la fresca brisa entrando por la ventana... ¡Y no tenías que soportar los ruidos molestos de los otros espectadores dándole al pochoclo! (salvo los que estaban en tu auto, claro). Los parlantes estaban sobre unos postes al costado del coche y los acercabas colgándolos al vidrio de la ventana. Desde ya, el audio que por allí salía no era ni THX ni Dolby Surround ni nada por el estilo. Pero en esa época no necesitábamos tanta tecnología. Cuando sos chico, todo te parece fabuloso. Me acuerdo de ir a ver alguna película de Cupido Motorizado; o la de Flash Gordon, esa medio bizarra que tenía música de Queen, con Max Von Sydow haciendo del villano Ming (el actor que hacía de Flash creo que ahora atiende una verdulería en Villa Ballester).
Seguramente, como con todo recuerdo de la niñez, esté idealizando un poco la experiencia. Tal vez no estaba tan bueno estar dos horas sentado en el auto. Qué sé yo... Por algo dejaron de existir los autocines. Capaz hoy en día estacionado ahí pensaría que en cualquier momento puede venir alguien con un chumbo para afanarme. Pero en esa época esas preocupaciones no habitaban mi cabecita loca. Lo único que me daba miedo, como ya dije alguna vez, eran los monstruos de la pantalla, no los reales (y ahora que lo pienso, en aquellos años nos gobernaban unos monstruitos bien aterradores).
Pero bueno, el autocine hace rato que forma parte de mi pasado, de mi infancia. Sé que en los últimos años ha habido un par de intentos por revivirlo. Pero no pasaron de eso. Además, no creo que hoy lo disfrutaría como entonces. Prefiero quedarme con los recuerdos. Por suerte (idealizados o no) nos acompañan toda la vida.